SAN JUAN, Puerto Rico. — El pasado mes de febrero el gobierno de los Estados Unidos programó reuniones en Washington D.C. entre oficiales de las Tropas Guardafronteras de Cuba y oficiales de la Guardia Costera de los Estados Unidos con el propósito de coordinar operaciones para impedir el acceso de balseros cubanos a los Estados Unidos. Las mismas fueron supuestamente “canceladas” tras las protestas de varios miembros del Congreso de los Estados Unidos; sin embargo, los miembros de la delegación cubana sí llegaron a los Estados Unidos.
Estas conversaciones daban continuidad a las reuniones de los días 18 y 19 de enero en La Habana entre funcionarios de Estados Unidos con representantes de la dictadura castrista sobre la crisis migratoria en las fronteras norteamericanas. Reuniones que han sido duramente criticadas por el senador Marco Rubio y los congresistas María Elvira Salazar, Carlos Giménez, entre otros.
No es la primera vez que se producen este tipo de conversaciones entre dichas partes. En el 2015 y el 2018 se produjeron reuniones en Cayo Hueso, Florida.
Las Tropas Guardafronteras de Cuba forman parte de los cuerpos militares represivos pertenecientes al Ministerio del Interior (MININT). Como bien se conoce, este organismo tiene a su cargo la represión contra el pueblo cubano y los opositores al régimen dictatorial imperante en dicho país.
Se trata, por lo tanto, de una reunión con los esbirros de la tiranía que persiguen, encarcelan, torturan y asesinan a los cubanos que tratan de salir de Cuba en busca de la libertad que le es conculcada por el régimen castrista.
Dichas tropas tienen un tenebroso historial de crímenes de lesa humanidad contra el pueblo cubano. Las unidades militares y navales de guardafronteras fueron los responsables de la masacre del Remolcador ‘13 de Marzo’ en 1994. Fueron los autores de la matanza de Río Canímar el 6 de julio de 1980 en donde murieron al menos seis personas, entre ellos varios niños. Y más reciente aun la masacre en Bahía Honda el pasado 29 de octubre de 2022, en la que murieron al menos seis personas, entre ellos una niña, quienes viajaban a bordo de una lancha en la cual trataban de escapar de Cuba.
Además, esas unidades militares también son responsables de los asesinatos de cientos de cubanos tratando de cruzar hacia la Base Naval de Guantánamo para pedir asilo político.
Son innumerables y horrendos los crímenes de lesa humanidad cometidos por los guardafronteras cubanos, por lo que resulta una infamia reunirse con representantes de un cuerpo militar represivo que ha asesinado a cientos de personas, más aún cuando la intención es privar a seres humanos oprimidos de la libertad, ya que el propósito de tales reuniones es bloquear a los balseros que huyen de Cuba y la devolución de estos al esclavizante régimen castrista.
La devolución sumaria de cubanos interceptados en alta mar es un patrón usual. De hecho, el Servicio de Guardacostas de los Estados Unidos interceptó y entregó a las fuerzas represivas castristas a miles de balseros el año pasado.
Y es que dentro de Estados Unidos se están creando políticas públicas contradictorias e inconsistentes con los principios sobre los cuales se fundó este gran país. El acordar con los represores de los pueblos la entrega de los oprimidos y devolver a sus opresores a seres humanos que huyen en busca de la libertad es violentar esos derechos inalienables y los principios de vida, libertad y búsqueda de la felicidad en que se funda esta gran nación.
Es preocupante que a muchos cubanos que lograron entrar a los Estados Unidos por la frontera se les bloquee el acceso al país al mantenerlos en un limbo migratorio bajo la llamada I-220A (Order of Release on Recogninance) en vez de darle un ‘parole’ para que puedan tener acceso al derecho de ajustarse y legalizar su estatus migratorio bajo la Ley de Ajuste Cubano.
También preocupa el estatus incierto de los miles de venezolanos y nicaragüenses que han entrado a Estados Unidos en busca de libertad y cuyos pueblos también están sometidos a crueles y sanguinarias dictaduras procastristas.
Toda migración debe ser tratada con respeto y sentido de humanidad, pues quien emigra de su suelo natal suele hacerlo por circunstancias muchas veces extremas, en busca de un futuro mejor para sí y su familia. Pero cuando se trata de la emigración por razones de opresión política, donde está en juego la libertad de los seres humanos, además del respeto y del sentido humanitario, hay que priorizar el sagrado derecho a la libertad dando refugio al emigrante que escapa de la esclavitud y la opresión.
ARTÍCULO DE OPINIÓN
Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no necesariamente representan la opinión de CubaNet.