GUANTÁNAMO, Cuba.- El índice de infestación del mosquito Aedes Aegypti en Guantánamo ha aumentado 0.16 puntos desde marzo pasado, lo que ha provocado que las autoridades de Salud Pública e Higiene y Epidemiología desarrollen una etapa intensiva de enfrentamiento contra el vector, según informó este viernes 25 de mayo el periódico Venceremos, órgano oficial del comité provincial del partido comunista.
La nota, firmada por Annaliet Sourt Álvarez, reprodujo declaraciones de Eduardo Sánchez Lara, director provincial de Higiene y Epidemiología, quien aseguró que el territorio tiene un índice de infestación de 0.39, muy por encima del permisible -que es de 0.05-, siendo Guantánamo, Manuel Tames, Caimanera e Imías, los municipios con mayores índices de infestación y los tanques bajos de almacenamiento de agua los principales reservorios de los focos contaminantes.
En marzo Cubanet también informó de la situación, pero el peligro ha aumentado debido a que entonces el índice de infestación era de 0.23 -según declaraciones ofrecidas por el mismo dirigente a Venceremos el 23 de marzo- por lo que la situación es alarmante, y puede agravarse más por las numerosas lluvias que han caído y las que posiblemente caigan.
Se han detectado casos de zika en el centro de la ciudad y se mantienen habilitados como hospitales espacios de la Escuela Vocacional de Ciencias Exactas José Maceo, debido a la imposibilidad de recibir todos los casos que se presentan en el hospital provincial y en el pediátrico.
Ante la gravedad de la situación los estudiantes de primero a quinto año de la Facultad de Ciencias Médicas han dejado de recibir clases para dedicarse a labores de pesquisaje en las zonas más infestadas, aunque a pesar del aumento de los contagiados con dengue y zika las autoridades mantienen hermético silencio sobre si han ocurrido muertes, como hicieron cuando en meses recientes la provincia fue perjudicada por varios brotes de cólera, algo que contribuye a la falta de percepción de riesgo que se aprecia entre la población.
Años atrás era común que toda la ciudad fuera fumigada al menos una vez por semana, sobre todo durante el período lluvioso. Actualmente solo se fumigan las áreas de mayor índice de infestación.
La única explicación a esta práctica es la difícil situación económica del país, carente de recursos financieros que permitan sostener una fumigación constante y masiva como antes y envuelto en la agónica tarea de cumplir puntualmente con el pago de la deuda externa para recuperar su credibilidad internacional, algo que ha sido abordado reiteradamente por el General de Ejército Raúl Castro Ruz en sus intervenciones ante la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Al habla con trabajadores vinculados con la campaña antivectorial
Cubanet tuvo acceso a dos trabajadores de la campaña anti vectorial y a un dirigente de la Dirección Provincial de Salud, quienes nos dieron sus opiniones a cambio de preservar su identidad.
Uno de los trabajadores nos dijo: “Trabajamos en condiciones muy duras, en ocasiones no contamos con el producto adecuado para fumigar y eso lo saben muy bien quienes dirigen la campaña. A veces le damos tratamiento intensivo a un área y cuando logramos reducir o eliminar los focos el índice de infestación “se dispara” -aumenta- en otras. Y no es fácil trabajar todo el día cargando este tareco -indica hacia el aparato de fumigación- por un salario tan bajo”.
Su compañero coincide en lo referente a las dificultades que confrontan para erradicar al mosquito, aunque estima que la atención que ahora reciben los fumigadores es mejor que la de años atrás. También considera que una causa que provoca el aumento del índice de infestación es la falta de higiene en las zonas más infestadas.
“Es verdad que no contamos con todos los recursos, pero si la gente fuera más disciplinada sería mejor. Hay zonas de Guantánamo como los barrios de San Justo y Raposo donde la gran cantidad de caballos, cerdos y la higiene deficiente, favorecen la propagación del mosquito. A veces entregamos abate -un larvicida- y no lo echan en los tanques. Creen que el mosquito no los va a picar y que si lo hace no van a enfermar. Así no vamos a disminuir la presencia del mosquito porque eliminarlo totalmente es imposible, mucho menos con las lluvias que están cayendo”.
El dirigente de Salud Pública reconoció que el factor económico ha incidido en la adopción de esta nueva práctica: “Es cierto que antes había más sistematicidad en la fumigación y que esta se extendía a toda la ciudad. Ahora, debido a limitaciones con los recursos que tenemos nos vemos obligados a fumigar solo las áreas más infestadas. Pero si la población coopera se puede reducir el índice de infestación a pesar de las lluvias. La mayor cantidad de recursos se destinan a la atención de las personas hospitalizadas, cuyo número ha ido en aumento. Estamos muy preocupados por el comportamiento de las lluvias en mayo y porque la población mantiene una baja percepción del riesgo que corre, por eso se desentiende del auto focal a pesar de la constante campaña de nuestros medios informativos”.
Preguntado acerca de la cantidad de muertos respondió: “No puedo ofrecerte el dato porque no lo tengo”.
Las autoridades sanitarias de la provincia tienen una difícil tarea. Solo hasta el 22 de mayo habían caído como promedio 179 mm de agua en Guantánamo, algo que lo califica como un mes muy húmedo. A ello se suman las deficiencias del sistema de recogida de basura, el incumplimiento de elementales normas higiénicas por parte de la población y la carencia de recursos para enfrentar sistemáticamente al mosquito, el cual continúa sonando triunfalmente su trompa, aunque los muertos -si los hay- sigan bajando al hoyo rodeados de absoluto silencio.