Feria Holguín
2003: el régimen no suelta amarras
Reinaldo Cosano Alén
LA HABANA, febrero (www.cubanet.org) - La Feria Comercial Holguín
2003, concluida en días recientes y que contó con la participación
de 138 empresas de varias provincias y algunas extranjeras radicadas en Cuba es
un intento por consolidar este tipo de evento anual, nacido en 1997. Pero a
pesar de que se hicieron transacciones por alrededor de ocho millones de dólares,
la feria es un exponente de la inoperancia de la economía cubana.
Según gestores de la Feria Holguín 2003, es necesario
continuar ganando en calidad y eficacia, reducir costos y lograr mejores
productos, capaces de competir con los foráneos y sustituir
importaciones.
Como ejemplo de progreso económico se informó que la industria
nacional produce el 68 por ciento de los insumos del turismo. Cuestionable
logro, porque a estas alturas debía estar por sobre el 90 por ciento,
habida cuenta de que la industria del turismo foráneo es considerada la
locomotora de la economía con cifras de visitantes que se aproximan a los
dos millones, en momentos en que la cuatricentenaria industria azucarera ha
colapsado.
Contradicción principal es también la situación que
ocurre con el llamado mercado de frontera (interno en dólares). En la
feria holguinera se dijo que "más de la mitad de lo que se vende en
las tiendas recaudadoras de divisas, buena parte de las materias primas y
recursos empleados en otras ramas emergentes de la economía", está
destinado al mercado de frontera, mientras la cúpula gubernamental
insiste en la producción con destino al mercado exterior porque -dicen-
lo que en realidad está ocurriendo es una re-circulación de las
divisas obtenidas por las dos principales fuentes de ingreso al país: el
turismo foráneo y las remesas familiares, ya que el mercado interno no
genera divisas frescas, si bien contribuye a evitar erogaciones al exterior.
De arriba a abajo, de punta a cabo, producción, distribución,
comercio y exportación de productos en dólares -también
incluye el consumo nacional en esta moneda- tanto mayorista como minorista, es
monopolio estatal, incluidos otros rígidos controles a empresas
nacionales (estatales) y extranjeras que constituyen trabas casi infranqueables
al desarrollo de la economía nacional por falta de independencia, aunque
ferias vayan y vengan como virtuales comediantes, en un régimen que se
niega a soltar amarras.
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