Reprimen
a cuentapropistas y vendedores ambulantes de la capital cubana
LA HABANA, 11 de diciembre (María de los Angeles González,
UPECI) - Miembros de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) reprimieron
la semana pasada a los conductores de carros tirados por caballos que rentan sus
vehículos a la entrada del Parque Lenin, en esta ciudad.
Según la disidente Lissi Rico Cantillo, del Grupo de Apoyo de Arroyo
Naranjo, entre los gendarmes y los conductores de esos carros se produjo un
altercado público donde los trabajadores por cuenta propia expresaron que
ellos actuaban legalmente ya que poseen licencia extendida por la Oficina
Tributaria. "Consideramos injusta la medida de desalojarnos del lugar",
coincidieron los cuentapropistas.
Por otra parte, en el agromercado La Palma, situado en el municipio habanero
Arroyo Naranjo, decenas de vendedores ambulantes fueron desalojados de ese
sitio. La policía argumentó que tal medida era definitiva. Esas
personas se dedican a vender jabas de nylon y condimentos como comino y bijol,
entre otros.
Hace varios meses que se nota una ofensiva contra los vendedores ambulantes
aunque éstos tengan la autorización correspondiente para realizar
esa actividad. Dondequiera que se ubican son sacados del lugar.
Los gendarmes de la 2da. Unidad de la PNR, situada en la calle Zanja, Centro
Habana, regularmente acosan a los hombres y mujeres, principalmente
discapacitados, que ofertan productos en los portales de la calle Galiano. No
obstante, los vendedores vuelven a instalarse en la zona so pena de multas,
decomisos y otras penas.
De igual manera los restaurantes particulares (llamados popularmente "paladares")
son constantemente sometidos a verificaciones. Sus dueños se quejan de
esta modalidad de acoso. "Para aliviarme de las presiones de los
inspectores estatales, tengo que hacerles un buen regalo", aseguró
el dueño de La Rosa Criolla, uno de esos establecimientos situado en la
barriada de Víbora Park.
La cantidad injustificada de inspecciones influye directamente en que muchos
cuentapropistas hayan abandonado esa actividad, al menos legalmente.
Funcionarios inescrupulosos solicitan grandes sumas de dinero a los trabajadores
por cuenta propia a cambio de no imponerles multas. Los comercios estatales
tampoco escapan de ese modo de lucrar de los dirigentes comunistas.
"Tú los ves cómo se acercan a los cocineros y les dicen:
Tienes algo para mí, no tengo nada que comer en la casa. Después
se van con el portafolio lleno", explicó un cocinero de la cafetería-restaurante
Danag, sito en la calle Lourdes del municipio Arroyo Naranjo.
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