"El bloqueo no se acabó". Lo dijo el ministro cubano de Salud al hablar sobre el alivio del embargo de EE.UU. en drogas y alimentos. Sostuvo que hay trabas para su ejecución. Y que Cuba tendrá problemas para financiar su medicina
Por ANA BARON. Washington. Corresponsal. Clarín digital. Jueves 29 de junio de 2000
El Ministro de Salud de Cuba, Carlos Pablo Dotres Martínez, reaccionó ayer con mucho escepticismo frente a la flexibilización del embargo para los medicamentos y los alimentos acordada en Washington afirmando que es necesario ver cómo será su implementación.
"A mí lo que me preocupa es que de acuerdo a los cables que leí la gente pueda creer que se acabó el bloqueo de medicamentos, de alimentos. Y yo no lo veo tan así", dijo a Clarín.
De pasó por Washington, donde asistió a una reunión en la Organización Panamericana de la Salud, Dotres dialogó con este diario tras una conferencia sobre la salud en su país.
"Según las informaciones que tengo, hay una serie de limitaciones y de obstáculos alrededor de esta medida que prácticamente harían de ella un mero enunciado y no un hecho. Hay que ver, hay que profundizar en lo que dicen", comentó el ministro.
—¿Cómo evalúa la flexibilización del embargo acordada?
—Si usted lo analiza dentro de todas las normas del bloqueo, esto es como quitarle una piedrecita a un gran pared.
—¿Se puede caer la pared sin la piedrecita?
—No lo creo
—Y desde lo político, ¿es un avance?
—Una piedrecita en el ojo duele, pero una piedrecita en el zapato sólo molesta. Por lo que conocemos no considero que esto vaya a causar el efecto que los cables dicen que va a tener, considerando la magnitud de la reglamentación del bloqueo. El bloqueo es como una telaraña
de regulaciones y obstáculos.
—¿Qué tipos de medicamentos importarían de EE.UU.?
—Los medicamentos anticáncer, fundamentalmente para los niños, algunos tipos de antibióticos que no producimos en Cuba. Hoy el bloqueo veda a los cubanos el desarrollo técnico médico estadounidense y somos dependientes en parte de esa tecnología
para poder desarrollar nuestros programas de salud. Nosotros tendríamos que analizar los precios y las condiciones antes de comprar.
—¿Cuáles obstáculos teme más?
—Cuba no tiene ningún crédito del Banco Mundial, del BID ni de ningún otro organismo financiero internacional. Es decir, financiamos nuestros programas de salud con lo que da la economía, lo que da el turismo, la agricultura, la caña de azúcar. Si
el bloqueo continúa alrededor de todas estas esferas económicas, seguiremos teniendo dificultades financieras.
—¿Y dónde piensa conseguir el financiamiento para pagar los medicamentos?
—Ese es otro de los problemas. Si tenemos que pasar por bancos de terceros países, la transacción se encarece. Incluso si tenemos la plata y queremos pagar al contado, como no tenemos una relación bancaria directa con Estados Unidos, deberíamos pasar por bancos
de otros países y los medicamentos saldrán más caros. También hay un problema de transporte. De acuerdo a la Ley Torricelli (NdR: una norma que reforzó el bloqueo), un barco que amarra en un puerto cubano no puede regresar a Estados Unidos en seis meses. Es decir
que eso descarta la posiblidad de transportar los medicamentos por barco. Importamos penicilina para once millones de habitantes. ¿Cómo hacer para transportar esa cantidad por avión? No se puede.
—¿Qué monto de medicamentos importan actualmente?
—Importamos un total de 100, 110 millones. Son 70 millones por medicamentos y unos 30 de equipos. Son productos de países asiáticos y europeos.
Cautela de Clinton
Washington. AP y AFP.
El presidente Bill Clinton juzgó ayer prematuro levantar totalmente el embargo que EE.UU. mantiene contra Cuba, al señalar que no dará más pasos para normalizar las relaciones de su país con el gobierno de Fidel Castro.
Sin embargo, anticipó que firmará el proyecto de ley, acordado el martes en la Cámara de Representantes, para permitir la venta de alimentos y medicinas a Cuba. "Yo siempre he querido vender más víveres y medicamentos, no sólo a Cuba, sino también
a otros países", sostuvo en una rueda de prensa.
El mandatario aclaró que respalda las sanciones adoptadas hasta ahora contra la isla contempladas en una ley especial. "No creo que podamos cambiar la ley hasta que exista una mayoría bipartidista que crea que el gobierno cubano hizo un esfuerzo para entenderse con nosotros",
indicó el mandatario. Admitió, no obstante, que tenía "ciertos reparos" ante la posibilidad de que el aflojamiento del embargo no logre aumentar las ventas a Cuba.
Clinton insistió en que no es éste el momento para levantar completamente el bloqueo. Y recordó que en 1996 dos aviones privados estadounidenses —piloteados por exiliados anticastristas— fueron abatidos en vuelo por cazas de guerra. "Estábamos en una
normalización de las relaciones", rememoró. El hecho dio pie a un refuerzo del embargo.
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