Afrenta a la
inteligencia
Lic. Oscar Espinosa Chepe
LA HABANA, febrero (www.cubanet.org) - Según el informe sobre el
Comportamiento de la Economía en 2002, presentado por el Sr. José
Luis Rodríguez, ministro de Economía y Planificación a la
Asamblea Nacional del Poder Popular en diciembre pasado, la tasa de desempleo en
Cuba se redujo a 3.3%, frente a 4.1% en el año 2001.
Este indicador que, de ser cierto, representaría que Cuba es uno de
los países con más baja tasa de desempleo, en un momento de
apreciable incertidumbre económica internacional, resulta muy poco creíble.
Basta realizar un recorrido por cualquier pueblo o ciudad para ver a muchos
ciudadanos en edad laboral deambulando por las calles durante el horario de
trabajo, de manera que cualquier persona puede percatarse de lo absurdo del
indicador divulgado.
En el año 2002 la industria azucarera dejó a 100,000 personas
sin puestos laborales, a causa del cierre definitivo de 70 centrales. También
es conocido que en el sector del turismo una elevada cantidad de personas han
sido declaradas excedentes, debido al cierre temporal de hoteles y otras
instalaciones por la disminución de la llegada de visitantes a partir de
2001. A ello se añade que el pasado año 119,575 jóvenes
desvinculados del estudio y el trabajo fueron matriculados en los "Cursos
de Superación Integral", y mediante el pago de un pequeño
estipendio se pretende que puedan enfrentar la difícil situación
existencial en que se encuentran.
Es cierto que a una parte de los 100,000 trabajadores que perdieron sus
puestos en la industria azucarera se le ha ofrecido cursos de recalificación,
mientras cobran una asignación equivalente al salario promedio devengado
el año precedente. Pero bajo ninguna metodología
internacionalmente aceptada estas personas pueden considerarse como empleadas,
como tampoco los jóvenes desvinculados del estudio y el trabajo antes
citados.
Por otra parte, habría que preguntarse qué sucederá
cuando esas personas finalicen sus estudios y no haya puestos laborales para
ofrecerles, en una economía que ya se adentra en los 14 años de
Período Especial y todavía podría estar a un nivel del PIB
distante en alrededor de un 15,0% respecto al del año 1989.
A lo anterior, por supuesto, se agrega el elevado costo financiero de dichos
estudios, con su inyección monetaria adicional, sin respaldo en bienes y
servicios, a una economía que posee una liquidez acumulada en manos de la
población ascendente a 13,500 millones de pesos al cierre del año
2002. Un monto superior a cualquier otro existente durante los años del
Período Especial y que, por su volumen, hace peligrar la estabilidad
financiera del país como consecuencia de las presiones inflacionarias que
está generando.
Debe subrayarse que en 1989, cuando había un nivel del PIB mucho más
alto que el actual, como fue indicado, la tasa de desempleo era de 7,9%, según
cálculos de la Comisión Económica para América
Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras de la Oficina Nacional de
Estadísticas de Cuba y estimaciones propias. Entonces podría
inquirirse cómo es posible que la tasa haya descendido a 3,3%, ahora
cuando los niveles productivos son significativamente inferiores.
Resulta lamentable que en el Informe del Sr. Ministro no se brindaran datos
sobre el subempleo, en un país donde los niveles de desempleo
equivalente calculados por la CEPAL fueron del 25,1% para 1998 tomando en
consideración las tasas de desempleo y el descenso de la productividad
con respecto a los niveles de 1989. Esta constituye la última información
disponible, pero en años recientes no debe hacer variado sustancialmente.
El salario medio mensual creció en un 4% respecto al año
precedente, se indica en el Informe. Ello representa una disminución en términos
reales, pues la CEPAL ha señalado que el índice de precios al
consumidor para los productos vendidos en moneda nacional tuvo un ascenso del
5%.
En cuanto a las mercancías comercializadas en dólares, a
principios de junio sufrieron un alza general de precios. Los equipos electrodomésticos
se elevaron en un 20.0%; ropa y calzado 10.0%; algunos alimentos, por ejemplo
huevo, un 20,0%. Sólo ciertos artículos de producción
nacional tuvieron pequeñas minoraciones.
En esas condiciones, el índice de precios al consumidor que
comprende tanto mercancías vendidas en dólares como en pesos, por
lo menos fue el triple del crecimiento del salario medio mensual señalado.
Es necesario recordar que durante el año, la tasa de cambio del peso por
el dólar se mantuvo en un rango entre 26 y 27 unidades, lo cual provocó
que como promedio el salario del trabajador cubano no sobrepasara los 10 dólares
mensuales, tomando como base las cifras oficiales.
La situación de 1,410, 420 beneficiarios de la seguridad social es aún
más agobiante pues, aunque no se ofrecieron cifras sobre la pensión
media mensual; se conoce que ésta supera ligeramente los 100 pesos, y
muchas personas están por debajo de los 90 pesos. Eso indica un
equivalente promedio mensual inferior a los 5 dólares.
Resulta muy difícil resolver ese estado de cosas, cuado se conoce que
en el Presupuesto del año 2003 el monto destinado al pago de las
pensiones, 2 050 millones de pesos, tendrá que financiarse en un 32% con
otros ingresos, ya que las contribuciones a la Seguridad Social son
insuficientes.
Como puede apreciarse, la realidad afrontada por los trabajadores no es
precisamente paradisíaca, como pretenden mostrar las autoridades.
Mediante la manipulación de cifras, sólo denotan el desprecio que
sienten por la inteligencia de los cubanos.
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
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