CUBANET... INTERNACIONAL

Marzo 12, 2001



El régimen cubano grabó la vida privada de artistas españoles

Un ex-agente de Castro revela los métodos utilizados en la isla por la contra inteligencia Llegaron a Cuba en loor de multitudes. Eran famosos en España y también en la isla. Disfrutaron libremente de los placeres tropicales, pero el régimen de Castro les grabó hasta su vida íntima: Marujita Díaz, Jesús Mariñas, Joaquín Sabina, Imanol Arias, Massiel, Antonio Gades, Naomí Campbell, Kate Moss, Jack Nicholson y hasta el Premio Nobel Gabriel García Márquez son algunos de los personajes espiados.

G. Fernández/M.A. Menéndez. Madrid D16, marzo 12, 2001.

Delfín Fernández era un agente del Departamento 11 de la contra inteligencia cubana, cuyo alias era el de Otto. Se encontraba a las órdenes directas del capitán Eduardo Guillén y de un teniente coronel cuyo alias era Raúl. Otto trabajó para ese Departamento durante más de cinco años, pero finalmente decidió evadirse de Cuba. Actualmente se encuentra en España y Diario ha conseguido que hable. Sabe que corre peligro, pero aún así ha revelado uno de los secretos del espionaje cubano: "Cuando los visitantes llegaban a los hoteles Nacional, Meliá Habana o Meliá Cohiba, las habitaciones ya estaban preparadas con los sistemas más sofisticados de grabación".

En el programa "Tómbola", que emite Canal Nou, Dinio, el novio cubano de Marujita Díaz, amenazó a Jesús Mariñas con hacer públicas unas fotos en las que, supuestamente, el popular periodista estaba con menores en Cuba. Mariñas interpuso una demanda contra Dinio. Pero lo que probablemente no saben ni Marujita Díaz ni Mariñas es que, durante sus visitas a la isla, ambos fueron controlados y grabados las veinticuatro horas del día por los servicios de la contra inteligencia :"Siempre que determinados famosos visitaban La Habana, hasta el más mínimo de sus movimientos era grabado en audio y vídeo. Las habitaciones estaban preparadas de antemano".

empresarios. El Departamento 11 dependía directamente del Ministerio del Interior y entre sus objetivos estaba el control, la vigilancia y el espionaje del sector turístico: agencias de viaje, empresarios de la hostelería y directivos de empresas relacionadas con Cuba.

Según confirma Otto a Diario, los agentes conocían el día y hora en que determinados famosos llegarían a Cuba. Los informes eran remitidos a La Habana por los espías cubanos en España. Así, cuando esas personas entraban en Cuba ya estaba todo preparado para un seguimiento exhaustivo: "Hay determinadas habitaciones que están siempre preparadas. Además de los aparatos de audio y vídeo, un agente se hospeda en la habitación superior, en la de abajo o en las contiguas. Para no levantar sospechas, se elige a una pareja joven o a un matrimonio con niños".

Otto ha revelado a Diario que "Fidel Castro es un consumidor de escuchas y vídeos, sobre todo de personas de relevancia mundial". Al parecer, ni sus más íntimos amigos se libran de esta aparente obsesión por el espionaje. Uno de los ejemplos más llamativos es el del Premio Nobel Gabriel García Márquez: "Fidel presume de amistad con García Márquez. Incluso le entregó la casa 6 de protocolo del Consejo de Estado para su uso particular. Pero durante la remodelación del inmueble había mas cables de grabación que de electricidad. Se le grababa todo. Fidel no tiene paz con nadie en ese sentido".

Esta historia la ha corroborado el escritor disidente cubano Norberto Fuentes, que narra experiencias similares en su libro "Dulces guerreros cubanos".

Otro de los personajes que tampoco se habría librado de estas prácticas es el bailarín Antonio Gades, pese a su admiración por el régimen castrista. Hombre de la máxima confianza del número dos del régimen, Raúl Castro, Gades goza en Cuba de unas condiciones excepcionales de vida: "Allí disfruta de una casa que le cedió Raúl. La llaman Tropicanita, porque estuvo ligada al dueño de Tropicana. Hoy es una casa de protocolo del Ministerio del Interior para uso de Gades. Se ve a menudo con Fidel y Raúl Castro y con el ministro del Interior, Abelardo Colome Ibarra Furri".

Gades fijó su residencia en La Habana hace algunos años, en una situación de privilegio: "Con esas condiciones, yo haría como él: bendecir el régimen; pero le reto a que vaya a vivir como un cubano normal. Tiene acceso a divisas, dos coches para su uso y siete personas a su servicio".

Juan Manuel Pardo, un cubano de avanzada edad, es la persona encargada de atender al bailarín español. Pero también Pardo ejerce la misma actividad que Otto: vigilancia las veinticuatro horas del día. "Está a su entera disposición y es, además, vicepresidente del Instituto Cubano de la Industria Cinematográfica y productor de películas".

El régimen cubano tiene establecido lo que en argot interno se denomina "código especial":a todo personaje de categoría y con influencia que visite la isla se le somete a estrecha vigilancia. "Cuba se alimenta de eso", asegura Delfín Fernández, "el régimen vive de estas actividades".

El hotel Nacional se ha convertido en uno de los centros neurálgicos para las operaciones de la contra inteligencia cubana, integrado en el llamado Departamento 11. En muchos casos, los agentes lograban convencer a los visitantes famosos para que se alojaran en ese hotel: "Allí era donde más incidencias registrábamos. Muchos de los españoles que visitan Cuba, además de los que tienen fijada allí su residencia, están sometidos a ese régimen de vigilancia permanente sin que lo sepan".

El actor Imanol Arias fue uno de los espiados por el régimen castrista, según Otto: "En una de sus visitas a Cuba se le concedió un permiso de residencia especial para que contribuyera a estrechar los lazos de colaboración cultural. Su habitación en el hotel Nacional estaba pinchada".

Otro de los sometidos a un estrecho seguimiento fue el polémico periodista del corazón Jesús Mariñas: "Él siempre se hospedaba en el Sol Meliá, en el Meliá Cohiba o en el Meliá Habana. Yo no le espié directamente, pero mis compañeros del Departamento 11 me pedían informaciones sobre él porque sabían de mis contactos con España y de mis relaciones con destacados empresarios españoles".

Los cantantes Massiel y Joaquín Sabina también fueron sometidos a una estrecha vigilancia: "Se hospedaron en distintas ocasiones en el hotel Nacional y todo personaje de relevancia que se alojara allí era espiado. En estos dos casos me consta fehacientemente que los grabaron, porque yo era íntimo amigo de un funcionario del Departamento 3, el grupo que se encargaba de todo lo que tuviera que ver con el mundo del espectáculo. Casualmente, el hotel Nacional está situado enfrente de la sede de los Departamentos 3 y 4, en una esquina entre las calles 19 y O".

Otto afirma que las grabaciones efectuadas tanto a Massiel como a Marujita Díaz provocaron todo tipo de comentarios entre los miembros del servicio del contra espionaje castrista. "Esas señoras me parece que se merecen un respeto que no ha tenido el régimen cubano con ellas. Las escenas de "Gran Hermano" no son nada en comparación con las imágenes que se han grabado de muchos famosos españoles".

"Igual cuando se publique esta información, todas las cintas desaparecen", aventura el ex- agente Otto, "porque estos materiales los controla directamente la fílmica del Ministerio del Interior, así como la técnica operativa secreta, aunque en algunos casos pasan a los archivos de la central del departamento 10 y otros se trasladan a la videoteca personal que tiene Fidel Castro".

También los ciudadanos americanos son objetivo prioritario de la contra inteligencia cubana. El caso más llamativo fue el de la modelo Naomi Campbell. Llegó a Cuba acompañada de la también modelo Kate Moss. La orden era rutinaria: vigilancia las veinticuatro horas del día. Pero la alerta máxima se decretó cuando cundió el rumor de que compartiría habitación con el actor Leonardo Di Caprio.

Fue una visita muy polémica, según el relato de Otto: "Naomi se hospedó en la suite presidencial del Hotel Nacional, una habitación que ha sido ocupada, entre otros, por destacados dirigentes de Palestina, Líbano y príncipes de varios países durante sus visitas privadas. El rumor de que ambos compartirían la suite se extendió como la pólvora y se instalaron todos los dispositivos de vigilancia. Al final, todo quedó en un rumor".

El actor Jack Nicholson fue otro de los personajes fuertemente vigilados durante sus estancias en el hotel Meliá Cohiba.

El hecho de que algunos hoteles sean de titularidad española no da inmunidad para no ser espiado. "Los dueños de un hotel, que comparten la titularidad al 50 por ciento con el Gobierno cubano, tienen que acatar la directiva que marca el Departamento 11 a través del oficial del G2 que se encuentra destinado en ese hotel. Ellos saben perfectamente qué es lo que hace el G2, y tienen la obligación de colaborar con ellos. En las empresas mixtas, los directores cubanos del hotel son o han sido agentes de estos departamentos. En el caso del Meliá Cohiba, el director, de apellido Pardo, llevaba casi 20 años en la contra inteligencia. Fue Jefe de Seguridad de Marina Heminway, lo trasladaron como jefe de seguridad del Cohiba y recientemente lo ascendieron a director por la parte cubana".

Diario ha intentado, sin éxito, recabar la opinión de la Embajada de Cuba en España. Los servicios diplomáticos cubanos sólo respondieron a una primera toma de contacto en la primera llamada, sin que fuera posible volver a comunicar con ellos. ©CopyrightEdicionesPeriodísticasS.L. Capitán Haya 1, Madrid (España)

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