Peligra
edificación de los masones cubanos
LA HABANA, 25 de octubre (Ana Rosa Veitía, UPECI / www.cubanet.org) -
Las autoridades cubanas no autorizan la reparación del deteriorado
edificio ubicado en Jovellar 164 entre San Francisco y Espada, en el municipio
Centro Habana, propiedad de la Logia Washington y del Supremo Consejo del Grado
33 para la República de Cuba, entidades de la orden de los Antiguos,
Libres y Aceptados Masones que se rigen por el rito escocés.
Una fuente cuya identidad no será revelada precisó que la
estructura del inmueble (de dos plantas) está dañada,
principalmente en algunas columnas, por lo que el peligro de derrumbe estará
presente hasta que no se solucionen dichos daños. Los residentes en las
viviendas colindantes podrían correr peligro en caso de producirse algún
derrumbe parcial o total en el edificio, conocido entre los masones nacionales
como "La Catedral Escocesa".
La fuente señaló que el Soberano Gran Comendador del Grado 33
para la República de Cuba, señor Jesús Armada Pena, hace
meses que viene solicitando reiteradamente a las autoridades el permiso para
iniciar los trabajos de reparación del inmueble, pero no han sido
autorizados hasta el momento.
Algunas masones que declinaron identificarse presumen que la negativa de las
autoridades a cargo de extender ese tipo de permiso se debe a que interpretaron
como "críticas al gobierno" las recientes declaraciones que
Pena le hizo al periodista del New York Times, David González, quien
entrevistó al más alto funcionario de los capítulos masónicos.
Los masones consultados agregaron que hace mucho tiempo La Catedral Escocesa
necesita ser reparada, pero esta necesidad estuvo obstaculizada porque la
masonería no disponía de los necesarios dólares
estadounidenses, única moneda que permite comprar libremente los
materiales para llevar a efecto la obra.
No obstante, esa dificultad se solucionó cuando masones de Estados
Unidos de América le enviaron al Supremo Consejo del Grado 33 para la República
de Cuba el dinero necesario para la reparación del edificio.
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a
Internet.
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