
HOLGUÍN, Cuba.- “Por ahora no venderemos carne”, la información del empleado dejó pasmados al centenar de clientes que desde la madrugada hacía cola frente a La Molienda, la nueva tienda abierta este lunes en Holguín para la comercialización de alimentos en moneda libremente convertible.
En el departamento de Cárnicos y Frescos los cables desconectados permanecían colocados por encima de las neveras vacías.
La mayoría de los clientes quedó con los deseos de comprar paquetes de pollo, una mercancía deficitaria hace casi un año en Cuba. “La venta del pollo hubiera sido el mejor regalo para la inauguración de la tienda”, dijo una señora con tono de frustración y tristeza.
“La tienda empezó muy mal, sin pollo ni otros cárnicos. Si este es el primer día, no quiero ver cómo estará dentro de un mes”, dijo con pesimismo un señor.
La decepción de los presentes ante las neveras vacías fue blanco de burlas. “¿Esto es una iniciativa del director de la tienda para decorar el lugar?”, preguntó una joven en tono sarcástico. Con esa misma intención alguien quiso saber si las neveras estaban en venta.
Las exigencias de los presentes obligaron a una empleada a dar una risible respuesta: “ofertaremos los cárnicos después que se abastezcan de carne las tiendas que venden en moneda CUP y CUC”, dijo la trabajadora.
“Si es así, —espetó un señor— entonces ustedes nunca venderán carne”, un comentario que provocó la risa de todos los presentes excepto de la empleada.
Alguien comentó que las nuevas tiendas en MLC de La Habana si ofertaban carne. “Recuerda que Cuba es La Habana y lo demás es áreas verdes”, respondió un señor haciendo ver las marcadas diferencias sociales y económicas entre la capital cubana y las demás provincias.
Los efectos del coronavirus han agudizado la crisis económica que ya arrastra Cuba, con grandes afectaciones en el suministro de alimentos, donde la escasez de carne provocó que el mercado informal subiera su precio aceleradamente. De manera ilegal, en Holguín la libra de carne de cerdo se cotiza a 55 pesos, la de pollo a 40 y la de res está a 70, en un país donde el salario medio mensual es de poco más de mil pesos (40 dólares).
El disgusto de los clientes se incrementó cuando descubrieron que el único aceite ofertado era de oliva y de girasol, almacenado en un recipiente con capacidad para un litro y con el prohibitivo precio de 5.20 dólares.
“No se venderá ni el aceite de soya ni el de producción nacional”, respondió una dependienta que no supo explicar las razones.
Todos los productos ofertados en la tienda son importados, una decisión que contradice el segundo principio de la nueva estrategia económica aprobada recientemente por el gobierno: “defender la producción nacional y el destierro de la mentalidad importadora”.
A muchos les llamó la atención la súbita oferta de alimentos. “Hasta ahora todas las tiendas estaban desabastecidas, ¿de dónde salieron todos estos productos?”, preguntó en susurro una mujer a su compañero. “Seguro los trajeron en un barco-cohete para que llegaran rápido”, ironizó el esposo.
“Se acabó el bloqueo de Estados Unidos”, dijo alguien al ver los estantes repletos con las mercancías importadas.
Uno de los productos que más se ha vendido ha sido el frasco de 400 gramos con tomate frito, a un precio de 1.10 dólares, dijo a CubaNet una de las empleadas en condición de anonimato.
“En la calle no hay puré de tomate, y por eso los clientes compran tomate frito en conserva para cocinar”, detalló la trabajadora.
Holguín abrió cuatro tiendas para la venta en moneda libremente convertible y “con el nuevo modelo de oferta iniciarán el Punto de Venta de Seis Columnas, para la línea de ferretería; La Sucursal ofrecerá alimentos y útiles para el hogar y Las Maravillas se destinará al aseo personal y renglones para la higiene”, dijo a la prensa local Elizabeth Reyes Velázquez, directora de la División Oriente Norte de Tiendas Caribe.
Por su parte, la Sucursal CIMEX en Holguín comenzó con “La Molienda” para la comercialización de alimentos con alrededor de 80 códigos, en lo fundamental de jugos, refrescos, cerveza importada, pastas alimenticias, café y otros, informó Leudis Bauzá Matos, gerente general de CIMEX en la provincia.
Según Emilio Morales, de The Havana Consulting Group, las nuevas medidas responden al desespero del régimen cubano derivado del agravamiento de la crisis económica en la Isla.
“Vender en pesos convertibles en el mercado interno ya no es rentable a los militares cubanos, pues esa moneda no tiene ningún valor fuera de Cuba. Por tanto, necesitan vender en dólares para poder pagarle a los proveedores”, opinó.
El analista afirmó que el Gobierno carece de una estrategia para desarrollar el país. “Lo que se intenta implementar son medidas de sobrevivencia tras 60 años de acumulación de problemas, 60 años con una población sometida a la pobreza, y una generación en el poder que ha creado un modelo donde el poder perpetuo y la limitación del individuo han sido la clave de su existencia”, señaló.
Dos días después de aplicadas las nuevas medidas económicas, que incluye el fin del gravamen del 10% a los dólares estadounidenses, la moneda convertible cubana ha caído a 1.50 CUC por dólar en las casas de cambio clandestinas de Holguín, con tendencia al alza.
Durante la tarde del día de la inauguración de La Molienda, un fuerte aguacero con descargas eléctricas dejó sin luz la tienda que desde ese momento suspendió el servicio por casi dos horas. El pequeño techo del portal del local propició que el agua inundara el piso, causando molestias entre los clientes que fueron obligados a abandonar el establecimiento.
“Esperemos que inviertan parte de los dólares que ganarán en ampliar el techo para protegernos del sol y la lluvia”, dijo una señora visiblemente enojada por la humedad en sus zapatos mojados.
Otras personas a la espera del cese de la lluvia se asomaban por los cristales. “Mira como hay comida en esta tienda”, dijo una asombrada mujer. “Aquí solo se vende en dólares”, le respondió un joven.
“Nosotros que no ganamos dólares tenemos que conformarnos con las dos libras de arroz y las seis onzas de frijoles adicionales que nos prometieron”, agregó el joven.
Esta idea fue apoyada por el reconocido dramaturgo holguinero Yunior García, quien escribió en su perfil de la red social de Twitter: “No sé cómo llamarle a esto de las tiendas en MLC. Pero… justicia social… no es!
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