MIAMI, Estados Unidos. – Ubicada en el corazón de Miami, la mansión Vizcaya es un verdadero tesoro de la arquitectura y el diseño del siglo XX. Construida entre 1914 y 1922, esta impresionante propiedad fue el hogar del empresario James Deering, quien se propuso crear un refugio de arte y belleza en el borde de la bahía de Biscayne.
La mansión, inspirada en la arquitectura italiana del Renacimiento, fue diseñada por el arquitecto F. Burrall Hoffman Jr. y el diseñador de interiores Paul Chalfin, con una meticulosa atención al detalle y un profundo conocimiento de la historia del arte.
La construcción de Vizcaya comenzó en 1914, cuando Deering adquirió un terreno de 180 acres a orillas de la bahía de Biscayne. En aquel entonces, Miami era una ciudad en rápido crecimiento, y Deering quería crear una residencia que reflejara tanto su amor por el arte como su conexión con la comunidad local. El proyecto tomó casi una década en completarse, y durante ese tiempo, Deering y Chalfin viajaron por Europa en busca de inspiración y objetos de arte para la mansión.
El resultado es un conjunto impresionante que combina elementos de la arquitectura renacentista italiana, el diseño barroco y la tradición paisajística inglesa. La mansión cuenta con 34 habitaciones decoradas con antigüedades, arte y objetos decorativos de Europa y América.
Mientras, los jardines de Vizcaya, diseñados por el paisajista Diego Suárez, son un ejemplo excepcional de diseño de jardines italianos e ingleses, con fuentes, grottos y esculturas que se mezclan con la vegetación tropical de Florida (2).
Vizcaya es también un testimonio de la colaboración entre Deering y Chalfin, quienes trabajaron juntos en cada aspecto del diseño y la construcción de la mansión. Chalfin, un diseñador de interiores talentoso y abiertamente gay, tenía una visión única para la propiedad y se encargó de seleccionar los objetos de arte y las antigüedades que llenan la mansión.
Hoy en día, Vizcaya es propiedad del condado Miami-Dade, que lo ha convertido en centro de eventos culturales, educativos y sociales. La riqueza y belleza histórica de la villa sigue siendo una fuente de inspiración para artistas y diseñadores de todo el mundo.
En un mundo donde la urbanización y la modernidad a menudo eclipsan la belleza y la historia, Vizcaya sigue siendo un recordatorio de la importancia de conservar y celebrar el patrimonio cultural y artístico. La mansión y sus jardines ofrecen un refugio para aquellos que buscan inspiración, conocimiento y conexión con el pasado.