LA HABANA, Cuba. — Se habla de José Martí como líder revolucionario, patriota, escritor y poeta, pero de su vida personal se conoce muy poco. La inmensa mayoría de los cubanos ignoran los detalles de la vida íntima del Héroe Nacional. Por ejemplo, si les preguntan dónde Martí vivió en Cuba antes de marchar al exilio, lo más seguro es que respondan que en la casa de la calle Paula, en la Habana Vieja, donde nació el 28 de enero de 1853.
Poquísimos compatriotas saben que, después de allí, Martí y su familia vivieron en 15 lugares diferentes en La Habana. En la casa natal, en la calle Paula, vivieron solo hasta 1856, pues al crecer la familia los padres, Mariano Martí y Leonor Pérez, tuvieron que buscar un espacio mayor. Por esa razón, en poco más de 20 años cambiaron de domicilio quince veces.
Sobre los lugares en La Habana donde vivió el que se convertiría en el más universal de los cubanos, es muy esclarecedor el libro Tras los pasos de José Julián Martí Pérez 1853-1879, de Josep Trujillo Fonseca, profesor y miembro de la Unión de Historiadores de Cuba y de la Sociedad Cultural “José Martí”.
En dicho libro, publicado en el año 2019 por Ediciones Geo, de la Empresa Cartografía y Soluciones Geomáticas, aparecen listadas todas las casas donde moró Martí, además de un mapa donde aparecen más de 120 lugares de la geografía cubana por los cuales transitó el Apóstol entre 1853 y su muerte en combate, en Dos Ríos, el 19 de mayo de 1895.
La lista de las casas comienza por la de la calle Paula (hoy Leonor Pérez), primero número 41, después 102 y actualmente 314. Después aparecen, en orden cronológico, las casas que Martí, sus padres y sus hermanas habitaron en Merced N° 40, Ángeles N° 56, San José de los Sitios N° 56, Cerrada de los Sitios de San José N° 56, Industria N°32, Jesús Peregrino N°52, Refugio N° 11, Peñalver N° 53, Partido Rural de Marianao s/n, San José s/n, Barrio de la Cruz Verde en Guanabacoa, San Rafael N° 55, Tulipán N° 32, Industria N° 115 y Amistad N° 42.
También aparecen en el listado las casas donde vivió la familia luego del exilio de Martí y la casa en Tulipán que ocupó brevemente Martí con su esposa, Carmen Zayas Bazán, y donde nació su hijo.
Visité alguno de esos lugares y pude comprobar que esas casas han sido muy modificadas o ya no existen. En ningún caso hay tarjas o señalamientos que indiquen que Martí vivió allí. Pregunté a vecinos de esos lugares y todos, muy asombrados, respondieron que no lo sabían.
Un dato asombroso contiene el libro de Trujillo Fonseca: cuando vivían en San José de los Sitios N° 56, Mariano Martí —licenciado ya del cuerpo de artillería y de celador, se dedicaba a la sastrería— y Leonor Pérez —que realizaba trabajos de costura— vendieron a dos esclavos de su propiedad que se dedicaban a torcer tabacos con los dos operarios. Este hecho, según Trujillo Fonseca, aparece en el muy documentado libro Creciente Agonía, de los investigadores Adys Cupull y Froilán González, publicada en 2003 por Ediciones Gorki (Madrid) y por la Editorial José Martí (Cuba) en 2007.
Pese a que en aquellos tiempos no era extraño que las personas con ciertos recursos económicos tuviesen esclavos domésticos, me sorprendió mucho saber que los progenitores de Martí fueran dueños de esclavos. En los 74 años que tengo jamás escuché hablar de eso. Y también quedaron boquiabiertas todas las personas con las que he comentado el asunto. Dicho esto, podemos suponer cuántas informaciones más acerca de José Martí han sido premeditadamente omitidas o manipuladas a conveniencia del castrismo.
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