VILLA CLARA, Cuba.- Mala atención, falta de condiciones para la espera y una tienda desabastecida es lo que encuentran los clientes de empresas y organismos estatales que asisten a comprar a la ‘tienda de estímulo’ del Ministerio del Comercio Interior (MINCIN) “Las Villas”, única de su tipo en la ciudad de Santa Clara.
Las tiendas para compras “por estímulo” son una modalidad comercial que nació en los años 90 a raíz de la despenalización del dólar estadounidense y la apertura de las primeras Tiendas Recaudadoras de Divisas (TRD), conocidas entonces como ‘diplotiendas’ debido a que sólo podían vender a personal diplomático o extranjeros.
Mediante una especie de moneda virtual a la cual se llamó “puntos”, valorada cada unidad en un dólar (hoy un CUC), su función fue la de beneficiar a trabajadores destacados ofreciéndoles la oportunidad de comprar algunos productos similares a los vendidos en las llamadas ‘diplos’.
En la actualidad, algunas empresas mantienen el sistema y otorgan entre 25 y 40 ‘puntos’ anuales a sus trabajadores ‘estrellas’ para que realicen compras. El beneficio, fundamentalmente, lo reciben directivos, especialistas, técnicos u otro personal de gestión administrativa.
Según Ileana García, especialista del MINCIN en Villa Clara, el objeto de la entidad santaclareña es la venta de ropas ‘de vestir’, zapatos y productos de aseo “iguales que los que comercializan las tiendas en divisas”, a trabajadores considerados indirectos a la producción y que su plaza requiera mantener buena imagen.
“El precio de los productos en las tiendas de estímulo tienen una rebaja del 50 por ciento con respecto a la red minorista convencional”, explica García, resaltando la envergadura del beneficio.
Sin embargo, la realidad dentro de la tienda dista de los parámetros comerciales establecidos, mientras que la calidad del servicio se desentiende del buen trato y las necesidades básicas para las largas esperas que en cada jornada tienen que enfrentar los clientes hasta ser atendidos.
La administración del lugar con frecuencia recibe quejas por la ausencia de un sitio establecido para la espera, asientos a la sombra y servicio sanitario.
Una trabajadora del establecimiento que bajo condición de anonimato aceptó colaborar, comunicó que ese comercio atiende unos veinte trabajadores diarios provenientes de más de 200 empresas, las cuales poseen un universo de empleados superior a los 22 mil.
De acuerdo con la empleada de “Las Villas”, en la tienda sólo se venden mercancías de baja demanda, la mayoría rechazadas por los clientes en la red minorista convencional.
“La gente viene por gusto, nunca encuentra nada. Antes era distinto, nuestros clientes salían complacidos por la variedad y calidad de los productos. Se podían encontrar chancletas, zapatos de moda, prendas y artículos que todos buscaban o querían lucir”, comentó la empleada.
Lizandra García Moreno, ingeniera de una empresa de diseño adjunta al Ministerio del Transporte (MITRANS), y usuaria de “Las Villas”, aseguró que año tras año la situación de la tienda empeora.
El pasado cuatro de mayo asistió al lugar por tercera vez en su vida laboral, a “gastarse” los puntos que le fueron asignados. Pero poco pudo comprar, dado el basto desabastecimiento y maltrato recibido de los dependientes en turno.
“Tuve que gastar mis 38 puntos en dos productos, porque apenas pude alcanzar desodorante y jabón de mala calidad, ni zapatos, ni ropa, no se para que esto sigue abierto”, lamentó García.
La ingeniera señaló que el funcionamiento del punto de venta se encuentra marcado por la burocracia y la corrupción. Según ilustra, las instituciones que no cuentan con recursos para realizar “regalitos a los trabajadores de la tienda de estímulos”, no reciben las mismas atenciones que entidades más poderosas que “sí pueden hacer los regalitos para que les guarden lo mejorcito” de las mercancías en el almacén.
Por su parte, trabajadores de la Empresa Porcina provincial consultados en la instalación, abundaron que otro inconveniente es la demora en recibir el otorgamiento del turno para comprar en la tienda.
“Después de realizar la solicitud, la designación del turno puede tardar de seis meses a un año en llegar”, dijeron.