El Nuevo
Herald, septiembre 3, 2002.
La travesía sangrienta del tráfico de refugiados
Larissa Ruiz Campo y Nancy San Martin. The Miami Herald
Eran las cuatro de la tarde de un ardoroso día del verano pasado
cuando sonó el teléfono en casa de Mario González, en un
suburbio de La Habana, y una voz le dio el mensaje que esperaba.
''Habrá movimiento'', dijo la voz, queriendo decir que un bote
cargado de cubanos saldría para el sur de la Florida ese día.
González ya había vendido su pequeño negocio de
camiones y contaba con los ahorros de toda su vida para pagar el viaje, que sería
un nuevo empezar en una tierra llena de oportunidades. Pero aunque González
llegó a EU, su hijo de 31 años se convirtió en una estadística,
en lo que se ha convertido un mortífero negocio ilegal:
Según informó el Servicio Guardacostas, las estadísticas
de los 11 meses recientes indican que uno de cada 20 cubanos que viene de
contrabando al sur de la Florida, queda muerto en el camino.
Desde octubre pasado por lo menos 55 cubanos, incluyendo los restos de
cuatro de ellos recogidos frente a las costas de la Florida en los días
recientes, han perecido en viajes de contrabando humano de la isla acá.
Eso convierte este período de 11 meses en el más trágico
para los que esperan emigrar aquí, que pagan miles de dólares por
espacio en lanchas de alta velocidad que al Servicio Guardacostas no le es fácil
interceptar en el Estrecho de la Florida.
''Y eso es sólo lo que sabemos'', dijo el capitán Joseph
Nimmich, del Servicio Guardacostas de Cayo Hueso. ``Lo cual demuestra el poco
valor que los contrabandistas otorgan a la vida humana''.
La historia de González brinda un panorama sobre cómo las
redes de contrabando operan dentro de Cuba.
Es una aventura arriesgada, costosa y dirigida por oportunistas que según
las autoridades, están más interesados en sacarles dinero a
cubanos desesperados que en ayudarlos a salir del último reducto
comunista del hemisferio occidental.
''Los que organizan esos viajes no son cruzados'', dijo Patricia Díaz,
una supervisora adjunta de la fiscalía federal de Miami, a cargo del
encausamiento de casos de muerte en incidentes de contrabando humano. ``Son
individuos sin escrúpulos, movidos por la ambición''.
La llamada que González recibió el 31 de julio el año
pasado representaba la octava vez en tres meses en que él y su hijo
intentarían llegar al sur de la Florida. Los trámites, a un costo
de $16,000 se hicieron mediante una amistad de ellos que a su vez conocía
personas ''que se dedicaban a eso'', según dijo González. Cada
pasajero en el viaje pagó $8,000.
Los investigadores dicen que las ''unidades'' de contrabando operan con base
en el sur de la Florida, y generalmente hay mediadores en ambas costas. Los
mediadores de aquí investigan y ofrecen sus servicios a personas que
quieren sacar a sus familiares de Cuba. Los de la isla se encargan de guiar a
los clientes hasta los botes, que llevan entre 12 y 30 personas, que pagan entre
$5,000 y $10,000 cada una.
Para embarcarse rumbo a Estados Unidos, el grupo de inmigrante del que formó
parte González y su hijo llegó a una playa de Santa Cruz del
Norte, a unas 10 millas de Guanabacoa. Allí se escondieron en la yerba
hasta que el bote llegó una media hora después.
Cuando vieron una linterna encendida frente a la orilla, corrieron raudos
hacia el bote.
''Todo el mundo trató de subirse al bote al mismo tiempo. Todo estaba
muy desorganizado'', dijo Yuzaima Méndez, una de las pasajeras, en una
comparecencia en la corte en Miami. Méndez también perdió a
una hija en el viaje, Talía Izquierdo Méndez, de 3 años de
edad.
Seis horas después, el bote se vio en medio de la tormenta ''Barry''.
Los dos operadores del bote, que ya quedaron convictos de contrabando humano en
una corte de Miami, vieron una luz en el horizonte, y detuvieron el bote
pensando que los iba a interceptar el Servicio Guadacostas. Un fuerte oleaje viró
el bote y sus ocupantes cayeron al mar. Murieron seis, entre ellos el hijo de
González.
González no sabía nadar, y llevaba puesto un chaleco flotante
hecho en su casa, que lo mantuvo a flote, asido al cadáver de su hijo,
hasta que un helicóptero del Servicio Guardacostas los recogió en
la mañana del 1ro de agosto.
Aunque todavía siente su dolor, González dice que el
contrabando es ``el mejor modo de salir de Cuba, para los que lo pueden pagar''.
Pero culpa a los contrabandistas de la muerte de su hijo.
''No le dan nada a uno'', afirmó. ``Uno tiene que ocuparse de uno
mismo''.
El redactor Renato Pérez contribuyó a
este reportaje.
Denuncian nuevos casos de dengue en los municipios habaneros
B. Pedroso / Carta De Cuba. La Habana
Un caso de dengue clínico fue detectado en el poblado de Managua,
ubicado en el municipio capitalino de Arroyo Naranjo, con lo cual se comprueba
que esta enfermedad continúa presente en la población de la
capital cubana.
Las autoridades sanitarias del municipio comprobaron la existencia de más
de 500 pacientes aquejados de fiebres altas, sobre todo ancianos y niños.
Se supone que hayan más casos entre los que no han acudido a consultorios
del médico de familia. En estos momentos el personal de salud realiza un
pesquizaje de terreno.
En los alrededores de los municipios de Arroyo Naranjo, 10 de Octubre, San
Miguel del Padrón, Cerro, Habana del Este y Centro Habana, se pueden
observar los resultados directos de una población propensa a contraer
enfermedades producto de la situación en que viven: calles sin
pavimentar, viviendas y edificios en mal estado, derrumbes parciales o totales
donde se forman charcos de aguas estancadas y vertederos de desperdicios sólidos
repletos de millones de larvas de mosquitos, patios con vasijas abandonadas y
bolsas plásticas llenas de agua de lluvia, además de la necesidad
de criar aves de corral como palomas y gallinas, las cuales son picadas por los
insectos convirtiéndose en posibles transmisoras de enfermedades.
''Era de esperar que las ocurrencias de las fuertes lluvias y la falta de
higiene ambiental existente en Ciudad de La Habana, principalmente de
territorios completamente marginales, ocurran casos de estos síndromes
febriles, que pueden estar motivados por multiples causas'', dijo el doctor
Evelio Guzmán, clínico y especialista en pediatría.
Hace poco menos de un año, en la isla murieron mas de 23 personas
afectadas por el dengue.
''No somos exagerados ni drásticos, Cuba ofrece ayuda humanitaria a
todos los países que lo necesitan. Eso es propaganda del gobierno. Acá
en la isla, no son capaces de erradicar la enfermedad'', indicó el doctor
Cecilio Soto, especialista en dermatología, quien perdió a su hija
de 8 años a causa del dengue hemorrágico.
En ocho municipios de la capital se han presentado unos 345 casos de dengue
de los cuales 142 están en peligro mortal. |