Juan Armando Montes.
El Nuevo Herald,
diciembre 4, 2002.
No puedo dejar de referirme a la extraordinaria importancia de las fuerzas
armadas cubanas en el destino de una futura Cuba con libertad y democracia para
todos los cubanos.
Establezcamos como premisa que las fuerzas armadas y las fuerzas de
seguridad del estado son las únicas instituciones sólidas y
preponderantes de control nacional de la población dentro del aparato
gubernamental en Cuba que no aparentan ningún resquebrajamiento ni fisura
hasta el momento de escribir estas líneas. Obviamente las fuerzas armadas
no son una unidad monolítica. Es evidente que ha habido deserciones de
altos oficiales del MINFAR del régimen de Castro, así como el
fusilamiento de un general y un coronel y el encarcelamiento de otros altos
militares, y otros de menos jerarquía han tomado el camino del exilio, de
la cárcel o el suicidio.
Estimo que es indiscutible el papel decisivo y preponderante que ejercerán
las fuerzas armadas cubanas junto con la oposición civilista, la
disidencia actual, la disidencia por venir y las iglesias en la transición
a una Cuba con libertad y democracia cuando llegue el momento inevitable que se
avecina. Es peligrosísimo si no entendemos o analizamos la magnitud del
problema y olvidamos lo que sucedió en Rumanía o en la mismísima
Unión Soviética, y la participación de sus ejércitos
en la transición a la libertad, la democracia y al capitalismo de libre
empresa.
Es evidente que en los procesos políticos donde han acaecido cambios
estructurales gubernamentales profundos, desde las dictaduras autoritarias y
personalistas hasta el totalitarismo de estado al estilo estalinista, los
militares han sido un factor esencial en la solución al problema de
estado de hecho y la transición a un nuevo gobierno y a un estado de
derecho, liberando al pueblo oprimido y sojuzgado de un régimen tiránico.
La obligación moral de los militares es actuar a nombre de la nación
y devolverle la soberanía al pueblo, que es el soberano. Ante un dictador
implacable vitalicio, un pueblo indefenso, impotente y abandonado por todas las
instituciones internacionales a su libre albedrío, necesita de sus
fuerzas armadas y de la acción guerrera justa y necesaria para alcanzar
la libertad y la democracia cuando todas las otras avenidas diplomáticas
y recursos legales están cerrados. Las guerras son ''un infierno y una
aberración de la humanidad''. No conozco a ningún militar que haya
experimentado una guerra y desee que el combate mortal sea la única
solución para dirimir problemas que pueden arreglarse por vías
pacificas o negociadas. La guerra es el último recurso, la solución
final más costosa, la menos deseada y a veces inevitable.
A medida que pasa el tiempo con la profundización del caos financiero
marxista del gobierno cubano y aumenta el descontento popular así como la
descomposición económica, social y política del régimen,
se hace mucho más claro a simple vista el hecho incontrovertible y real
de que quizás la única estructura actual que tiene un organismo de
poder funcionando son las fuerzas armadas.
Yo considero que es importante para el futuro de Cuba como nación
libre, independiente y soberana del mantenimiento y fortalecimiento de unas
fuerzas armadas profesionales ajustadas en su tamaño a la realidad de su
población, al producto bruto nacional de su presupuesto y a la evaluación
de la amenaza estratégica. Habrá algunos que dirán que no
hacen falta fuerzas armadas, pero automáticamente seriamos un estado
indefenso, la soberanía e integridad nacional estarían en peligro
y vulnerables a los ataques del exterior dependientes de los Estados Unidos o de
otros aliados y alianzas para la defensa.
Debemos mantener nuestras tradiciones militares y la defensa de la nación
en manos de militares cubanos pundonorosos. de ahí la imperiosa necesidad
de enviarle un mensaje de fraternidad coherente al militar y al agente de
seguridad, sin importar el rango, de su lugar ante la historia y su pueblo,
donde se les recuerde y confiera con responsabilidad, que si hoy son parte del
parte del problema, mañana serán en gran parte la solución
del mismo. Hay militares dentro de esas fuerzas armadas cubanas que aspiran a
algo mejor, a que sus compañeros de armas, familiares y pueblo tengan una
mejor vida y mayores oportunidades de prosperidad.
Afortunadamente, hay varios miles de militares americanos de origen cubano
de alta graduación, sargentos y soldados que han servido en las fuerzas
armadas de los Estados Unidos de América, y entre ellos como ejemplo un
cubano sencillo, Leopoldo Fernández Pujals, que combatió con honor
y valientemente como capitán del Cuerpo de Ingenieros del ejercito
americano en Vietnam, y junto con él varios coroneles que han enviado una
carta pública con un mensaje De militar a militar a los militares cubanos
para que sean actores y facilitadores en una transición pacífica
hacia la libertad y la democracia en la ''tierra más hermosa que ojos
humanos hayan visto'', como dijera el gran almirante don Cristóbal Colón.
Y, finalmente, para Cuba, libertad, ya es hora.
Coronel (Ret) del Ejército de EUA, Fuerzas Especiales/Ranger.
Egresado Curso Estado Mayor Conjunto y diplomado en Estado Mayor del Ejército
Americano. Doctor en derecho por la Universidad de Villanueva, Cuba. |