Ser y no ser
Rafael Ferro Salas, Grupo Decoro
PINAR DEL RÍO, octubre (www.cubanet.org) - La realidad cubana es
impredecible. No se sabe quién es quién. Impera la doble moral,
que se va convirtiendo en el modo de sobrevivir. Un amigo me comentaba que la
clave es "ser y no ser, pero sabiéndolo hacer". Esto quiere
decir estar con Dios y con el Diablo.
Ejemplo claro de esto es lo que sucedió con el lanzador cubano de béisbol
José Ariel Contreras. Hace algún tiempo Fidel Castro lo ensalzó
en un acto público, cuando el equipo cubano llegó victorioso de un
evento internacional. Los peloteros criollos habían derrotado al equipo
Orioles de Baltimore, de las Grandes Ligas. Castro estaba henchido de gozo y no
escatimó calificativos para elogiar al lanzador Contreras, al extremo de
compararlo con el héroe de las guerras de independencia Antonio Maceo,
expresando que "Contreras es el Titán de bronce del box" (al
General Maceo lo apodaban el Titán de bronce).
Castro arrastrala sempiterna costumbre de mezclar siempre el deporte con la
política (su política). Cada tope deportivo de un equipo cubano
contra otro de los Estados Unidos se convierte en una especie de batalla campal
moral que bajo ningún concepto puede perder Cuba. Si pierde, corre la
sangre y ruedan las cabezas.
Contreras se mostró identificado con el sistema y posó ante
las cámaras junto a Fidel Castro, pero la identificación era
aparente. El pelotero había entrado en la danza de la doble moral a lo
cubano. Lo que él sentía verdaderamente sólo lo sabía
él.
En días recientes una noticia corrió de boca en boca dentro
de la Isla. Se anunció en la prensa extranjera que el pitcher cubano José
Ariel Contreras había desertado de la selección cubana de béisbol
mientras se efectuaba un torneo en México. De momento pocos lo creyeron.
Nadie podía imaginar que el titán de Castro hiciera semejante
desaire al comandante.
Contreras diseñó bien la mejor jugada de su vida. Desertó
para viajar a los Estados Unidos y pedir asilo allí. Fingió ser
una cosa para llevar a cabo la otra. Se preparó para "ser y no se"
y salir ileso. Lo importante era eso: salir para quedarse.
Los pasillos dela Comisión Nacional de Béisbol parecen
corredores de la muerte. El caso Contreras ha puesto a muchos funcionarios en
aprietos. Castro quiere culpables; algunos han de pagar por la decepción
sufrida por el que manda. Sólo eso lo ayudará a bajar tranquilo el
trago amargo que le obligó a beber su "titán perdido".
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a
Internet. CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza
la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como
fuente.
|