SANTIAGO DE CUBA, Cuba.- Pacho, un cuentapropista radicado en la calle Enramadas, cuenta a CubaNet los numerosos obstáculos que ha sorteado en aras de mantener su negocio. “Me busco la vida vendiendo pan con jamón y fritura de yuca, con eso mantengo a mi mujer y a mi hija. Pero desde que saqué la patente, todo se me ha complicado”, lamenta.
“Los inspectores me caen una o dos veces al mes, y tengo que estar con el corre corre para poder tenerlo todo en orden. En dos ocasiones me han cogido con productos que tuve que comprar por la izquierda, porque no los había en las tiendas, y como no tenía los papeles me pusieron una multa de 1500 pesos, en ambas ocasiones. Además, a un trabajador mío también lo multaron en la calle, porque me traía unas mercancías, pero como los papeles decían mi nombre, le impusieron la multa sin comprobar nada antes”, denunció.
El cuentapropista se prepara ahora para efectuar su Declaración Jurada (DJ) y la Liquidación del Impuesto sobre Ingresos Personales ante la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT), pero confiesa que después de los incidentes con las multas no le quedan más deseos de seguir “regalándole dinero al Estado”.
“El gobierno no te da ventajas para desarrollar el negocio, uno no puede conseguir las materias primas legales, porque no las hay. Tengo varios amigos que tenían cafeterías al igual que yo y tuvieron que dejarlas, porque eran demasiadas las trabas”, agregó el emprendedor.
Por otra parte, Pacho también hizo mención a las cuentas bancarias obligatorias para las actividades de cafeterías, bares, restaurantes, arrendadores de viviendas, transportación, servicios de construcción, así como el mantenimiento de inmuebles, según la legislación tributaria No. 904 de 2018, del Ministerio de Finanzas y Precios.
“Es injusto tener que hacer una cuenta bancaria cuando uno necesita hasta el último centavo en las manos, porque con la cuenta y las transferencias uno pierde dinero, además, si metemos la plata en el banco, ¿cómo vamos a gestionar todos los gastos del negocio, que son a diario?”, se pregunta el pequeño inversionista cubano.
Como Pacho, varios cuentapropistas muestran gran inconformidad con las recientes normas dirigidas a controlar los ingresos personales en el país, además de los impuestos, calificados por los contribuyentes de “exagerados”, ante las enormes trabas económicas que impone el propio gobierno, incapacitando a los emprendedores cubanos de obtener ingresos que mejoren sus capitales de inversión, y su economía en general.
Al respecto, el pasado 6 de abril medios oficiales de Santiago de Cuba informaron de un “significativo atraso” en la Campaña de Declaración Jurada, que se desarrolla en el país desde el 7 de enero, con fecha límite el próximo 30 de abril. Explicaron que las personas naturales que se acojan a las disposiciones actuales de tributo al Presupuesto del Estado, que en el término especificado no hayan tributado, estarán sujetos a la aplicación de multas por morosidad, además de recargos en los impuestos.
La ONAT en Santiago de Cuba reveló a través de una nota en el semanario Sierra Maestra que, de 10820 contribuyentes obligados, solo han declarado 6238, lo que dejaría hasta la fecha un monto de 4582 tributantes que no han efectuado su declaración jurada.
Del mismo modo, se indicó que de los actuales contribuyentes que han presentado su declaración jurada, los cuales representan un 57.6%, los comunicadores sociales encabezan las estadísticas con 68.18%, y el sector artístico, con el menor índice, queda solo en un 57.16%.
Conjuntamente, la ONAT hizo énfasis en los contribuyentes del sector agropecuario, los cuales se estrenan este año como tributantes, pero hasta el momento solo han declarado un 30.5%, figurando solo 4688 de un total de 15387 declarantes potenciales. Este último segmento, según señala el semanario oficialista, “se encuentra entre las principales tareas de la ONAT en cuanto a capacitación y fomento de la cultura tributaria, debido a que en estos momentos se encuentra en una situación desfavorable”.
Por otro lado, el Panel Informativo televisado a través del canal local Tele Turquino, dedicó su emisión del pasado día 10 a los atrasos en las declaraciones juradas, exponiendo cierta preocupación por parte de las autoridades de la ONAT ante la morosidad del sector privado de la provincia suroriental.
En dicho Panel se punteó que la declaración jurada es un “acto de confianza”, por tanto, puede haber intenciones de falsear dicho documento, y de evadir el fisco, “es muy difícil conocer la real cuantía de los ingresos personales de cada contribuyente, por ello se establece la declaración jurada, la cual no debe tener errores, ya que se puede condenar tanto por las vías penales como administrativas, establecidas en la ley 113, en su decreto 308. En caso de delitos más graves de evasión fiscal, los mismos pasarían a competencia de los Tribunales”, según indicó el Licenciado George Castillo Mojena, quien funge como Jurídico de la ONAT en Santiago de Cuba.
“Una de las infracciones que se puede dar es no presentar la DJ. Sí, se establece un término ‘voluntario’ hasta el 30 de abril, donde la persona espontáneamente debe llenarla y presentarla, posteriormente la Administración Tributaria tiene hasta cinco años para fiscalizar la información otorgada y si esta se ajusta a la verdad. Se dice 5 años porque la ONAT tiene que revisar miles de contribuyentes, y no cuenta con el personal ni los recursos para hacerlo en menos tiempo”, explicó Castillo Mojena.
Más adelante el licenciado advirtió que, “de no presentar la DJ en el término voluntario, entonces la persona incurrió en morosidad, lo cual se sanciona con multas desde 100 a 600 pesos. Ahora bien, si se hallan informaciones falsas en la declaración, se puede sancionar con 250 o 3000 pesos por incumplimiento de deberes formales. En caso de no declarar la suma real de los ingresos, se aplicarán penalidades de 350 a 10000 pesos, y el aporte del 30% de lo dejado de declarar. En caso de que el contribuyente muestre resistencia, entonces se le impondrá una pena de 2 a 5 años de privación de libertad, o multas de 500 mil cuotas por evasión fiscal. Por último, si se detecta falsificación, entonces la sanción será de 3 a 8 años de cárcel”.
La ley 113, del año 2012 del Sistema Tributario Cubano, establece 25 tributos, de los cuales 19 son impuestos, tres tasas y tres contribuciones, con la base imponible de todos los ingresos obtenidos. Para la Liquidación de Impuestos, los tributantes están obligados a presentar la declaración Jurada, mediante el modelo DJ-08, recogiendo los ingresos y gastos generados en las diferentes actividades, y en el caso del sector agropecuario presentarán sus pagos a través del modelo DJ-09.
Algunos contribuyentes alegan que no existen más que “multas y obligaciones, y se carece de estímulos y de recursos”, lo cual genera incertidumbres entre el sector privado, y a consecuencia de ello, muchos prefieren conservar sus limitados ingresos hasta el último día, y otros han optado por dejar las patentes y los tributos por el viejo trabajo ilegal, que desde los primeros años de la “Revolución” ha estado presente en la cotidianidad de la isla.