¿Escrúpulos
o temor?
Víctor Rolando Arroyo, UPECI
PINAR DEL RIO, octubre (www.cubanet.org) - En un inesperado gesto, el
gobierno de Fidel Castro canceló unilateralmente la participación
de los deportistas cubanos en los XIX Juegos Centroamericanos y del Caribe que
tendrán lugar en la República de El Salvador e próximo mes
de noviembre.
Los funcionarios del deporte cubano argumentan que la sede de esos juegos
regionales ha sido el santuario de oposición violenta al régimen
de Castro, apoyando su opinión con elementos aportados por el servicio de
inteligencia cubano, que acostumbra informar sobre enemigos y hostilidades
existentes o no.
Según la declaración del Comité Olímpico Cubano
y la Dirección Deportiva Oficial, El Salvador "ha sido y desde allí
operaba, así como se fraguaron" acciones hostiles hacia funcionarios
cubanos, refiriéndose a hechos ocurridos hace más de veinte años.
¿Por qué retomar viejos rencores?, sobre todo si al que señalan
como presunto culpable, el cubano Luis Posadas Carriles, está preso hace
casi dos años en la República de Panamá.
Cuando el gobierno de Cuba impide que los deportistas compitan en El
Salvador, país cuyo territorio dicen que se usó para agredirlo, se
presenta como víctima ante la opinión pública.
Sin embargo, por la misma fecha en que los funcionarios del régimen
dicen que los agredieron, el gobierno de Fidel Castro mantenía acciones bélicas
en varios países africanos y sus adversarios eran apoyados por China, que
en esa época llamaban despectivamente "mandarines de Pekín".
Muchos de los muertos, mutilados y heridos cubanos lo fueron por armas
chinas, y aunque el general de ejército Raúl Castro prometió
que nunca se olvidaría que armamento procedente de China había
segado las vidas y la salud de sus compatriotas, hoy ambos gobiernos viven otra
luna de miel, principalmente en colaboraciones de índole militar.
Años atrás, también calificaban de asesino al
secretario de defensa estadounidense Robert McNamara porque presuntamente ordenó
bombardear el norte de Vietnam, pero ahora fue muy bien recibido por segunda vez
en Cuba, donde se relacionó con sus más altos dirigentes, y
ninguno de ellos se opuso a estrecharle la mano, supuestamente ensangrentada, al
ex funcionario de Estados Unidos de América.
Pero es otra la opinión popular cubana respecto a este asunto: que no
se permite que los deportistas compitan en El Salvador porque "el gobierno
teme que se produzcan deserciones masivas de atletas". Eso es lo que se
comenta en cualquier parte del país.
La versión oficial se centra en historias de secuestros y atentados,
pero la realidad es que los talentos deportivos de Cuba podrían darle
algunos dolores de cabeza a su gobierno, el que parece no tener cómo
justificar las recientes estampidas de deportistas de la mayor de las Antillas.
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
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