LA HABANA, Cuba.- El universo animado cubano cuenta con un gran número de personajes icónicos que van desde Elpidio Valdés hasta Fernanda; sin embargo, las nuevas generaciones de la Isla se identifican más con los productos extranjeros, incluso con aquellos llegados desde Japón, que posicionan al mundo del Anime como una importación cultural que aumenta en seguidores cada año.
La quinta edición del Festival Otaku cubano, desarrollada el pasado fin de semana en la fortaleza San Carlos de la Cabaña y en el Teatro Lázaro Peña, viene a ser la prueba de este fenómeno. Desde 2014 el proyecto Freak Zone, parte de la plataforma de actores culturales Love In de RTV Comercial, decidió crear un espacio para que los jóvenes otakus de La Habana pudieran socializar, compartir y divertirse.

El fenómeno ha crecido de tal manera que el festival habanero se ha convertido en un espacio multiplataforma para exponer la cultura pop japonesa en Cuba, capaz de atraer a más de dos mil personas durante su pasada edición. Además, los organizadores lanzan convocatorias para que otras entidades y proyectos se sumen con actividades propias, tales como las desplegadas por el Cenesex y los Protectores de Animales de la Ciudad.
Enrique Mayo, al frente del proyecto Freak Zone, se mueve en este mundo desde 2008 y ha visto cómo el movimiento ha crecido exponencialmente durante estos diez años. Para él “lo más positivo de este tipo de eventos radica en la posibilidad que tienen los participantes de expresar su admiración por esta cultura, tener un lugar sano donde reunirse, compartir y conocer personas”.
Esta suerte de Comic Con cubana propone a sus asistentes el esparcimiento a partir de juegos de mesa y participación, torneos de videojuegos, encuentros de conocimientos, rifas de videoconsolas, un área tradicional para la caligrafía japonesa, el uso del kimono y el origami, un espacio de dibujo creativo, encuentro con diferentes youtubers cubanos y un concurso de cosplay, entre otras sorpresas.
De acuerdo con Ifrit, uno de los youtubers invitados a la cita, “normalmente no existen espacios regulares a los que los otakus puedan ir a interactuar con personas afines e intercambiar abiertamente”, y estos festivales les dan esa posibilidad. Por su parte, EmmaStyle, otra youtuber presente, considera que “en la sociedad actual vivimos con ciertas discriminaciones, y creo que este tipo de festivales ayuda mucho a que la gente se libere, disfrute y se comporte como realmente son”.
A pesar de que los trabajadores del proyecto no perciben ningún beneficio económico por la realización del festival, sí tienen como aspiraciones crecer, mejorar, e incorporar otras áreas que aún faltan por desarrollar. “No pretendemos tener un carácter nacional porque en otras provincias existen proyectos afines y todos nos conocemos, nos ayudamos y participamos en los festivales de los otros. De hecho, aquí están presentes los proyectos de Sancti Spíritus, Santa Clara y Matanzas, así como una pequeña representación de Las Tunas y Camagüey”, explicó Enrique Mayo.
Aunque en la edición de 2018 no estuvo presente ningún personaje nacional, Enrique declaró que “el mundo de la historieta cubana también se mezcla en este festival con un taller desplegado por la Vitrina de Valonia”, y aunque “en la mayoría de los casos los muchachos hacen sus cosplay de personajes japoneses, sí hemos tenido casos de animados cubanos como son Elpidio Valdés, Yeyín y Fernanda”, apuntó.
Dentro de la nación japonesa, Otaku es un término utilizado para referirse a los fanáticos de los videojuegos, la animación y la historieta. Fuera de Japón, Otaku engloba a todos los seguidores de la cultura pop japonesa, por lo tanto, quienes demuestran algún grado de fanatismo por la animación nipona, popularmente conocida como Manga, pueden considerarse otakus.