Otros libros
también se leen en Cuba
Miriam Leiva
LA HABANA, febrero (www.cubanet.org). - "Mi Vida Saxual", libro
del eminente músico cubano Paquito D´Rivera, circula en La Habana de
forma clandestina, coincidiendo casualmente con la publicitada "Feria del
Libro".
No podría ser de otra forma. A Paquito, un buen día de 1980 se
le ocurrió escapar de los límites de nuestra isla larga y
estrecha, en busca no de expansión territorial imperialista, sino de
libertad para actuar donde su genialidad no estuviera expuesta a los cánones
prohibitivos del totalitarismo, y con quienes justipreciaron su calidad artística
y humana, y a quienes él respetara y admirara también.
Lamentablemente, desde entonces, el pueblo de Cuba fue privado del deleite
de sus interpretaciones, y sus discos son raras piezas en poder de pocos. Fue
excomulgado, al igual que otras glorias de Cuba en las diversas manifestaciones
de las artes y las letras.
"Mi Vida Saxual", más que una autobiografía,
constituye un recorrido, sin grandes pretensiones literarias, por la Cuba
anterior a 1959 hasta su salida del país, inevitablemente definitiva en
tanto no cambien las condiciones que le impone el ostracismo decretado por el
gobierno. Pero más que eso, el libro plasma interesantes trozos de la
historia musical cubana, anécdotas y reflexiones.
El tono, a veces irreverente, jovial y pícaro, lleva un indiscutible
sello de cubanía. Ciertamente, cuanto más difíciles y trágicas
las situaciones, siempre surge un comentario, un cuento o un chiste que permiten
a este pueblo sobreponerse a las múltiples privaciones y dificultades de
la vida cotidiana. Eso está presente en "Mi Vida Saxual".
Al leerlo, la risa que provoca en muchas ocasiones permite "desconectar",
como decimos los cubanos, pero no por ello disminuye la posibilidad de
reflexionar. No se trata de burla superficial, sino de "al mal tiempo bueno
cara". Lo serio no está reñido con la hilaridad nacional, y
ese desenfado trasmite optimismo.
Afortunadamente, a Cuba han llegado libros que pasan de mano en mano en el
curso de los últimos 44 años. Algún amigo los trae del
extranjero y se vive una verdadera vorágine de préstamos en
cadena, con pocos días para deleitarse con la lectura. Pero eso no
importa, todos se apuran para no perder la oportunidad y brindar a otros la
aventura de disfrutar igualmente. Es un proceso espontáneo que, incluso,
lleva emoción y permite ampliar los horizontes e intercambiar en
tertulias casuales, improvisadas y amenas por la rara oportunidad de expresarse,
aún cuando existan opiniones contrapuestas. O quizás, precisamente
por eso.
La música experimenta un proceso análogo. Pero el cubano no
sabe escuchar con limitaciones. Además, cada día se pasa más
por encima de esos tabúes. Ya Willy Chirino y Gloria Estefan suenan con
cierta naturalidad en la vecindad. Lástima que el atrevimiento no haya
llegado a difundir más a Celia Cruz, Sandoval, Paquito y otros. Pero aquí
ya muchas cosas ocurren. Una tarde, en una guagua bastante cargada, una
grabadora difundía chistes de Álvarez Guedes, y nadie mandó
a apagarla; hubo risas y miradas más bien de admiración por el
atrevimiento del propietario.
Aunque no sabemos cuánto tiempo tendrá que transcurrir hasta
que se pueda contar con esos libros, cassetes y discos en las ferias, comercios
y fiestas, indudablemente, algo se mueve.
Mientras tanto, agradecemos a quienes tienen el ánimo, la osadía
o el oficio de escribir, tocar y crear. Una forma también de hacer
historia.
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