LA HABANA, Cuba.- Una nota informativa del Banco Central de Cuba (BCC) presentada en la Mesa Redonda de este jueves, 10 de junio, anunció la suspensión temporal de los depósitos de dólares estadounidenses en los bancos cubanos por parte de personas naturales y jurídicas.
Según se expresa en la nota, esta medida, que entrará en vigor a partir del 21 de junio, resulta “necesaria para la protección del sistema bancario” y afectará al efectivo pero no a las cuentas en moneda libremente convertible (MLC), las cuales podrán seguir recibiendo dólares desde el exterior. La disposición no afecta otras divisas como el euro, los dólares canadienses, las libras esterlinas, etc., en las que se podrán seguir realizando depósitos y otras transacciones.
Las exposiciones sobre el tema estuvieron a cargo de Carlos Fernández de Cossío, Director General del Departamento EE UU del Ministerio de Relaciones Exteriores; Marta Sabina Wilson González, Ministra presidenta del BCC, y la viceministra, Yamilé Berra Cires. Ninguna de las intervenciones llegaron a esclarecer suficientemente la implementación de este nuevo edicto.
La Resolución 176 del BCC se fundamenta en la imposibilidad de Cuba de depositar dólares estadounidenses físicos en los bancos internacionales ante las restricciones impuestas por el “carácter extraterritorial del bloqueo”, que hacen cada vez más difícil encontrar instituciones bancarias que le permitan a la Isla realizar transacciones en esa moneda.
Según Fernández de Cossío, con el recrudecimiento del bloqueo aplicado por la administración Trump desde 2017, pero con mayor fuerza desde 2019, “EE UU busca deprimir los ingresos y generar hambre y miseria” a fin de lograr un estallido social que acabe con la revolución. El énfasis en afectar el sector financiero, lamenta el funcionario, “ha tenido una precisión quirúrgica”, con un “impacto demoledor”.
El funcionario sostiene que la limitación de las remesas desde 2019 y la supresión de las vías institucionales para tramitarlas -se refiere directamente a la prohibición expresa de que se realicen transacciones de dólares estadounidenses a través de FINCIMEX- hace que lo que llega a Cuba sea el efectivo, introducido por los viajeros cubanos y foráneos, lo que provoca una “desproporcionada” circulación en esa moneda sin que se le pueda dar curso.
El asunto resulta confuso, en especial si se tiene en cuenta la perniciosa falta de liquidez de la que suelen quejarse las autoridades cubanas y que fue el motivo esgrimido para la controversial apertura de tiendas que operan con MLC. Ahora resulta que el “bloqueo” ha generado una acumulación de dólares dentro de la Isla que el gobierno alega no tiene cómo tramitar.
Al decir de la ministra Wilson, se ha creado una acumulación de dinero físico que queda sin valor de uso porque no se le puede dar salida; “con él no puede hacerse ninguna operación de comercio exterior”. Ella dice que el “efecto incisivo sobre el sistema financiero” y la pérdida de contraparte de bancos extranjeros es un perjuicio causado por el bloqueo estadounidense contra los bancos cubanos. “Colocar a las entidades cubanas en una lista negra implicó la limitación de las transacciones con esas entidades”, señala, por tanto “el pueblo debe entender que no tenemos otra opción” que la aplicación de esta resolución.
Quedó establecido el día 20 de junio como fecha límite para que la población haga depósitos en dólares. Se dio a conocer, además, que la aplicación de la nueva disposición tiene carácter temporal y que no significará una penalización de la tenencia de dólares.
La duración de esta medida, insiste Wilson, “dependerá de la duración de las restricciones que impone EE UU a Cuba”. Lo que deja muy mal parada la pretendida “soberanía” de la que tanto alardean las autoridades gubernamentales de la Isla.
Por su parte, la viceministra Yamilé Berra tuvo a su cargo otro recuento de calamidades sufridos por el sistema bancario de Cuba a partir de las presiones establecidas por Trump y que “Biden ha mantenido intactas”, entre ellas mencionó el cierre de operaciones con Cuba por parte de 35 bancos extranjeros, 12 de los cuales fueron sancionados con fuertes multas multimillonarias en virtud de la aplicación de la Ley Helm-Burton.
También declaró Berra que, como parte de las medidas implementadas desde 2017 por la administración Trump, se canceló la mensajería bancaria cubana y se han cerrado operativamente varios servicios bancarios, entre ellos claves de mensajería, de corresponsalía, y la negativa a aceptar operaciones cubanas con cartas de crédito.
“Solo en 2020 hay más de 190 acciones de bancos extranjeros contra la banca cubana”, declaró la viceministra, quien lamenta que Cuba sea considerado un país riesgoso para dichos bancos, calificación esta que tiene al “bloqueo” como uno de sus motivos. La funcionaria no se refirió a otros motivos posibles -como los recurrentes impagos de la abrumadora deuda- para la existencia de semejantes reservas para con la banca cubana.
En definitiva, las intervenciones de los funcionarios gubernamentales en esta Mesa Redonda, lejos de resultar esclarecedoras, dejaron numerosas interrogantes, además de que omitieron cuestiones de gran interés. Hubiera sido interesante conocer si la no aceptación de dólares estadounidense por los bancos cubanos incluye la supresión de su compra en las CADECAs a la tasa de 24 x 1, habida cuenta que esta entidad forma parte del mismo sistema financiero. Se supone que los dólares recaudados por las CADECA también se acumularían en las bóvedas de los bancos y perderían así su valor de uso.
Otro cuestionamiento corresponde a la declaración de la dirección de CADECA, pocas semanas atrás, acerca de su falta de liquidez para cambiar la moneda nacional a divisas en el caso de los visitantes que regresan a sus países de origen e intentan deshacerse del CUP. Resulta, como mínimo, contradictorio, que en un país donde las bóvedas están llenas de dólares a los que no se les puede dar valor de uso, no se pueda hacer recambio de moneda por parte de una entidad financiera creada para esos efectos.
Tampoco se puede desdeñar la posibilidad de que la nueva resolución del BCC tenga el propósito no confesado de suprimir, o al menos limitar, el desenfrenado mercado ilegal de divisas -de las cuales la más presente es precisamente el dólar estadounidense-, mercado que, entre otros males secundarios, fomenta el desarrollo del comercio también ilegal con los productos que se venden exclusivamente en las tiendas en MLC.
Por el momento, en los días venideros deberán producirse las correspondientes reacciones de estas actividades ilícitas propias de economías en crisis, como ha sido por décadas el caso cubano. Es de esperarse que el valor del dólar tienda a la baja -en la actualidad es de alrededor 70 pesos CUP- mientras el euro deberá subir considerablemente.
Atención, cubanos, se avecinan nuevas distorsiones.
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