LA HABANA, Cuba.- Con su delgadez, pequeña estatura y aspecto frágil, es difícil imaginar tanta fuerza, valentía y tesón en Miriam Leiva.
Lleva 22 años en el periodismo independiente y fue de las primeras Damas de Blanco. En sus artículos sobre la política y la economía cubana, analíticos, lúcidos y objetivos, expone diáfanamente sus argumentos, que no siempre coinciden con los de la mayoría de los analistas.
A regañadientes concedió esta entrevista a CubaNet, donde es una de las colaboradoras habituales más antiguas y constantes: se quejó de que las preguntas eran “muy personales” y a ella no le gusta hablar de sí misma.
– ¿Cómo llegaste al periodismo independiente?
– Al periodismo independiente llegué en 1996. Sentía la necesidad de exponer a los cubanos mis análisis y opiniones sobre los problemas existentes en Cuba, y contribuir a alcanzar libertad, respeto a todos los derechos, participación ciudadana en la toma de decisiones, y oportunidades para en el presente forjar el futuro de prosperidad y desarrollo de Cuba, así como dar a conocer en el extranjero el acontecer cubano. A pesar de haber afrontado situaciones personales muy difíciles, intensa vigilancia y represión, no he dejado de escribir, incluso cuando he viajado al exterior, y también de participar emisiones internacionales televisivas y radiales, como el programa de análisis Las Noticias como son, de Radio Martí. Aprecio mucho mi colaboración y de Oscar Espinosa Chepe, mi fallecido esposo, durante muchos años con CubaNet y el apoyo de nuestros colegas.
– Cuando rompiste con el oficialismo trabajabas en el servicio diplomático. ¿Has lamentado alguna vez esa decisión?
– En 1992 fui expulsada del Ministerio de Relaciones Exteriores, donde laboré 20 años y tenía un alto cargo, por “pérdida de la confiabilidad política por estar casada con un contrarrevolucionario” y no abandonarlo. Nunca he lamentado mi decisión de defender mis ideas y respaldar las opiniones del economista Oscar Espinosa Chepe, contra quien pretendían utilizarme.
– Sabemos el calvario que atravesaste con el encarcelamiento de tu esposo, su enfermedad y su muerte. ¿Cómo te sobrepusiste a ello y teniendo la posibilidad haberte exiliado, regresaste a Cuba para seguir en el periodismo independiente?
– Conocí y me casé con Oscar Espinosa Chepe en 1975. Sabía que ya él había sido castigado por expresar sus ideas. En 1980 se descubrió que él padecía una seria enfermedad. Las injusticias contra los 75 prisioneros de conciencia de la Primavera Negra de 2003 fortalecieron a muchas mujeres, que luchamos para liberarlos de las terribles condiciones de cárcel. Fui una de las fundadoras de las Damas de Blanco, donde permanecí hasta 2008, aunque luego continué vinculada a los presos y sus familias. Chepe fue condenado a 20 años. Entró a prisión con la salud delicada y se deterioró mucho allí. Por nuestros esfuerzos y con el auxilio internacional, recibió licencia extrapenal a fines de 2004. Como estaba muy enfermo, traté de que fuera al extranjero para recibir tratamiento médico, pero el gobierno no permitió nuestro viaje durante años. En 2010 nos citaron a Inmigración para ofrecernos salida permanente, que rechazamos, pues defendimos nuestro derecho a volver a nuestra patria. En 2013, la salud de Chepe era muy precaria y requería urgente tratamiento muy especializado. Por gestiones del gobierno de España y del Cardenal Jaime Ortega, parecía posible regresar cuando mejorara su salud, por lo que viajamos en marzo. Recibió atención médica en dos hospitales españoles, pero el 23 de septiembre falleció. En diciembre yo regresé sus cenizas a Cuba. Mis convicciones, la obra muy reconocida de Oscar y mi incesante actividad me permiten sobreponerme a las dificultades. Estoy en Cuba porque deseo seguir participando aquí en este período importante, a pesar de la represión.
– ¿Te ha deparado alguna satisfacción tu labor como periodista independiente? ¿Y disgustos o decepciones?
– Satisfacción siento cuando en las calles cubanas me saludan y comentan mi labor, y cuando recibo comentarios en mi blog www.desdecuba.cope.com (2007-2010) y www.reconciliacioncubana.com (2010-2018). No pretendo únicamente concordancia, sino reflexión, respeto e intercambio de ideas. Me siento honrada por la membresía en la Sociedad de Periodista Manuel Márquez Sterling (que recibió la distinción Maria Moors Cabot, de la Universidad de Columbia-NY en 2003) y por haber pertenecido al consejo editorial de la Revista De Cuba, dirigida por Ricardo González Alfonso y Raúl Rivero, con la que iniciamos el Siglo XXI y que contribuyó al periodismo independiente actual. Los disgustos y las decepciones, al ser recordados mantienen el dolor, nutren el resentimiento y nublan la inteligencia, por tanto, mejor dejarlos en el disco duro de la memoria, y acometer el presente con más experiencia y mente abierta.
– Eres partidaria del levantamiento del embargo norteamericano. ¿Por qué?
– Considero que el embargo debe levantarse porque daña al pueblo cubano, no al gobierno, que se escuda tras el llamado “bloqueo” para justificar sus fracasos, desmanes y represión, fortalece a los inmovilistas y aleja la democracia en Cuba, mientras no beneficia los intereses de Estados Unidos y obstruye la interacción entre nuestros pueblos.
– ¿Cómo ves el futuro de Cuba y cómo te ves tú en ese futuro?
– El futuro de Cuba depende de todos los cubanos, dondequiera que nos encontremos, pero sobre todo, de los de adentro. Mi futuro es la prolongación de este presente de trabajo, independiente, pacífico, tenaz, comprometido con el logro de los derechos de los cubanos y de una sociedad democrática y próspera. Ahora también escribo un libro.