HOLGUÍN, Cuba. – “Hace 19 noches y 19 días estamos aquí, y los que faltan…”, dice Manuel, quien hace la cola para comprar divisas en la Casa de Cambio (CADECA) del bulevar de la ciudad de Holguín. En la noche aumenta el riesgo de que se organice otra cola; por ello, para cuidar los puestos, tienen que permanecer 24 horas de guardia.
Al principio todos vigilaban, hasta que la mala noche los afectó. Así establecieron turnos rotativos de dos horas: mientras unos duermen, los demás velan. “Hay que estar toda la noche vigilando”, dice Carmen, una joven que abandonó la carrera universitaria cuando los estudios entorpecieron sus gestiones migratorias, que incluyen los trámites para el pasaporte, los negocios que mantiene en el mercado informal y la compra de dólares estadounidenses.
Carmen quiere emigrar a Estados Unidos junto a su esposo. Harán el trayecto desde Nicaragua, para lo cual necesitan casi 10 000 dólares estadounidenses.
“Ella llega aquí por la mañana. El esposo la releva a las 6:00 de la tarde y se queda hasta la mañana del otro día”, dice un vecino que la acompaña en la cola. Aunque la cantidad máxima de venta por persona es de 95 euros, muchos cubanos, al igual que Carmen, han comenzado a reunir poco a poco el dinero para emigrar.
Para evitar el desgaste, se forman equipos integrados por familiares o amigos. “Yo quiero vivir en Estados Unidos. En el trayecto gastaré 8 000 dólares que incluyen el boleto y la travesía. Aquí estamos 11 integrantes de mi familia. Haremos la cola cuantas veces sea necesario”, comenta un joven que se identificó como Alejandro.
La organización de la cola está pensada hasta el mínimo detalle. “Cuando te relevan en la guardia tienes que dejar todo claro. Que se sepa que el que llega está cuidando el puesto de un grupo de diez personas. Si lo haces solo, te desgastas y no puedes comprar”, añade Alejandro.
Alguien pregunta el último una y otra vez. Nadie responde. “¿No hay último?”, insiste enojado el recién llegado. “Hace rato yo lo di y parece que se fue. Guíese por mí. ¿Usted sabe cuántos últimos se han dado y cuantos últimos se han ido? Cuando ven que la cola es de mucho sacrificio, desisten y se van”, le responde un señor.
A los continuos y largos cortes del servicio eléctrico que afectan la venta de divisas en CADECA, ahora se sumó el cierre del local por la fumigación contra el mosquito Aedes Aegypti, pues el territorio mantiene una situación epidemiológica preocupante por el elevado número de casos de dengue.
“El sábado [pasado] no hubo venta por apagón. Hoy hay corriente, pero no están trabajando porque es domingo. Lo justo sería que si no trabajaron ayer, pues que lo hagan hoy. Hay muchos apagones, venden poco y por eso la cola no avanza. El Gobierno debería instalar una planta eléctrica para que la venta no pare”, opina Felipe, quien espera comprar la semana próxima “si los apagones me lo permiten”, señala.
La venta también se ralentiza durante los días de pago a los jubilados. En CADECA se unen la cola para la compra de divisas con la no menos nutrida fila de los pensionados. “Aquí no deberían pagar pensiones. Esto es una Casa de Cambio (CADECA) y ese tiene que ser su único objetivo. Si se unen la venta de divisas con el pago de pensiones esto no avanza. No hay que ser universitario para darse cuenta de esto. Unir una cosa con la otra es una pésima decisión que tomó alguien que no hace cola”, comenta Alejandro.
No hay venta de dólares estadounidenses. La oferta duró poco desde que el 23 agosto comenzara en todo el país la venta de divisas por parte del Estado cubano a las personas naturales.
“Al principio vendían 50 USD por persona. Pero ahora no, porque dicen que no tienen. Y es que nadie le vende dólares estadounidenses a CADECA porque ellos pagan 123,60, mientras en la calle están a 200 pesos. Ahora lo único que CADECA vende es 95 euros por persona. Para comprar 950 tienes que traer a 10 integrantes de tu familia. Nosotros estamos aquí todo el día y empezamos la noche normal. Vamos a la casa, nos damos un baño, comemos y enseguida volvemos para la cola”, asegura un señor que se identifica como Alberto, quien lleva más de 10 días a la espera.
Otros hacen la cola para adquirir euros y depositarlos en una cuenta bancaria asociada a una tarjeta magnética con la que comprarán en las tiendas en MLC (moneda libremente convertible), las únicas en Cuba que comercializan una gama variada de productos de primera necesidad.
“Necesito cárnicos, puré de tomate, papel higiénico, y donde único los venden es en las tienda en MLC”, dice una señora.
También abundan los que compran para después revender la moneda extranjera o los productos adquiridos en las mencionadas tiendas en MLC. “Yo compro y revendo para aumentar la cifra y seguir comprando. El euro está más caro en el mercado informal y con la diferencia seguiré comprando, y así completaré para irme para Miami. Es lo que hace la mayoría, comprar barato y revender caro para seguir comprando y completar la cifra”, dice Pedro, quien asegura que “antes de diciembre” completa para irse.
La segunda etapa de la compra de divisas es el escaneo del carnet de identidad que realiza un responsable asignado por el Gobierno a través de una aplicación del celular. Antes escaneaban dos carnets por persona, pero eliminaron el sistema porque, según el organizador de la cola, eso se prestaba para las ilegalidades. Ahora solo escanean un carnet por persona.
Diariamente se escanea un promedio de 30 tarjetas de identidad. Cada cliente puede entregar hasta dos; pero a la hora de comprar solo se vende a una persona por carnet.
“Cuando te escanean el carnet de identidad no quiere decir que ese día compras. Solo nos quitamos la preocupación de la cola, pero tenemos que venir todas las mañanas y estar atentos a la venta. Si te llaman y no estás, pierdes el turno y tienes que comenzar de nuevo”, dice Mario, quien estuvo 17 días en cola.
Como un hecho inusual, el viernes escanearon 250 carnets. Frente a la CADECA se formó una aglomeración. Muchos se alarmaron pensando que había ocurrido algo.
“Yo pasaba en una guagua. Llamé a mi papá y le dije que buscara en internet para saber qué estaba pasando. Después nos enteramos de que era el escaneo de carnets para comprar en CADECA”, explica Magalys, que ahora está en la cola y lamenta haber perdido la oportunidad.
“Hasta que no compren esas 250 personas a nosotros no nos van a escanear el carnet para poder comprar. Y van muy lento. El primero entró el miércoles. Al otro día entraron 10. La venta depende de la disponibilidad de dinero que tenga CADECA, y también si los apagones lo permiten”.
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