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septiembre 19, 2002
NACIONES UNIDAS (AP) _ Cuba se negó a aclarar el miércoles si
colabora en estos momentos con los servicios de seguridad e inteligencia de
Estados Unidos, por "cuestiones de discreción y confidencialidad"
_ dijo uno de sus ministros.
El canciller Felipe Pérez Roque acuso, en cambio, a Estados Unidos de
"mentir impúdicamente" y retó al gobierno del presidente
George W. Bush a que demuestre un solo caso en el que la isla caribeña
proporcionó pistas falsas sobre posibles actividades terroristas, tras
los ataques del 11 de septiembre contra Nueva York y Washington.
El subsecretario de Estado Adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental,
Dan Fisk, declaró recientemente en Washington que el gobierno del
presidente de Fidel Castro "impide, de hecho, nuestras gestiones para
derrotar el terrorismo".
Fisk indicó que pese a las amistosas relaciones de Cuba con países
como Siria, Iraq e Irán, el gobierno de La Habana no proporcionó a
Estados Unidos "cosa alguna de valor".
"Solo quiero asegurarles en este momento que tenemos muchos elementos
para revelar que la declaración hecha por el subsecretario Fisk es una
mentira, pero por cuestiones de discreción y confidencialidad no los
abordare. Tenemos tiempo. Este tema está solamente comenzando de momento",
insistió Pérez Roque en una entrevista concedida a The Associated
Press.
En un tono inusualmente duro el ministro, que se encuentra en Nueva York con
motivo de la Asamblea General de la ONU, se mostró consternado de que
Estados Unidos hiciera oídos sordos a la oferta cubana de colaborar
contra el terrorismo, y acusó a Washington de intentar sacar ventaja a la
situación "con fines políticos".
"Todas estas acusaciones contra Cuba son falsas y difamatorias",
dijo Pérez Roque en una declaración leída en inglés.
"Es una mentira colosal, igual que cuando se inventaron que Cuba era un
estado terrorista y que producíamos armas biológicas".
El canciller desafió enfáticamente "al señor Fisk
a presentar una sola prueba que respalde sus acusaciones".
En Washington, la portavoz del Departamento de Estado, Brenda Greenberg, señaló
que el gobierno estadounidense respalda las acusaciones de Fisk, aunque indicó
que el Departamento de Estado no tenía una reacción inmediata a
los nuevos alegatos cubanos.
Un poco más temprano, el vocero del departamento de Estado Richard
Boucher insistió que La Habana intentó difundir información
mediatizada en materia terrorista.
Pérez Roque acusó a Fisk, que "fue ayudante del senador
Helms", según dijo en dos ocasiones, que su declaración "fue
un intento de confundir a la opinión pública del fracaso del
embargo contra Cuba" _ y evitar además que el Senado norteamericano
adopte las enmiendas que fueron aprobadas ya por la Cámara de
Representantes, que permitirían a los norteamericanos viajar libremente a
Cuba y vender sin restricciones alimentos y medicinas al país caribeño.
Pérez Roque distribuyó una carta fechada el 12 de marzo y
dirigida a Estados Unidos en la que Cuba ofreció firmar un acuerdo
bilateral para cooperar en la lucha contra el terrorismo, el narcotráfico
y las migraciones ilegales. Leyó a continuación la respuesta,
recibida el 13 de junio, según la cual el departamento de Estado "no
estaría en posición" de considerar la cooperación
bilateral en esos temas.
"No hay razón que justifique el rechazo irracional por el
gobierno de Bush de la propuesta de Cuba a firmar acuerdos bilaterales",
agregó.
En su declaración, el canciller destacó que Cuba condenó
enérgicamente los ataques del 11 de septiembre y ofreció ayuda médica,
medicamentos y material para detectar la contaminación biológica "producidos
en Cuba y a bajo costo".
Cuando tras los ataques del 11 de septiembre se dieron varios casos de
contaminación con esporas de ántrax distribuidas por correo con
fines terroristas, la isla caribeña ofreció 100 millones de
tabletas del antibiótico ciprofloxacina. "No hubo respuesta" _
dijo consternado el canciller.
El 26 de octubre, el gobierno cubano "donó 100 tabletas de
ciprofloxacina para el personal diplomático de la Sección en La
Habana", agregó Pérez Roque.
Estados Unidos impuso un embargo comercial a Cuba hace más de 40 años
en represalia por las propiedades y bienes que el gobierno cubano confiscó
a empresas y particulares norteamericanos tras el triunfo de la revolución. |