Jeannette Ryder y el Bando de la Bondad

CDMX, México.- Fue una norteamericana, uno de los primeros referentes en Cuba de la filantropía hacia animales, niños y mujeres vulnerables. Aunque no todas las fuentes coinciden en este dato, la mayoría apuntan que arribó a la isla en 1904 o 1905.
Desde que pisó Cuba, con 33 años, la estadounidense se erigió como una protectora de los indefensos. Las crónicas de la época la retratan recorriendo las calles con bolsas de comida para alimentar a los perros y gatos. Algunos la tildaron de loca, pero realmente era una mujer fuerte e irreverente que se enfrentaba a los dueños de coches de caballos cuando veía que maltrataban a estos; y se oponía a las corridas de toros. Los niños huérfanos también estuvieron en el centro de la labor filantrópica de Jeannette Ryder.
El investigador y narrador Jorge Domingo lo contó así: “Muy pronto se fue extendiendo la noticia de que una estrafalaria y chiflada mujer norteamericana se enfrentaba a los rudos carretoneros cuando castigaban a sus caballos, cargaba con bolsas de alimentos para repartirlos entre perros y gatos sarnosos y se detenía a sermonear a los pilluelos. La burla y el sarcasmo cayeron sobre ella con saña; pero no lograron causarle el menor daño ni hacerle variar su actitud. Convencida de lo correcto y de lo necesario de su proceder, continuó recorriendo cada día la ciudad y paulatinamente el menosprecio hacia su persona se fue trocando en asombro, respeto y admiración. Algunos se acercaron a ella para acompañarla en aquella noble cruzada, y al contar entonces con un grupo de seguidores, Jeannette Ryder fundó el 27 de octubre de 1906 el Bando de Piedad”.
Jeannette no solo fue la artífice principal del Bando de Piedad, también destinó su fortuna personal e ingresos de su esposo, el médico norteamericano Clifford Ryder, para mantener esta organización que se sostenía mediante donaciones.

Desde su sede en la antigua calle Paula (hoy Leonor Pérez) de la Habana Vieja, financiaron un dispensario para prestar asistencia médica gratuita a niños y niñas. También estableció un reparto de leche y pan para personas sin hogar. El Bando de la Piedad llevó desayuno a mujeres detenidas en unidades policiales, se opuso a la prostitución y dio refugio a animales.
En 1931 se le diagnosticó a su promotora una seria enfermedad pulmonar y falleció el 10 de abril.
Cuando Jeannette murió, su perra Rinti se echó junto a su tumba en el cementerio Colón y rechazó el agua y los alimentos que le ofrecían los empleados. No quiso vivir más sin su dueña. Allí levantaron una escultura que recuerda la lealtad; pero sobre todo la inconmensurable bondad de Jeannette.
El panteón de Ryder es actualmente visitado como sitio de peregrinación de los animalistas y protectores cubanos.
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