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Vegetales
celestes
Lucas Garve, CPI
LA HABANA, noviembre (www.cubanet.org) - "Los vegetales están
por el cielo", afirmó con toda razón el "puro"
(apelativo destinado a cualquier hombre mayor de 50 años en Cuba) en
medio del mercado agropecuario de La Palma.
Rogelio, jubilado residente en el municipio Arroyo Naranjo, giraba la cabeza
como un ventilador con el utópico fin de avizorar algún cartel que
anunciara precios bajos. Con la mano derecha sostenía una jaba vacía,
tan vacía de los productos que desearía llevarse, como de
esperanza de comprarlos., Volvió a mirarme y reafirmó: "Están
por los cielos". Y se marchó.
Una fuerte campaña destinada a incentivar el consumo de vegetales en
la población, se realiza desde hace meses. Sin embargo, los precios en
aumento no ayudan a la mencionada labor publicitaria, ya que impiden a la mayoría
de la población consumir un menú "políticamente
correcto" y realmente sano.
Entérese de los aumentos siguientes como ejemplo:
- un mazo de habichuelas: de 3 a 6 pesos
- un mazo de zanahorias: de 5
a 10 pesos
- un mazo de acelgas: de 2 a 5 pesos
- un mazo de cebollas
blancas: de 7 u 8 a 20 pesos
- una libra de tomate: de 2 ó 3 a 11 y
12 pesos
- una col: de 3 a 5 pesos
- un plátano: 0.50 y 1 peso
a 2.50 pesos
¿Qué familia puede costear una dieta de vegetales sistemática?
Jamás al alcance de un ciudadano medio. Sin contar que los recursos económicos
de una persona de la tercera edad quedan muy lejos para soñar con
adquirirlos.
Alfredo, un viejo conocido, pronosticó con ánimo pesimista que
los robos y atracos aumentarían a fin de año. "Compadre -me
dijo-, el dinero está perdí'o, no hay quien aguante la despensa".
Según opiniones recogidas entre cuarenta personas laboralmente
activas, ellas invierten casi la tercera parte de sus salarios en la alimentación
por causa de los precios altos. Y pocos optan por comprar vegetales en
cantidades apreciables. El presupuesto los disuade.
Parece que los precios hicieron suya la letra de una canción romántica
que dice: "haré una escalera para subir al cielo". Lo único
que en este ascenso el amor al bolsillo disminuyó.
Todo conduce a la triste conclusión de que el aumento de los precios
de los productos en Cuba y, en particular en la capital, continúa dispa
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