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Polo Montañez:
un hombre escapado de sí mismo
Rafael Ferro Salas, Grupo de Trabajo Decoro
PINAR DEL RÍO, diciembre (www.cubanet.org) - La primera vez que lo
vi, lo supe: era un elegido. Entonces tuve un mal presagio. Recordé que
alguien había dicho que los dioses morían temprano.
Estaba claro. Él había sido tocado por la mano de Dios para
brillar con luz propia. Y lo hizo de manera vertiginosa.
De la noche a la mañana salió del anonimato. Hacía música
en un pueblo perdido en su provincia natal, Pinar del Río. Los habitantes
del poblado Las Terrazas no se imaginaban que entre ellos se paseaba un dios
disfrazado de juglar.
Se llamaba Fernando Robles. Nació al pie de un horno de carbón,
y estaba predestinado para la música.
La noche que lo vi de cerca en su primer concierto para la gente de Pinar
del Río, ya era Polo Montañez y su música le daba la vuelta
al mundo, adueñándose del éxito.
Los organizadores del concierto intentaron cobrar las entradas a cinco dólares.
Polo conocía las limitaciones de su pueblo y no aceptó. Sería
un concierto a puertas abiertas, gratis para todos. Esa fue su condición.
Tuvieron que aceptarla.
Todos bailaron y corearon las canciones del artista esa noche, arrebatados
hasta el cansancio. Querían tocarlo para saber si era de carne y hueso.
Parecía un ser irreal, como todo lo que es maravilloso.
La medianoche del 20 de noviembre Cuba lloraba por Pablo Montañez,
que luchaba por ganar la batalla a la muerte en un hospital de Ciudad de La
Habana., víctima de un absurdo accidente automovilístico. Seis días
después Polo Montañez dejó de existir.
La tarde de su entierro pensé en Benny Moré, en su muerte
también temprana y en su manía irremediable de ahogarse en
alcohol. Polo también padeció de la adicción, que le sirvió
para su salto a una muerte temprana.
La muerte tiene un paso breve e inevitable. El 26 de noviembre la muerte lo
demostró otra vez llevándose al "Guajiro Natural".
Polo se le escapó a la vida. Lo seguiremos bailando y escuchando
hasta el infinito. Lo veremos siempre huyendo de la muerte en medio de su canto,
escapado de sí mismo.
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