LAS TUNAS, Cuba. – La zafra azucarera 2018-2019 concluyó en Cuba el pasado mes de mayo y todavía no se han hecho públicas las cifras oficiales de la cosecha. Este miércoles, el Noticiero Nacional de la Televisión (NTV), reportó una visita gubernamental a la provincia Camagüey, encabezada por la presidencia del Consejo de Estado y de ministros, donde se requirió de esa provincia tradicionalmente productora de azúcar, “una zafra mejor” para 2019-2020.
Antes, en La Habana, “el gobernante Miguel Díaz-Canel Bermúdez, el segundo secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, José Ramón Machado Ventura y el primer vicepresidente Salvador Valdés Mesa, evaluaron los resultados de la zafra azucarera y los preparativos para la próxima contienda”, reportó el martes el NTV.
Pero el mismo espacio, que informó de una videoconferencia del gobierno con las autoridades de todas las provincias que participaron en la cosecha, no dijo cuántas toneladas de azúcar había producido la zafra 2018-2019, ni cuántas se pronosticaban para la “próxima contienda”.
En la provincia Las Tunas, municipio Puerto Padre, el central Delicias, rebautizado Antonio Guiteras luego de su expropiación, otrora mayor productor de azúcar de caña del mundo, que en la cosecha de 1953 produjo 1 millón 383 mil 653 sacos de 325 libras, en la zafra recién concluida sólo produjo 67 mil 197 toneladas de las casi 90 mil que tenía planificadas.
De los cuatro centrales azucareros activos en Las Tunas, ninguno cumplió sus planes de producción, salvo el Majibacoa, una eficiente, pero pequeña industria que produjo ocho mil toneladas más de las pronosticadas.
El otrora central Francisco, antes perteneciente a la provincia Camagüey, ahora bajo jurisdicción de Las Tunas, ubicado en las fértiles tierras de la costa sur, sólo produjo cinco mil 410 toneladas de azúcar, tres mil menos que en la zafra 2017-2018.
Aunque se le tenga como oveja negra, esa baja elaboración del otrora central Francisco, es un reflejo de la decreciente producción de azúcar en toda Cuba. Aunque las autoridades cubanas no han revelado cifras oficiales, enmascarando estas con números porcentuales de crecimiento con respecto a la anterior cosecha, fuentes independientes opinan que en la pasada zafra no se superaron las 1,3 millones de toneladas de azúcar.
En su muy detallada monografía “El ingenio”, que exhibe las cifras de producción desde 1840 y hasta 1967, Manuel Moreno Fraginals refiere que justo hace 100 años, en 1919, Cuba produjo 4 millones 180 mil 621 toneladas de azúcar.
Esa producción prácticamente fue duplicada 33 años después. En 1952 Cuba produjo 7 millones, 298 mil 23 toneladas de azúcar. Para conseguir esa producción empleó 59 millones 537 mil 933 toneladas de caña, con rendimiento de azúcar de 12,62, esto es, como promedio, 41,85 toneladas de caña por hectárea y 5,13 toneladas de azúcar por hectárea.
Paralizando el país, transformando soldados y burócratas en cortadores de caña y haciendo él mismo de machetero, luego de roturar potreros, talar árboles frutales y echar abajo platanales y cuantos cultivos se interpusieran en la siembra de cañaverales, en 1970, en la llamada “zafra de los diez millones”, el entonces primer ministro Fidel Castro sólo consiguió producir 8 millones 538 mil toneladas de azúcar, apenas 1 240 toneladas más que 18 años antes, en la zafra de 1952.
En un país como Cuba, que fuera en el pasado siglo el mayor productor de azúcar de caña del mundo, donde nuestros mayores solían expresar, “sin azúcar no hay país”, ponderando así la importancia de la industria azucarera para la nación, no sólo en lo económico sino también en sus tradiciones socioculturales y en el carácter nacional, ciertamente, debe ser bochornoso divulgar las irrisorias cifras de producción de azúcar pasados ya 19 años en el siglo XXI.
Ahora cabe preguntarse: ¿El azúcar se sumará al doble racionamiento que hoy tienen los cubanos?
Escribí “doble racionamiento” por ser el que hoy existe en Cuba. Uno es el existente desde hace ya 57 años, cuando fue promulgada la Ley 1015 el 12 de marzo de 1962, instaurando la cartilla de racionamiento. Otro es el que ha ido estableciendo el gobierno a partir del desabastecimiento de alimentos, regulando la venta de productos ya liberados del racionamiento.
A cuatro libras per cápita por la cartilla de racionamiento, se necesitan más de 255 mil toneladas anuales para abastecer ese mercado. Súmele la venta liberada, a seis pesos la libra de azúcar parda y a ocho pesos la refinada; más la que venden en TRD (Tiendas Recaudadoras de Divisas) a 1.80 CUC el kilogramo.
Añádase, el azúcar que consumen unidades militares, policiales, cárceles, hospitales, escuelas… y la consumida por los millones de visitantes que se suman anualmente a la población nacional.
Y, habrá contratos internacionales que los suministradores de azúcar deberán cumplir.
Luego… Otra vez pregunto: ¿El azúcar se sumará al doble racionamiento? Para comprar arroz doblemente racionado ya son grandes las colas. Las autoridades debían responder al pueblo.