LA HABANA, Cuba, agosto (173.203.82.38) – Una semana difícil han vivido los habitantes de Jaimanitas, por dos eventos que provocaron la molestia colectiva: la falta de fluido eléctrico durante más de doce horas, de lunes a viernes; y la marea de aguas negras inundaron las calles.
La limpieza de los pozos donde alivian las fosas de numerosas casas, sacó a flote cientos de metros cúbicos de excremento que recorrieron varias cuadras como un torrente. Los camiones perforadores impactaron el entorno con su ruido, y de las cavernas marinas emergió también una espuma gris, con alto contenido de potasa, según afirmaron los entendidos.
Aunque muchos vecinos se quejaron del anacrónico procedimiento, los trabajadores de la Empresa Aguas de La Habana confesaron que era la única técnica disponible para acometer la tarea de limpieza de pozos albañales.
En el caso de los apagones, desde las siete de la mañana hasta las ocho de la noche, se comentó que se debían a la instalación de nuevos postes del alumbrado público, al cambio de transformadores antiguos, y a un nuevo tendido eléctrico para mejorar el servicio a Jaimanitas, sobre todo para enfrentar los huracanes.
Pero a medida que avanzó la semana sólo se vieron los camiones de la Empresa Eléctrica en la zona del Punto Cero, donde reside Fidel Castro, y en la calle que va de la unidad militar de seguridad personal a las viviendas que ocupan sus oficiales, al este del pueblo.
Jaimanitas se vanagloriaba de que allí no había apagones (que azotaron y azotan al país), debido a su posición estratégica, y porque muy cerca de allí se encuentran las viviendas de los principales líderes de la revolución. Aunque, según se ha filtrado, los apagones en medio del calor sofocante se deben a labores de reparación en la zona militar, y sobre todo, a la instalación de una nueva fase eléctrica que los independiza del pueblo, que en lo adelante no gozará del privilegio de tener, a todas horas, luz eléctrica.