El Nuevo
Herald, octubre 22, 2002.
Llaman a un encuentro con emigrantes
Wilfredo Cancio Isla. El Nuevo Herald
Tras siete años sin retomar la iniciativa, el gobierno cubano convocó
ayer a los emigrados de la isla a una nueva ronda de conversaciones, que se
realizará ''por invitación'' del 11 al 13 de abril de 2003 en La
Habana.
La convocatoria de la III Conferencia ''La Nación y la Emigración''
indica que el encuentro busca establecer ''relaciones cada vez más
normales'' con los cubanos que residen en el exterior, pero ignora a los grupos
de exiliados que desde diversos puntos del mundo se oponen al régimen de
Fidel Castro.
''Se convoca a los cubanos y sus descendientes residentes en el exterior que
aman a Cuba y la defienden libre, independiente y soberana'', señaló
el texto divulgado ayer por el Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX) en tácita
alusión a los opositores.
La exhortación de las autoridades castristas fue recibida con
escepticismo y críticas por representantes de la comunidad cubana de
Miami, donde radican unos 800,000 exiliados.
''Es una política aberrada y previsible'', comentó Joe García,
director ejecutivo de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA). "Más
del comportamiento clásico del régimen, tratando de controlar el
debate ellos, imponiendo ellos las condiciones, sin encarar la discusión
de los acuciantes problemas que enfrenta la nación''.
García consideró que más significativo sería que
La Habana convocara a todos los cubanos a discutir el Proyecto Varela, la
propuesta de referendo lanzada este año por la oposición interna.
El ex comandante Eloy Gutiérrez Menoyo, presidente de Cambio Cubano,
dijo que --si resulta invitado-- su asistencia dependerá de la agenda de
la reunión.
''Es hora que se discutan allí asuntos esenciales como el derecho de
los cubanos a entrar libremente en su país sin exigencias de visas, los
altos precios de los pasaportes...'', señaló Gutiérrez
Menoyo, quien asistió a la conferencia de 1995.
La vocera de la Cancillería cubana, Aymée Hernández,
manifestó que se invitará especialmente a quienes viven en Estados
Unidos, porque "ellos son víctimas también como nuestro
pueblo de la política hostil que durante décadas ha impedido los vínculos
normales de esa comunidad con las familias en nuestro país''.
La primera conferencia --realizada en abril de 1994-- llevó a La
Habana a 221 emigrados desde 30 países; la segunda edición del
evento, en 1995, se realizó con la asistencia de 357 invitados,
residentes en 35 países. En ambas ocasiones, la mayoría de los
asistentes procedía de Estados Unidos.
''Esta será una oportunidad para propiciar el intercambio amplio y
directo'', destacó Hernández al presentar la convocatoria, que por
primera vez llamó a participar a los hijos de cubanos nacidos en otras
naciones pero que están "identificados con el país donde
nacieron sus padres y abuelos''.
El abogado Alfredo Durán, secretario del Comité Cubano por la
Democracia (CCD), se mostró cauteloso sobre la trascendencia de la
convocatoria.
''Estaría dispuesto a participar si van a tratarse allí temas
de interés para el bienestar de la nación y el pueblo cubanos,
como la situación migratoria, la transición a un sistema democrático
y los derechos civiles de los ciudadanos'', declaró anoche Durán. "De
lo contrario, no tiene sentido ir''.
El activista Bernardo Benes, promotor del primer diálogo de la
comunidad exiliada y el gobierno cubano en 1978, se cuestionó el enfoque
de estas conferencias, aunque abogó por "los contactos que no
terminen en pura retórica''.
''Si me convencen de que esto servirá para hacer una contribución
en el campo de la justicia social para los cubanos de dentro y fuera de la isla,
me gustaría participar... Si es para oír los caprichos del
gobierno cubano, prefiero quedarme en Miami'', expresó Benes.
Antichavistas buscan apoyo en el exilio cubano
CASTO OCANDO. El Nuevo Herald
Como si se tratara de una misma causa, los grupos políticos
venezolanos han desplegado desde hace más de dos años un activismo
para combatir el gobierno de Hugo Chávez desde Miami con un aliado
particularmente apasionado: los grupos del exilio cubano.
''Ha habido una gran empatía porque los cubanos en el exilio sienten
que el proceso que se está viviendo en Venezuela es muy similar al
proceso que vivió Cuba cuando Castro llegó al poder'', dijo Raúl
Leoni, dirigente de la Coordinadora Democrática de Miami y vástago
de uno de los primeros presidentes de la democracia venezolana.
Desde la Junta Patriótica Cubana hasta la Unidad Cubana, pasando por
Vigilia Mambisa, Comando F-4 y las más importantes emisoras de radio y
televisión de la ciudad, los activistas del exilio han puesto a disposición
de los antichavistas recursos, experiencia, estrategias, apoyos logísticos
y contactos en todo Estados Unidos, para impulsar el activismo opositor al
gobernante venezolano.
''Fuimos los primeros en abrirnos a la necesidad de nuestros hermanos
venezolanos de combatir a Chávez, cuando vimos que iba a intentar hacer
lo mismo que Fidel Castro en Cuba'', dijo Antonio Esquivel, vicepresidente de la
Junta Patriótica Cubana, organización que a mediados de 1999
declaró a Hugo Chávez ''enemigo de la causa cubana'' por su
amistad con Castro.
''La lucha de los venezolanos en Miami es la misma de los cubanos en el
exilio, porque si Chávez se afinca más en Venezuela, Castro se
afinca más en Cuba'', afirmó Esquivel, que vivió más
de tres décadas en Venezuela, y ahora reside en Miami como activista
simultáneo de grupos cubanos y venezolanos.
Los venezolanos y los cubanos han realizado durante casi tres años
una gran cantidad de actividades en conjunto, para reforzar la protesta
internacional en contra de lo que califican de la ''pesadilla'' chavista.
Con frecuencia se organizan reuniones en locales de los grupos cubanos, se
intercambian permisos de protesta, y es normal ver a venezolanos y cubanos
protestando juntos en el consulado de Venezuela en la avenida Brickell, o ante
el busto de Simón Bolívar en Bayside.
La ayuda del exilio se ha traducido también en apoyo logístico
y de cabildeo ante organismos como la OEA y la ONU, adonde organizaciones
venezolanas han denunciado al gobierno de Chávez.
La colaboración ha llegado al campo militar, luego que la Junta Patriótica
Venezolana, bajo el liderazgo del capitán Luis García Morales [uno
de los primeros oficiales activos en rebelarse contra Chávez] firmara un
acuerdo de cooperación con el grupo anticastrista Comandos F-4.
El objetivo: compartir información de contrainteligencia y jornadas
de entrenamiento militar para estar preparados ante el peor de los escenarios,
el de una posible guerra civil en Venezuela.
En la actualidad, los entrenamientos se realizan con armas semiautomáticas
como fusiles de asalto AK-47 y R-15, pistolas de 9mm y revólveres de
calibres 30 y 32, en actividades a campo traviesa en Homestead. ''Estamos
dispuestos a prestar toda la ayuda que sea necesaria para enfrentar la tiranía
de Chávez'', dijo Rodolfo Frómeta, comandante del grupo radical. |