Wanted Putin, pero no tanto

LAS TUNAS, Cuba. — Sí, wanted Vladímir Putin, se busca, y la frase no es el título de una ficción cinematográfica, sino obedece a una realidad jurídica. Desde el pasado viernes, cuando la Corte Penal Internacional (CPI) emitió una orden de arresto en contra suya, Vladímir Putin no puede pisar ninguno de los 123 países firmantes del Estatuto de Roma sobre los que la CPI tiene jurisdicción, pues, al instante y por encontrarse acusado de crímenes de guerra, la INTERPOL procedería a su inmovilización.

Un día después de comenzar la guerra en Ucrania, el 25 de febrero de 2022, publicamos en este sitio el artículo Vladimir Putin debe ser enjuiciado por crimen de agresión, texto en el que expresamos: “Son delitos de guerra o crímenes de guerra las acciones que violan las leyes y costumbres en los enfrentamientos armados… la destrucción de ciudades, de poblados, de valores culturales, el trato cruel a los prisioneros de guerra, a los heridos, a los enfermos, el saqueo de bienes estatales o privados, la deportación de la población civil o la toma de rehenes, entre otras acciones punitivas ilegítimas, constituyen crímenes de guerra que son imprescriptibles, y, muchos de esos delitos internacionales ahora mismo están ocurriendo en campos, pueblos y ciudades de Ucrania, a manos del Ejército de la Federación Rusa, cuyo comandante en jefe es Vladimir Putin”. Eso afirmamos hace poco más de un año.

Y también expresamos en aquel texto: “Por acto de agresión está conceptuado el uso de la fuerza armada por un Estado contra la soberanía, la integridad territorial o la independencia política de otro Estado… el ataque —fuera de lo regulado por la Carta de la ONU— de fuerzas armadas de un Estado contra otras de otro Estado, o contra la población civil… el bombardeo… el envío por parte de un Estado de grupos irregulares —paramilitares o mercenarios— para que lleven a cabo actos armados contra otro Estado… habiendo incurrido el presidente Putin en todas esas acciones, de forma pública y notoria, a la vista de la comunidad internacional, llevando al Estado ruso de forma criminal contra el Estado ucraniano”.

Pero aclarábamos que, atendiendo a que el crimen de agresión se enfoca en los principales responsables y no en los Estados, porque sólo los líderes, y en este caso el presidente de la Federación Rusa, Vladímir Putin, es el legalmente capaz de cometer este delito internacional, que aplica a los individuos, siendo luego del genocidio, los crímenes de guerra y los crímenes contra la humanidad, el cuarto delito que puede ser juzgado por la CPI con jurisdicción en una de estas tres condiciones:

1) si un Estado miembro de la CPI remite una situación a la Corte.

2) si, el fiscal (que ahora es el caso) inicia una investigación, motu proprio.

3) o, si el Consejo de Seguridad de la ONU remite una situación a la Corte, pero, puesto que excepto en el caso de las remisiones del Consejo de Seguridad, los Estados que no son miembros de la CPI están excluidos de la jurisdicción de la Corte, y puesto que la Federación Rusa se encuentra en este caso, es el Consejo de Seguridad de la ONU el que debe dirigirse a la CPI para remitir la situación creada por el presidente Putin entre su país y Ucrania, pero al día de hoy, tal acción no ha ocurrido y es poco probable que ocurra.

Vladímir Putin sólo está acusado hoy de la deportación y transferencia ilegal de niños ucranianos a Rusia, aunque el secretario general de la ONU y todos los Estados miembros saben muy bien de los hechos ocurridos en Ucrania, y como expresamos hace un año, “debían observar que la Resolución 3314 de la (XXIX) Asamblea de las Naciones Unidas concerniente a la definición de agresión, en el artículo 5 expresa: Ninguna consideración de cualquier naturaleza, ya sea política, económica, militar o de otro tipo, puede servir como justificación para la agresión; una guerra de agresión es un crimen contra la paz internacional. La agresión da lugar a la responsabilidad internacional; ninguna adquisición territorial o ventaja especial resultante de una agresión es o será reconocida como lícita”.

Sí, wanted Vladímir Putin, pero en realidad no se busca tanto, aunque sí los ucranianos tienen más suerte que los cubanos. En los años 60 del pasado siglo, miles de cubanos libraron una guerra civil contra el castrocomunismo: cientos de ellos, mujeres, niños, hombres, ancianos, fueron arrancados a la fuerza de sus hogares y trasladados a cientos de kilómetros, a los llamados pueblos cautivos, en lo que constituye un crimen de guerra parecido al cometido por el presidente de la Federación Rusa con los niños ucranianos, pero nunca, jamás, never, ni Fidel ni Raúl Castro ni ningún militar cubano fue enjuiciado por esos crímenes, lo que nos dice que, en materia de justicia internacional, para hacer valer derechos nacionales, todavía hay mucho por hacer, porque son demasiadas personas con poder de decisión mirando a otro lado.

ARTÍCULO DE OPINIÓN
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