GUANTÁNAMO, Cuba.- La principal testigo de este juicio fue una joven de quince años cuyo nombre también omitimos por razones éticas. Según dijo Nancy Gueits a este reportero y confirmó el abogado defensor, la menor jamás expresó voluntariamente haber ido a su casa para practicar el sexo con otros hombres sino que mencionó otras direcciones. Después de varias preguntas infructuosas, tendentes a que la menor identificara la vivienda de Erik como uno de los lugares donde ejerció la prostitución, la fiscal le dijo: “Pero te falta por mencionar una casa a la que también fuiste, acuérdate bien, es una casa que está cerca de la CADECA de la calle Calixto García”. Tal sugerencia está prohibida por el artículo 322 de la Ley de Procedimiento Penal y el tribunal debió impedirla, pero se hizo.
Esta declaración, obtenida de la forma antes señalada, ha sido la prueba que tomó el tribunal para sancionar a Erik y a Licet. Lo significativo es que la joven ha sido atendida desde niña por trastornos de conducta y ha estado ingresada en reiteradas ocasiones en el hospital psiquiátrico por intentos suicidas, lo cual reconoce en el video que recientemente le grabó Nancy Gueits en presencia de su madre y padrastro. Según nos contó Nancy cuando se celebró el juicio la menor había acabado de salir del hospital psiquiátrico, donde estuvo ingresada por otro intento de suicidio.
En ese video la joven declara que fue maltratada por la instructora policial durante el proceso y que fue interrogada sin que estuvieran presentes sus padres, lo cual, de ser cierto, sería otra violación del procedimiento. La madre de la joven refiere que también fue maltratada y el padrastro declaró que estuvo detenido en un calabozo varias horas.
También afirma que fue abusada sexualmente en varias oportunidades por un miembro del Ministerio del Interior (MININT) que actualmente tiene el grado de mayor. Nancy hizo mostrar el video a un funcionario del tribunal y éste le dijo a la persona que se lo mostró que esa declaración no era prueba suficiente para investigar a un miembro del MININT atendiendo a las características personales de la joven. Sin embargo, su declaración sí sirvió para sancionar a Erik y a Licet a siete y ocho años de privación de libertad, respectivamente.
Un detalle adicional consiste en que el cuarto alquilado es totalmente independiente de la vivienda, con entrada por la calle Prado. Esto permitía a los arrendatarios entrar solos al cuarto y esperar allí a su pareja, y hasta permitir la entrada de otras personas eludiendo el control del arrendador, una vez pagado el tiempo del alquiler.
La prueba más evidente de que estamos en presencia de una familia decente y respetuosa de la ley estriba en el hecho de que en septiembre del pasado año, cuando Erik fue citado ante la policía para que declarara y se enteró de la acusación que se le hacía, de inmediato entregó la licencia para alquilar dicho cuarto. Eso no fue tenido en cuenta por el tribunal al dictar su sentencia.
Nancy Gueits dice que no claudicará
Nancy se siente frustrada por la desatención que ha sufrido durante su peregrinar por diferentes instituciones gubernamentales. La última de esas frustraciones la sufrió recientemente al recibir respuesta de la carta que dirigió a Esteban Lazo Hernández, Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP).
En la respuesta, Madalina Marrero Delgado, jefa del área de atención a la población de la ANPP, le dice que esa institución no puede hacer nada para que le rebajen la sanción conjunta de doce años de privación de libertad aplicada a su hijo.
Pero a Erik no le impusieron doce años de privación de libertad, sino siete. Tal respuesta dice mucho de la “atención” que le prestaron a la queja de Nancy.
Es cierto que la ANPP no puede hacer nada desde el punto de vista judicial pero, al menos, ya es hora de que transmita al Consejo de Estado la avalancha de quejas de la población contra el proceder de los tribunales. Tantas quejas ameritan que se haga un análisis profundo del proceder de la administración de justicia porque indudablemente algo anda mal en ella.
Sumida en el dolor que significa ver preso a su hijo y también a la madre de sus nietos, quienes le preguntan constantemente por qué sus padres no están en la casa, Nancy afirma que continuará clamando justicia para su hijo y nuera.
“Muchos vecinos han venido a apoyarme, a solidarizarse conmigo en este momento tan difícil. Me ha reconfortado que muchos de ellos han venido voluntariamente hasta mi casa para dejar constancia escrita de que mi hijo es una persona decente, que no es ningún corrupto. Pienso presentar ese documento ante la Fiscalía y junto con el video solicitar que se revise este caso pues la sentencia es muy cruel”, nos dijo. Hasta la fecha, 119 vecinos han firmado sendos documentos rechazando que Erik y Licet sean considerados proxenetas o corruptores de menores.
Ojalá que Nancy obtenga la justicia que tanto busca, por el bien de su hijo y nuera y, sobre todo, por la estabilidad emocional de sus nietecitos. Haber privado a esos menores de la compañía de sus padres es otro “detalle” de este caso en el país que más hace por los niños en todo el mundo, según afirman los defensores del castrismo.