Manuel, ¿cómo se catalogaría usted mismo?
En realidad, lo que soy es empresario. El tema de youtuber es una calificación a raíz de la pandemia, estaba aburrido; la mayoría de mis inversiones están en bienes raíces, así que no es algo que tenga que estar yo constantemente en una oficina, pero tengo muchos años, veinticinco años, haciendo negocios, mente inquieta, y estaba sin hacer nada; había estado en el show de Alexander Otaola promoviendo uno de mis negocios, que es dar préstamos a pequeñas empresas, y me encuentro de pronto en la pandemia, los préstamos se frenan, estoy en la casa sin hacer nada, vi un déficit de temas económicos en la lucha por la libertad de Cuba (…). Empecé con un telefonito en la sala, a contraluz, sin peinarme, sin nada, y hemos hecho un tinglado y hay gente que vive de eso, o sea, todo funciona. Por eso yo creo que la gente lo clasifica a uno como youtuber, pero lo que soy y de lo que vive mi familia es de las empresas. Soy empresario.
Más allá de esa fachada, Manuel, quisiéramos conocer un poco más, es decir, ¿dónde nació en Cuba?, ¿dónde se crió?, ¿a qué se dedicó en Cuba?, ¿cuándo y por qué emigró?
Como te dije en privado, yo he tratado de evitar hablar de mi porque no se trata de eso, o sea, de lo que yo hablo es de Cuba, de los déficits principalmente económicos; claro, eso se mezcla también con la política, en la política económica. Pero no voy a ser yo quien imponga, así que a una periodista es preferible decirle las cosas que evadirlas. Tienes tu derecho a saber.
Yo nací en Cuba en un barrio marginal del municipio Cerro, específicamente mi querido barrio de El Pilar y Carraguao. Estudié economía, soy Licenciado en Economía de la Facultad de Economía de la Universidad de La Habana, ahí frente al Coppelia. Lo que hice en Cuba siempre fe vinculado, primero, con el comercio, por eso cuando yo hablo de bodegueros es más un tema coloquial, en realidad fui administrador de comercio, de la Empresa de Comercio del Cerro, y ahí fui administrador de unidades comerciales en general, o sea, administrador de canastillas, de supermercados, todo eso en el Casino Deportivo, por ejemplo. Después trabajé en empresas estatales, también trabajé en compañías extranjeras, fui gerente de una compañía extranjera. Así que, en el devenir mío en Cuba, vi al país por dentro, su economía, por ello cuando hablo de eso hablo de lo que siento, de lo que me duele, porque así como también estuve viendo que siendo tú periodista y trabajando para el régimen viste las deficiencias y las limitaciones de tu profesión, pues así también lo vi yo como economista, que lo que estudié fue Marxismo porque no es Economía lo que se estudia en Cuba, lo digo ahora con total libertad, porque cuando uno sale de Cuba conoce otros conceptos. Pero el tema de experiencia, de cómo funciona la mal economía cubana, la economía marxista cubana, pues la vi por dentro y la conozco.
¿Por qué me voy de Cuba? Porque llegué a un techo. En Cuba hay unos límites, ya entonces tú empiezas a ir descubriendo, a ir viendo, a ir abriéndote los ojos de que aquello no funciona, y cuando uno es libre, de pensamiento libre, cuando uno es valiente de decir lo que piensa pues se topa con trabas y puede ir hasta preso. Lamentablemente, mi madre, que en paz descanse, algo que yo pensé que nunca iba a hacer, me dijo: mijo, ya tienes que irte porque lo que toca es ir preso. O sea, yo fui gerente de una compañía extranjera, ser gerente, no comercial, no administrador, no asistente administrativo, secretario, no, gerente. Entonces, después de todo ese proceso, ¿qué tocaba?, que yo tuviera un problema y me metieran preso, porque no soy de familia, porque no soy de abolengo, porque no tengo ninguna palanca en el gobierno. Entonces iba a pasar eso y decidí emigrar.
Emigré a República Dominicana, ya hace quince años. Allí estuve doce o trece años. Y llevo ahora en los Estados Unidos tres o cuatro años. Ese es, digamos en síntesis, dónde nací, qué hice en Cuba y por qué emigré.
Manuel, usted se ha definido como una persona de derecha, católico practicante, también ha proyectado un discurso contrario a la corrupción política y administrativa. ¿Cree que en la Cuba actual sea importante definir todas estas posturas políticas? ¿Por qué?
Si le hago esta pregunta es porque, por ejemplo, no sé si sabe que yo formé parte de este grupo que luego se definió como 27N, y me di cuenta de que ahí había toda una gama de personas de izquierda, de derecha, incluso algunas que no se han definido políticamente todavía, pero yo creo que lo que unía a todo el mundo era la voluntad de un cambio para Cuba; pocas veces en este grupo se han definido expresamente las posturas políticas, siempre se han tratado de colegiar todas las decisiones. Yo he dicho que esa heterogeneidad es, a la vez, su fortaleza y su debilidad. Entonces, ¿crees que sea importante definir y proyectar posturas políticas en Cuba hoy?
Sí, más que nada yo pienso en la libertad individual y en que lo lindo de la vida, lo que da beneficio a las relaciones humanas es precisamente eso, que la gente sepa cada cual quién es, que lo sepa uno y que uno lo proyecte. Eso no significa dividir, eso no significa no escuchar, eso no significa no apoyar otro proyecto porque tenga otra tendencia. Eso significa marcarse, definirse, yo soy tal, yo defiendo estos valores, yo creo en esto, pero yo también creo en escuchar. Creo también en escuchar y creo, por supuesto, en colaborar, en participar, en ver cómo podemos hacer, pero mi aporte en todo caso sería con mis valores y con mis perspectivas.
Por eso es que creo que en Cuba hay muchos paradigmas, más que en Cuba, en los cubanos, porque eso trasciende las fronteras, o sea, es en los cubanos, donde quiera que estemos. Hay muchos paradigmas de —claro, nos criaron así— lo colectivo sobre lo individual, si tú fijas posición divides…, yo no creo en eso, yo creo que fijar una posición es identificarse, es definirse, y más que nada es ser valiente también y es conocer de dónde uno viene y a dónde uno va; lo cual para nada significa atropellar o maltratar o entender que el otro es inferior, más que nada, puede existir debate, puede existir que tengamos puntos en común, pero lo hice con toda intención, veía poca gente que se atreviera a decir DERECHA; fíjate que lo más que había escuchado es centro-derecha, decir derecha era como decir malas palabras, o sea, decir derecha, inmediatamente te asociaban con el extremo, con el racismo, toda esa propaganda que es comunista, que es de extrema izquierda, que lo ha hecho para eso, para desprestigiar los valores familiares, los valores tradicionales, los valores culturales, que tiene que ver mucho con la Cuba que nosotros quisiéramos, que todos nosotros quisiéramos o que yo creo que quisiéramos para un futuro. Entonces, lo hago con toda intención, no creo que, para nada, eso divida, todo lo contrario y, aparentemente, la gente se ha ido estimulando a decirlo también porque la gente se identifica. De hecho, hacemos algo bien interesante en las directas, nosotros hacemos que la gente se evalúe con unos test para saber si es de izquierda o derecha; y la gente se va viendo y dice: ah, mira, yo no sabía que pensaba así.
Pero pienso que sí, pienso que en la diversidad es donde está la fortaleza, no precisamente en que todo el mundo piense igual o que la gente deje de decir lo que piensa porque crea que ofende al otro. Me parece que eso no es libertad. Libertad es tú defender lo que tú eres, sin ofender al otro, sin transgredir al otro, pero defendiendo lo que tú eres y defendiendo tus valores, lo que tú crees que está bien.
Para usted, ¿qué significa ser de derecha hoy?
Lo que pasa es que el término izquierda y derecha ya viene definido, todo el mundo lo sabe, cuando la Revolución Francesa, que si los jacobinos a la izquierda, que si los otros a la derecha. El tema está en que se define las personas de derecha por ser los más conservadores, los que defienden más los valores familiares, los que defienden la libre empresa, la menor intervención posible del Estado; por eso es algo que me define un poco más, porque yo también he ido madurando políticamente.
Primero le tenía un rechazo a la política porque entendía, todavía entiendo, que la corrupción viene del Estado, entonces, como viene del Estado, para mí lo que genera corrupción, trato de alejarme, por debilidades que tengo, no es que sea un santo, es que para mí el ser humano tiende a corromperse porque es lo fácil, la corrupción se disfruta también, mira cuántas cosas de corrupción el ser humano disfruta, o sea, no es que sea malo, no lo sientes mal cuando lo estás haciendo, pero está mal y te trae malas consecuencias. Por eso yo la combato.
Creo, que más que de derecha o de izquierda, uno se va concentrando en ser libre, yo pienso que la palabra que pudiera unir en este momento es ser libre, es defender la libertad y bajo los principios de los que lo entiendan; algunos entenderán que el Estado tiene que participar más, eso para mí es una tendencia de izquierda porque tiene más intervención del Estado, políticas públicas, gasto público, subvenciones, subsidios, eso es más de la izquierda. Y otros pensaremos que no, que el Estado debe ser mínimo, que el individuo es quien debe tener la capacidad y la posibilidad de desarrollarse con las herramientas que tengan, que más sea igualdad ante la ley, por supuesto, la libertad individual, el derecho a la propiedad privada, el derecho a la vida. O sea, yo me definiría más como eso, más que de izquierda o de derecha. Uno va madurando y va viendo que hay conceptos que trascienden eso y son menos políticos, son más cívicos, son más individuales.
Sabemos que hay dictadura, sabemos que hay represión, cada vez más esto se va divulgando, sobre todo gracias a las redes sociales, pero yo creo que estamos en un punto en el que la oposición, o la disidencia, los actores de la sociedad civil independiente, deben mostrar esa alternativa o buscar qué hacer para acelerar el fin de la dictadura. Y después de varios momentos de tensión que hemos vivido en los últimos meses yo siento que, ahora mismo, hoy, estamos en Cuba como en una especie de impasse, con una calma, que nadie sabe qué es lo que va a hacer; yo creo que ni siquiera la Seguridad del Estado sabe qué es lo que va a hacer, cuál sería el paso siguiente, ellos se han conformado hasta ahora con infundir el miedo, es lo que han hecho, están haciendo y seguirán haciendo. Pero, en el caso de la oposición, yo lo veo como una especie de impasse. ¿Cuál es la percepción que se tiene en el exterior?
Bueno, sería un poquito pretensioso de mi parte decir la percepción del exterior porque sería yo entonces el abanderado del exterior, pero sí tengo mi propia percepción, y la mía es que seguimos pensando en mesías, seguimos pensando en líderes, seguimos pensando en que alguien debe presentar una fórmula, seguimos pensando en que cada cual tiene la fórmula, y lo que no logramos entender todos es que el poder está en el individuo. Mira, acaba de pasar algo con esto de la Ley 80, que la desengavetaron y ahora nos están amenazando también a los que estamos fuera, pues el régimen, sin querer, nos ha puesto en igualdad de condiciones, ya no existe la caliente y la fría, ya a cualquiera nos pueden meter presos, supuestamente con esa ley.
Entonces, yo pienso que hay muchas cosas que nos dividen pero lo que nos une es que todos queremos una Cuba libre. Yo no pensaría tampoco ni qué pasaría después porque para mí una Cuba libre es una Cuba donde todos estemos, con independencia de cómo pensemos, con independencia de si somos artistas, intelectuales, empresarios, todos; ahí está Suiza con sus cantones, y cada cual está, y la gente vota por los pies, o sea, no te interesa vivir en esta ciudad, pues te vas para la otra, pero cada ciudad o cada región tiene su propia Constitución y tiene sus propias leyes. Eso puede pasar en Cuba con la autonomía de cada provincia, o sea, no es necesario seguir pensando que va a venir alguien y nos va a salvar, que tenemos que defender a un líder, tenga defectos o no, a ese hay que defenderlo; el líder de Cuba somos los cubanos, somos todos y el día que todos lo entendamos no dura mucho ese régimen, porque es un régimen cobarde, porque son la minoría y porque lo que mejor han hecho siempre es dividirnos.
Yo creo que, lejos de enfocarnos en buscar una fórmula de cómo nos va a unir a todos lo ideal sería que cada cual, tú eres intelectual, pues mira en tu gremio —en las redes sociales se diría tribu—,mira en tu sector, en la gente en las que tú tienes poder de influencia, cómo logras que cada uno sepa que el poder está en cada uno, que no te sigan a ti, que sigan las ideas, y que la gente se empiece a convocar. ¿Eres empresario? Haz lo mismo. ¿Cuántas manifestaciones hay?, pero todas son pidiendo sus intereses; pero si nosotros tenemos en común cuántas cosas. Desde el año 95 hay una ley en los Estados Unidos, la Ley Libertad, le llaman Helms-Burton en Cuba pero se llama Libertad: pide lo mismo. En el año 96 la posición común de la Unión Europea: pide lo mismo.
Yo tuve la posibilidad de entrevistar a muchísimos opositores y todos piden lo mismo. Libertad de expresión, libertad de reunión, libertad de todos los presos políticos incondicional, pluripartidismo, elecciones libres, desmantelamiento de los órganos represivos… Si todos pedimos eso, ¿por qué ir a lo particular? ¿por qué no pedir todos eso?
Cuando empezamos a preguntar a la gente, uno dice: el método está en el debate; otro dice: el método está en hacer unas elecciones. Entonces, cada cual tiene su método y yo creo que es un error imponer su método, o sea, no tenemos el método; lleva 62 años todo un aparato con millones de dólares, con tecnología, con experiencia, con todo el conocimiento de todos los órganos de inteligencia del mundo porque lo han hecho y lo han estudiado, para dividirnos, y lo han logrado. Pero también es culpa nuestra porque cada uno tiene su fórmula, se impone, se encapsula, se divide, crea su grupo y empieza a atacar al otro.
Entonces, yo pienso que ahí está, en que nos abramos, en que entendamos Cuba, ojalá que logremos una Cuba donde todos podamos estar, porque en una Cuba libre no importa si eres de derecha o de izquierda, eso lo dirán las urnas. Yo no creo ni en pensar en eso ahora, ahora tenemos que tumbar el régimen, es lo que yo creo, y si tenemos eso en común, que todos queremos lo mismo, ¿por qué cada uno no lo pide en lo interno de su grupo?, ¿y por qué no salimos todos? No es tan difícil coordinar un día, no es tan difícil y la gente está motivada, y la gente está cansada, y este es el momento, no es mañana. Pero entonces lo pide uno de afuera y el de adentro dice, “es muy fácil decirlo de afuera”, lo pide uno de adentro y el de afuera dice, “está bien pero a mí no me dejan ir”; entonces cada cual pone sus “pero”. Si el régimen ha estado ahí por 62 años, el principal responsable somos nosotros los cubanos, no hay otro.
Qué bueno que menciona esos aspectos. Hace unos días entrevistaba a Eliécer Ávila y él mencionaba esta cuestión de los líderes, de la necesidad de fortalecer a ciertos líderes de la oposición, él creía que esto es importante. En otra entrevista que tuve con Antonio Rodiles, él hablaba de la importancia de generar un debate entre los actores de la oposición, entre los políticos, para de alguna manera mostrar esas alternativas que puede tener la sociedad cubana. Hay otros que tienen otras visiones y, como le mencionaba, para mí es muy importante tratar de entender ahora qué es lo que vamos a hacer. Hay otros que hablan de diálogo, en el caso de Antonio Rodiles, él mencionaba el debate. ¿Cree usted en un diálogo entre actores de la sociedad civil, en llegar a un entendimiento, en lograr esa unidad, idílica unidad que se ha logrado en épocas anteriores en Cuba? ¿Cree que sea necesario lograrla ahora?
Mi formación es empresarial, y en una empresa no tiene que estar todo el mundo de acuerdo en cómo hacerlo; lo que se mide es el resultado y, te repito, en lo que todos estamos de acuerdo es en el qué, ¿qué queremos?, ser libres, y ser libre no pasa por mantener algo del régimen, porque ya sabemos que ellos, primero, no lo van a permitir y, segundo, no los necesitamos, no han hecho nada bien en 62 años. Es mi opinión, todavía hay personas que son reformistas, que piensan que sí, que el régimen tiene cosas buenas y que se pueden rescatar. Yo creo que si nosotros nos enfocamos más en el qué que en el cómo, y cada cual lo hace como entienda, eso sería genial y súper efectivo, porque cada cual va a golpear con la herramienta que entiende aunque parezca caótica. El régimen no va a poder. Tú te imaginas una manifestación artística, una de empresarios, una del que cuida a los animales, una de la comunidad LGBTI+, una de los que están fuera, una de los que están dentro, en todas las embajadas, o sea, sería caótico para el régimen, ellos están estructurados y nos manipulan. Cada vez que algo está pasando, cogen preso a alguien y allá vamos nosotros, “liberen a fulano, liberen a mengano”, ya nos desvirtuamos y ellos lo logran porque lo saben hacer, porque nos conocen, porque saben cómo pensamos, porque saben cómo reaccionamos; si cada uno se enfoca en lo que cree que funciona, hay algo y eso es conceptual; o sea, ningún líder en la historia salió y dijo “apóyenme que yo soy su líder”; a los líderes la gente le dijo “tú eres el líder”, y la gente le exigió al líder que lo fuera, eso está ahí, eso está en las clases de historia.
Hay un tema que a mí me encanta, Movimiento, no sé si lo has escuchado, de (Jorge) Drexler, y él dice al final: si quieres que algo muera, déjalo quieto. O sea, constantemente nos paramos para ver qué está haciendo el otro, constantemente nos comparamos, a mí, por ejemplo, me critican por dar opiniones sobre lo que están haciendo los demás, yo pienso que tenemos que trabajar en eso o que debiéramos trabajar en eso; yo opino sobre lo que me interesa, así de sencillo, lo que a mí no me interesa pues no le doy mucha importancia; cuando yo hablo sobre algo o sobre alguien es porque creo que tiene valor, si no, no se pierde tiempo en eso, o sea, no quiero parecer arrogante pero así pienso yo; más que arrogante es objetivo. Hay gente que no le gusta que uno dé opinión sobre eso pero yo sigo enfocado en lo que yo creo que puedo hacer, y sigo ahí, como una hormiguita, y yo veo mis resultados, y yo me evalúo, y me cuestiono, y me autocritico.
Yo pienso que, con todas las debilidades que tenemos cada uno, con los defectos que todos tenemos, si cada uno hace lo que entiende que funciona, por encima del grupo, por encima del líder, que cada uno tenga un propósito personal, mi propósito es ser libre y vivir en un país libre; si nosotros logramos eso, y que no es, para nada, un sueño, y que no es, para nada, algo que no se puede lograr. Yo pienso que ahí está, en que sigamos empoderando a la gente y que la gente entienda que el poder comienza y termina en el individuo, y que dejemos ese sueño de que nos va a venir un mesías, y nos va a salvar y va a ser en paz; la gente vive pensando cuál de los líderes es, por cuál yo voy a votar, el que menos se equivoque, y entonces vienen las desilusiones porque tenemos debilidades humanas y cuando uno falla dicen “ya, por eso no se puede pelear, es que no tenemos en quien confiar”; bueno, confía en ti, por qué confiar en otros, confía en ti. Las hormigas nos dan esa clase diariamente, cada hormiga tiene su plan, y va, y sigue, y lo hacen, y todas hacen un hormiguero y trabajan muchísimo, y lo logran.
Entonces, yo pienso que tenemos que pensar más en eso, en el individuo.
Y, en toda esta ecuación, ¿cuál sería el papel, o debiera ser el papel de la comunidad internacional? Tenemos un embargo a Cuba, que muchos han criticado, sobre todo las posturas de izquierda, por todo el tema del discurso que ya conocemos de la intromisión en los asuntos internos, de violación de la soberanía, y por otro lado tenemos a la Unión Europea que si bien hay sectores que denuncian lo que está sucediendo en Cuba, vimos recientemente que donaron millones de euros a la dictadura cubana, supuestamente para la sociedad civil. En esta ecuación, ¿qué papel pudiera jugar la comunidad internacional y, sobre todo, qué podemos esperar de esta nueva administración Biden en momentos en que se ha dicho que es probable que vuelvan a la política de Obama?
Seguimos en la misma línea. Así como yo insisto en que para llegar a ser libres tenemos que ser libre nosotros como individuos, defender nuestros intereses, y la suma de toda esa defensa nos llevará a la libertad, debemos dejar de pensar en qué apoyo o no recibimos de fuera, por necesario que sea. Estados Unidos va a hacer lo mejor para los Estados Unidos, no solo Biden, también lo haría el presidente Trump o quien venga detrás o todos los presidentes que han estado del 59 para acá. La Unión Europea va a hacer lo que le interese a la Unión Europea, y si eso significa sentarse a hablar con el régimen, lo van a hacer, porque hay una diplomacia, porque hay un esquema político internacional, porque hay instituciones que dependen de eso para funcionar, porque creen que esa es la mejor vía, porque defienden sus intereses. Yo pienso que los cubanos debemos defender nuestros intereses y nuestros intereses son los que nosotros sabemos que Cuba necesita, más allá del apoyo o no que podamos tener de los Estados Unidos, de la Unión Europea, de Latinoamérica, de organizaciones internacionales, porque al final, lo critiquen, no lo critiquen, lo sancionen, no lo sancionen, lo reconocen. Si nosotros permitimos que reconozcan a ese régimen, es porque nosotros también lo reconocemos, comencemos por eso; (…) vamos a empezar a defender el poder que nos toca, porque hay un poder natural que le toca a la sociedad civil, no lo da ningún Estado, no lo da ningún régimen, no lo da ninguna ley, es un poder, es un derecho natural que tenemos de decidir nuestro destino, en este caso la democracia con los votos; bueno, en Cuba no lo permiten, pues tenemos que llegar a cualquier fórmula. Eso es otra cosa, que al estar abiertos a la libertad, debiéramos estar abiertos a cualquier fórmula, la que sea; yo, por ejemplo, no critico ninguna, es más, me sumaría a cualquiera.
Ahora, qué pasa, que mientras nosotros gastemos energía, ¿se hace labor internacional de diplomacia?, sí, se hace muchísimo y hay organizaciones que hacen más que otras y algunas han tenido muchísimo éxito. Hemos visto hace poco que algunos estuvieron en el Parlamento Europeo, vemos el impacto que ha tenido la canción Patria y Vida, vemos lo que pasa hoy, que, aunque el presidente Biden prometió en campaña que iba a abrir o a mejorar las relaciones no lo ha hecho, por algo será, también recibe presiones.
Entonces, eso funciona así, pero eso no va a determinar. Hoy o mañana lo que va a determinar del futuro de Cuba es lo que nosotros seamos capaces de hacer. Si nosotros logramos un cambio en Cuba, si nosotros logramos resolver nuestro problema, así como el problema de nuestra casa lo resolvemos nosotros con independencia de que el vecino ayude o no, nos van a reconocer, y el mundo entero va a estar de fiesta, pero no van a venir a intervenir ni van a venir a hacer nada, hay un principio, ellos dicen “es un problema de Cuba, es problema de los cubanos”. Nosotros también nos desgastamos mucho tratando de que venga otro a defendernos de lo que nosotros debiéramos hacer. Esa es mi opinión. Yo creo que dedicamos muchísimo tiempo y eso nos puede estar distrayendo. ¿Es una línea de defensa? Sí. ¿Es una buena estrategia? También. Ahora se está logrando, por ejemplo, que la izquierda europea quiera desmarcarse del régimen, porque ya es obsceno, porque ya es extremo, porque ya no quieren decir que eso es el socialismo. Eso está muy bien y es un logro de lo que se ha hecho fuera de Cuba, perfecto; pero, ¿y dentro de Cuba? A la hora cero, va a ser lo que nosotros logremos, no lo que vengan a hacer ellos por nosotros porque, además, nos va a crear compromisos, nadie va a librar a Cuba sin pedir su cuota, no existe, sería ingenuo pensarlo; cualquier potencia que entre a Cuba a liberarla, por intervención, por presión, por lo que sea, va a exigir su cuota, políticamente pensando que está bien o que está mal, se va a sentir con derecho a imponernos sus métodos y sus principios porque fueron ellos quienes lo hicieron, no nosotros.
Por todo lo que se ha estado viviendo en Cuba, sobre todo en las últimas semanas, hay algunos que vislumbran una especie de nueva Primavera Negra y que quizás esto es lo que ha provocado este impasse del cual le hablaba al principio. ¿Cuál es la visión que se tiene desde el exterior respecto a esto?
Nosotros constantemente vemos, porque lo que pasa es que también con esto de las redes se hace más masivo a medida que sienten más presión y que los que ejercen la presión dentro van perdiendo miedo y van haciendo más acciones más valientes. Ellos dicen, “esto no puede ser algo que la gente quiera replicar, tenemos que ser ejemplarizantes”, por decirlo de alguna forma.
Se está llegando incluso, que es lo que está en el boom en los últimos días, a amenazar a la comunidad en el exilio con esos supuestos juicios a distancia.
Es lo que te dije, que ahora ellos nos acaban de poner en la misma línea de terror, ahora, aunque yo esté fuera, mañana nos pueden hacer un juicio a los dos, a ti y a mí porque estamos hablando de esto porque a ellos no les interesa donde está cada uno. Entonces, yo creo que son bastante torpes y yo pienso que cuando logremos vencer el miedo se les acaba el arma. En el momento en que nosotros venzamos el miedo, es difícil, el miedo es difícil porque, además, está puesto en nosotros para defendernos, el miedo es un sentimiento natural, ahora, controlarlo es una herramienta de madurez, o sea, en el momento que nosotros digamos “¿qué más me puedes hacer?”, y eso sería un motivo de reflexión, ¿qué más nos puede quitar este régimen si ya nos quita la libertad?, ¿qué es un hombre sin libertad?, ¿qué es una mujer sin libertad?, ¿qué es un individuo sin libertad?, nada, no es nada, deja de ser humano; entonces, si ya nos quitaron eso, donde quiera que estemos, tú o yo, fuera de Cuba… Yo quiero vivir en mi país, pero no puedo vivir porque vivo con miedo, vivo con zozobra, porque no quiero que a mis hijos me los adoctrinen, porque quiero que sean libres; y no creas, fuera de Cuba también te coartan la libertad y también hay doctrina, en Estados Unidos hay doctrina en las escuelas públicas, bueno, pues yo trabajo duro para que vayan a escuelas privadas, pero tú tienes esa posibilidad, en Cuba no la tienes, en Cuba es ahí, por la libreta te toca la doctrina; yo creo que ya es una decadencia y todo está en nosotros. No quiero ser repetitivo, pero yo lo tengo tan claro en que todo está en nosotros, que, si ellos están ahí, es porque nosotros se lo permitimos.
Y en el aspecto económico, sobre todo esta crisis que hemos visto en los últimos meses y que se ha ido agravando cada vez más con el coronavirus, y el reordenamiento que se inventaron este año, que ha venido a agravar también la pandemia, ¿cree que esto influye, que esto acelere el fin de la dictadura y de qué manera nosotros pudiéramos aprovechar este contexto a nuestro favor?
Lógicamente influye, pero me parece que es un poquito peligroso usar solamente eso, por encima de las libertades individuales. Y te explico por qué: porque este régimen es mago, es un corcho, es especialista en sobrevivir; acaban de salir los presupuestos del año pasado y a qué lo destinaron, 45.6 % de la inversión del país fue en inmuebles y en turismo, si mañana ellos deciden en que eso va a aliviar la presión y para el año que viene o para este año, en vez de invertir el 45 % en hacer nuevos edificios, invierten el 20, y el otro va a inversiones y dan tres muslos de pollo, 6 libras de arroz, una pipa de cerveza los sábados, se acabó el argumento de la economía, porque la economía cubana no funciona y eso es importante y te lo agradezco que me lo preguntes.
Cuando yo hablo de la economía cubana es porque yo la viví por dentro, o sea, de yo empezar de administrador de comercio de una tienda, cómo funciona por dentro, un almacén, cómo me venían a inspeccionar, qué tenía que hacer para robar, por qué no funciona bien, cómo se soborna a un inspector, pero de ahí salir para una empresa estatal. Yo fui consultor del CIH, Centro Internacional de La Habana, que es una institución adjunta al Ministerio de Educación Superior, y le pude hacer consultoría y auditoría a muchas empresas nacionales y vi las debilidades por dentro, vi cómo falsean los números, cómo inflan para cumplir los planes, cómo se roban el combustible, cómo las croquetas explotan o no porque no tienen el control de calidad, eso yo lo vi, entonces cuando yo hablo sobre eso, yo vi las empresas privadas, me atrevo a decir que en un alto por ciento de las compañías en Cuba los dueños son los cubanos, y tienen que quedarse callados y seguir diciendo que el dueño es un extranjero porque van presos, porque no se reconoce la propiedad privada, pero eso lo sabe el régimen y lo sabe a conveniencia porque así también los controlan y así también los callan: “quédate callado o te meto preso”, es un mecanismo tan de Cuba que no es un problema que se va resolver en una universidad. Por eso, cuando yo me atrevo a hablar sobre la economía de Cuba es porque yo la viví, yo la sufrí, yo la conozco por dentro, yo sé de lo que estoy hablando, y es tan sencillo como quitar todas esas trabas.
En Cuba todavía está el código de comercio de los españoles, y sí estaba en aquel momento la propiedad privada, y sí estaba, por ejemplo, catastro inmobiliaria, o sea, tú no conoces en Cuba quién es el dueño de una parcela, como se hace una subdivisión, cómo cambias un título, la gente no tiene título, piensa que tiene un papelito y que la casa es de ellos. A ese punto ellos nos han desviado, porque nos han manipulado, nos han adoctrinado, creemos que tenemos leyes, creemos que tenemos derechos, creemos que tenemos propiedad, creemos que tenemos mercado, creemos que tenemos comercio, pero no lo tenemos porque ellos lo han diseñado para que no lo tengamos; entonces, por mucho que yo conozca eso y por mucho que sepa que mucha gente y, disculpa la frase, pero mucha gente piensa con la barriga y mucha gente se va a molestar o no si está lleno o no, porque tú primero necesitas cubrir tus necesidades básicas, las de comer y darle de comer a tus hijos, después piensas en política, libertades, o sea, desgraciadamente es así, pero por mucho que lo creas, me parece peligroso darle tanto peso y no enfocarnos en las libertades individuales. Qué hago yo comiendo, qué diferencia tengo yo de un cerdo si desayuno, almuerzo y como ovíparamente, pero no puedo decir lo que pienso. Inmediatamente que comí quiero leer un libro, no, ese libro no, quiero escuchar una canción, no esa no, ¿para qué comí? Lo estaba diciendo Luis Manuel, para qué quiero comer, para qué quiero vivir si no me dejan defender mi obra, no puedo pintar lo que quiera, eso es un pensamiento legítimo, y cada cual lo debe pensar así. Yo creo que ahí están, nos han llevado a un corral, y desgraciadamente ellos usan las necesidades y el abastecimiento como un mecanismo de control, por eso no van a quitar la libreta de abastecimiento porque es un premio, de hecho en Venezuela lo vieron, lo que primero hicieron fue poner la libreta de abastecimiento, los planes, los carné, porque saben que es un mecanismo de control.
Entonces, arreglar la economía de Cuba es otro, pero no se preocupen que cualquiera arregla la economía de Cuba porque no hay economía en Cuba, sería solamente hacer economía, entonces no es un problema, no hacen faltas eruditos. Muchísimos economistas buenos, todos los que están en Cuba saben economía, señores, hacer un negocio privado en Cuba, tienes que ser mago. Entonces, eso no es problema, el problema está en que nosotros logremos la libertad individual, que podamos pensar, hacer, decir, ser, sentirnos, vivir como queramos, ese es el problema; constantemente nos desenfocamos, “bueno, y cómo resolvemos esto, quién va a ser el presidente, y cómo va a ser la transición”, señores, peor que ahora no va a ser, no existe algo peor de lo que vivimos lo cubanos, no existe en el mundo algo peor de lo que vivimos los cubanos, lo digo con conocimiento. Yo tuve negocios en Haití, la gente constantemente menciona a Haití, una corrupción tremenda, muchísima gente pobre, pero muchísima gente come y ahí está el mercado. Allí son problemas estatales, de corrupción de familias que manejan problemas terribles, bueno, nosotros no tenemos ese problema porque hay una sola familia y es la que decide todo. No hay varias familias, no hay oligarquías, es una familia la que decide todo y es la familia de los Castro, del régimen. Discúlpame Camila, si me extiendo a veces, pero son temas que siento.
Manuel, ¿qué cree que nos va faltando a la oposición en Cuba para acelerar ese cambio, qué nos aconsejaría desde su percepción, desde sus concepciones, su visión de lo que es la realidad cubana?
Mira, yo empecé a entrar, y discúlpame porque es una buena analogía, porque tu pregunta me hace asumir un riesgo muy grande, o sea, imagínate tú, dar una solución, entonces lo que voy a dar es una opinión, ok, porque tú pregunta es qué crees, por eso voy a dar mi opinión, para nada quiero que sea tomada como una solución, es solo una opinión. Yo comencé a entrar a las directas porque tenía más tiempo y porque podía preguntarle a la gente cuál es el plan, qué va a pasar, y si mañana ganamos qué pasa, no hay un plan país, y alguien me dijo en ese momento, que fue Liu Santiesteban, me dijo, “pero no preguntes más, hazlo tú” (risas), y aquello fue para mí como “wao, es cierto”; por lo que yo creo que, nosotros, primero, somos la mayoría, cuantitativamente tenemos el gane; segundo, estamos en lo correcto, fíjate, con las diferencias, yo para nada, mientras pueda, voy a celebrar una acción en el futuro que yo crea en que la nación peligra o que se coarta cualquier derecho, entonces yo me batiré por eso, pero en este momento, dentro de esa diversidad el punto en común que queremos es el de ser libres, entonces, tenemos un punto en común, tenemos el derecho de la razón, los que están mal son ellos, el régimen es quien está mal, y lo más grande es que ellos lo saben, lo que ellos no quieren ceder porque cada vez tienen menos lugar para retirarse, entonces, tenemos la razón, somos la mayoría, tenemos el talento, muchísimo talento dentro y fuera de Cuba porque somos instruidos, no tan educados en educación formal, pero sí instruidos somos muchos, bastante gente tiene educación superior, posgrados, maestrías, somos instruidos, y gente que tiene oficios, que es otra cosa que hay que rescatar en Cuba, los oficios; ¿qué nos falta?, en mi opinión es la actitud, no es otra cosa, y la actitud pasa por el miedo, tenemos mucho miedo, tenemos que dejar de poner paños tibios, tenemos miedo, y es natural que tengamos miedo, son asesinos, y es natural que asumamos que en un estallido social va a morir gente y nadie quiere poner el muerto. Te estoy hablando como lo pienso. Pero es eso, será eso, vencer el miedo. Yo no tengo dudas de que si en Cuba sucede algo, muchísimos cubanos que vivimos fuera vamos a ir, tenemos como ir, tenemos los recursos para ir, tenemos la voluntad para ir, pero también uno no quiere ir a donde a uno no lo invitan, yo no puedo ir a casa del vecino, hasta cierto punto yo vivo rentado, ya en mi casa, la de mi familia están mis hermanos, son ustedes, yo vivo rentado en otra casa, entonces en mi casa, mi mamá, mi papá, mis hermanos tienen problemas, qué hago, voy a llegar un domingo a decirles a mis hermanos, “vengan, esto es lo que hay que hacer”, yo lo puedo hacer si fuera una familia abierta, pero tenemos un papá autoritario, asesino, que nos golpea, que nos maltrata, no nos deja hablar, entonces yo creo que algo debe suceder que será lo que todos vamos a reaccionar, porque sí están las condiciones y sí hay muchísimas gente que lo quiere hacer. Ustedes no se imaginan cuánta gente me dice, en Estados Unidos hay un decreto que no nos permite ir, el 68 o 67 creo que es, que no permite ir en embarcaciones, si no, de verdad, desde hace mucho tiempo, muchos barcos hubieran ido para Cuba; pero está bien ¿y qué?, ¿quién nos va a recibir?
Ahora, si en Cuba pasa algo, yo no tengo la menor duda, yo me embullo a cada rato con cosas que pasan, pero si se ve que se suma muchísima gente va a regresar que tienen los recursos, que tienen la voluntad y que ya perdieron el miedo, que saben que este momento es necesario, porque ya pasamos por todo, no van a ceder, el régimen no va a ceder, en mi opinión no va a ceder, en mi opinión los Estados Unidos no va a hacer nada que beneficie al pueblo de Cuba, va a hacer algo que beneficie al pueblo de los Estados Unidos. En mi opinión, la Unión Europea no va a hacer nada que beneficie al pueblo de Cuba, va a hacer algo que beneficie al pueblo de la Unión Europea, y el régimen no va a hacer nada que beneficie al pueblo, va a hacer algo que beneficie al régimen; entonces, ¿qué nos queda?, somos el pueblo, tenemos que hacer algo que nos beneficie a nosotros, estamos solos, pero lo primero es asumirlo porque podemos hacerlo, y después todo el mundo va a estar de maravilla, el régimen, todos los que hayan cometidos crímenes van a estar presos, la Unión Europea nos va a abrir todas las puertas, nos van a dar todos los fondos, Estados Unidos nos va a abrir todas las puertas, nos va a dar todos los fondos, y todo el mundo va a estar de maravilla con la libertad de Cuba, pero tenemos que pasar el mal rato y tenemos que tragarnos el trago amargo, tenemos que hacerlo, no hay otra fórmula.
Manuel, voy a leer ahora algunos comentarios y preguntas de los espectadores. Dice Andy Prada: Quisiera hacerle una pregunta a Milanés, ¿qué usted cree de la falsa oposición en Cuba?, ¿por qué siguen apoyando una falsa huelga que no va a acabar con la dictadura? Espero su respuesta, con todo respeto. Yo opino que han prostituido la causa de la sufrida Cuba, han lucrado con el dolor de ese pueblo, ¿cree que sea un negocio que tiene la dictadura con los demócratas?
Ahí hay muchísimas preguntas a la vez, pero está bien. Vamos de atrás para adelante. La política es un negocio, tácitamente, y la política es un negocio donde los únicos que ganan son los políticos. La persona que lo va a hacer por el bien, la persona que lo va a hacer por la vocación de servicio, que debiera ser la verdadera intención de un político, no gana dinero, es más, es posible que pierda dinero. Entonces, punto número uno: sí, definitivamente, cualquier arreglo que se haga, no entre la administración Biden, cualquier administración y el régimen, si se hace un arreglo, va a ser en beneficio de ellos, o sea, va a pasar por lo que nos interesa a nosotros, ¿por qué?, porque no nos van a dar la libertad; ¿por qué?, porque la libertad nuestra solo se consigue si el régimen se va de ahí. No hay libertad a medias, no hay mujer embarazada o mitad embarazada, o sea, no existe que estoy mitad embarazada, existe embarazada o no embarazada, para nosotros existe ser libres o no ser libres y para ser libres el régimen debe ser disuelto. Fíjate, no voy a ir al extremo de si el partido comunista va a existir o no porque yo pienso que la sociedad debe ser la que lo acuerde, y si hay una ley de partido, que tienes que tener un mínimo de militantes para hacer un partido oficial, entonces veremos quién se atreverá a decir que es comunista, no ahora, cuando aparezcan todos los archivos porque nosotros no sabemos ni la mitad de lo que está pasando ni de lo que ha pasado porque ellos son bien herméticos, con todo y el trabajo de ustedes, que es magnífico y de todo lo que se hace en las redes pero no sabemos. Ahora mismo, Orestes Varona, opositor camagüeyano, se está muriendo de hambre en una prisión en Camagüey porque le hicieron un caso; primero le echaron 3 años, después fueron buenos y le echaron diez meses, el hombre está plantado hace doce días; ¿quién habla de eso?, no lo conocemos, conocemos a otros, y le damos más visibilidad a otros, pero ese también está haciendo huelga de hambre, y ese no será intelectual, no será músico, no será empresario, es cubano, o sea, es más que todo eso, es cubano; y así como él hay cientos, que están padeciendo en las cárceles anónimamente, no sabemos ni los rostros, no sabemos quiénes son.
Segundo, si hay falsa oposición o no, el régimen sí fabrica oposición y sí lo hemos visto. Tú citaste la Primavera Negra y en ese momento yo recuerdo, que fue hace bastante tiempo, no puedo decir que era un niño porque tampoco soy tan joven, pero era bien inmaduro y yo también me impresioné; lo primero que salió fue que varios de los líderes de esos periodistas eran de la Seguridad del Estado y salieron diciendo “yo soy el periodista tal, yo soy el coronel no sé qué”; y salieron por la televisión y se había fabricado. Sí se fabrica a la oposición.
Ahora, salir a decir “este es fabricado o no”, es un poco más complicado porque puedes entonces también denigrar a alguien que no lo es; pero viene otra cosa, conscientes son los que se fabrican, pero inconscientes nos manipulan, e inconscientes, los que queremos hacer el bien, nos manipulan y nos hacen hacer algo en beneficio de ellos, nos dividen, nos crean chismes, en buen cubano, de mi barrio, nos cohetean, y nos ponen a enfrentarnos entre nosotros, también lo hacen, y lo logran. Entonces, para mí, sí existe la oposición fabricada, sí creo que al menos las organizaciones más visibles están penetradas; nosotros hemos puesto ejemplos de agentes que los meten, o sea, los siembran, pero no en Cuba, Estados Unidos está lleno de agentes y pueden convivir con uno toda la vida y lo activan cuando ellos quieran, por extorsión, los chantajean, si tú no empiezas a trabajar, ya el hombre puede haber hasta cambiado —hablo de hombres genéricamente, hombre o mujer—, pero le dicen “si no empiezas a trabajar digo que tú lo eres”; también te chantajean, eso existe, la extorsión. Entonces, ¿tenemos que luchar contra eso?, sí, porque la falsa oposición está hecha, diseñada para dividirnos, para aplazar el tiempo; lo vamos a ver también, nosotros debemos estar muy atentos, si nosotros, de pronto, hay una conversación, hay un diálogo, y hay una mesa de diálogo, y la mesa de diálogo concluye en un gobierno mixto donde también esté el régimen, ahí puede haber cansancio de los líderes, ahí puede que la gente diga “pues del lobo un pelo, bueno, si no tengo nada al menos con el tiempo podemos lograrlo, desde que entremos en la política la gente nos va a entender, nos va a apoyar y lo vamos a ir sacando”; todo eso está bien y, además, es un error, es una ingenuidad, pero digamos que no es moralmente y éticamente incorrecto porque tú estás defendiendo una vía que tú crees que es posible, pero también va a estar la oposición que fabricaron para eso y también van a llamar a los que ellos creen confiables y lo van a poner ahí, y lo van a poner en la Asamblea Nacional, y le van a dar los cargos a ellos, los van a hacer más visibles; como también lo hacen con empresarios.
Así que, Andy, con todo lo que tú dices estoy de acuerdo y creo que hace mucho daño, sí hay oposición fabricada, tenemos que ser cuidadosos de a quién acusamos de eso, al menos tenemos que tener pruebas contundentes porque podemos hacer mucho daño también y nos pueden estar utilizando a nosotros inconscientemente en beneficio del régimen; y sí, la política es un negocio donde solo ganan los políticos.
Dice Jorge Carlos Medina: Ejemplo, Manuel Milanés, Ministro de Economía de Cuba libre, ¿cuáles serían los tres primeros cambios que hay que hacer, sí o sí, el día uno?
Primero, eso es una suposición bastante fuerte, no creo que yo sea Ministro de Economía porque no quiero serlo. Bueno, primero habría que ver si a alguien le interesaría que yo participe en su gabinete, segundo, yo no lo aceptaría. Pero si lo fuera, asumiendo que lo fuera. Pues, uno, dos y tres, uno: desmantelar todo el aparato estatal, todas las empresas estatales, no funcionan; dos: desmantelar todos los ministerios que soportan ese aparato estatal, no funcionan. Estamos hablando empresarialmente porque el Ministro de Economía no puede hablar de salud, no puede hablar del poder legislativo, no puede hablar de los juzgados, de los tribunales, vamos a hablar de economía. Si el 90 por ciento está en manos del Estado, pues desmantelarlo, no existe, no hay nada, el Estado no sabe manejar las empresas, al menos no el régimen; no vamos a heredar a alguien de pronto que sepa hacer bien lo que el régimen hizo mal, no lo tenemos.
Entonces, primero desmantelar todo eso; desmantelar los ministerios, que ninguno funciona; desmantelar todas las empresas, que no funcionan, todos los recursos que se destinan en la economía para financiar esa sociedad civil fabricada por el régimen, llámese FMC (Federación de Mujeres Cubanas), Partido Comunista de Cuba, UJC (Unión de Jóvenes Comunistas), organización de pioneros, CDR (Comités de Defensa de la Revolución), todos esos miles de millones de dólares que destinan, aunque ellos los quieren disfrazar de cotización, que se autofinancian, sabemos que es mentira, todas esas casas donde tienen reuniones, la nacional, la provincial, la municipal, todo eso desmantelarlo total, no hay subsidio del Estado para nada de eso, cero doctrina, cero organización política financiada por el Estado; fíjate que ni los partidos, nada. Todo eso en función del crecimiento económico, libre mercado. Fíjate, eso es lo que puede hacer un Ministro de Economía, yo no puedo hablar de generar leyes, eso no lo hace un Ministerio de Economía, el Ministro de Economía puede hacer lo que le permite su cartera, porque reconocer la propiedad privada no lo puede hacer el Ministro de Economía.
Y lo último sería, por supuesto, eliminar el Ministerio de Economía y destituir al Ministro de Economía, que se vaya a trabajar, que se vaya a crear empresas. Por supuesto, sería yo, pues yo destruiría eso. Yo quiero citar a Javier Milei, el argentino, vamos a entrar en la política para destruir al Estado desde adentro; ese aparato estatal que nos asfixia, pues hay que destruirlo desde dentro, o sea, eso haría yo. Yo creo que si antes no tenía ninguna propuesta de ser Ministro de Economía pues ahora tendré menos (risas), con esas medidas; pero creo que lo que necesita Cuba no es otra cosa que libertad, en todos los sentidos, libre mercado, no hay nada más democrático y más justo que el mercado; incluso, en la democracia política, tú votas pero tú aceptas lo que la mayoría votó; o sea, yo tengo que aceptar hoy que el presidente de los Estados Unidos sea Biden aunque yo entienda que lo está haciendo mal y que lo que planteó en campaña estaba mal, y hoy se están viendo los resultados, pero lo acepto porque eso es lo que dijo la democracia, la mayoría votó por él; ok, más allá del fantasma o de que hubo, o de la realidad, de que hicieron fraude, bueno, pero la ley dijo que no y lo aceptaron; entonces, yo respeto la ley, yo acepto que él es el presidente. Pero el mercado no es así, tú entras al supermercado y tú votas con tu dinero y tú te llevas lo que votaste, no es que tú entres y dices “¿cuál es la mayonesa que más compraron?, ah, pues me tengo que llevar esa”, no, tú compras la tuya, sea cara, sea barata, es la que te gusta y tú la premias, tu voto es el dinero y, para ganarte el dinero, tienes que trabajar, y trabajar, circula la economía, genera empleo, genera consumo, genera ahorros, inviertes y así, y así funciona solo.
Entonces, el libre mercado es lo que va a sacar a Cuba de la pobreza porque el capitalismo es el que ha sacado al mundo de la pobreza. Después de la Revolución Industrial en Inglaterra es cuando la sociedad ha sido más próspera, en toda la historia de la humanidad, ¿por qué no va a ser en Cuba? Así que, si se atreven, y me dicen que sea Ministro de Economía, y si yo lo acepto, sería bajo esas condiciones, desmantelar y terminar yo diciendo “renuncio”, pues no tiene nada que hacer un Ministro de Economía en una Cuba de libre mercado. Nada que hacer.
Le han propuesto ser Ministro de Economía y hasta presidente de la República de Cuba, ¿tiene alguna aspiración política?
No, para nada. En realidad, la experiencia que tengo del político es que es una persona que se subordina al voto. Para mí, la persona que se subordina a la opinión de la mayoría y no a lo correcto, que no siempre es lo mismo, me parece una persona débil de carácter. Y te puede parecer algo sencillo, una persona débil de carácter puede ser algo como un mentiroso que, digamos, una mentira leve no hace tanto daño a la sociedad; pero una persona débil de carácter puede ser un asesino en serie, que ya es más peligroso para la sociedad. Entonces, la debilidad de carácter hay que combatirla, y a mí me parece que el político, en la hora en punto en que subordina su decisión al voto, ya está teniendo debilidad de carácter.
Yo no sería un buen político porque yo no subordinaría la decisión al voto, yo no le pregunto a mi hijo si tiene que inyectarse cuando tiene gripe, yo lo pincho, y me duele más a mí que a él, pero estoy haciendo lo correcto, si le pregunto a él me va a decir “papi, no me pinches”, se me muere, porque la gripe puede matar, lo estamos viendo ahora con el coronavirus. Entonces, sería muy mal político, y recuerda que la gente, por simpatía, por empatía, porque tú le caes bien, va a decir “qué bueno, qué bueno”, pero cuando tú digas “se acabó la libreta, para comer hay que trabajar” de verdad, no como lo dice Gil, la gente dice “oh, ya este no me está cayendo tan bien” (risas). Entonces, puedo pasar de uno muy querido a uno muy odiado en poco tiempo. Yo no creo que sería buen político; yo soy más ejecutivo, yo soy más de mi familia, también tendría que renunciar a muchas cosas a las que les doy mucho valor, que es el tiempo, la calidad de vida, o sea, me gusta estar con lo que me gusta hacer a mí. Tendría que enamorarme de la gestión, de ayudar al otro, que me gusta, yo lo hago, hago muchísima caridad, hago muchísimo ministerio en la iglesia…, no hay que decirlo, lo que uno hace, pero lo hago, y lo hago porque lo disfruto. Si esa sería la política, bueno… pero, qué va, hay mucho más que perder que ganar como persona, siendo político, siendo político manteniendo lo que tú crees que está correcto.
Muchas gracias, Manuel.
Gracias a ti. Yo quisiera pedirte algo, ustedes tienen una responsabilidad muy grande, ustedes tienen varias cosas que pueden ayudar muchísimo al cambio en Cuba y son, por ejemplo, que yo veo: la generación, la profesión, muchos de ustedes son intelectuales, artistas y tienen muchísima fuerza y están llevando la vanguardia; entonces, también, siendo receptivo, o sea, pueden ver a alguien como un dinosaurio, todos somos válidos; pueden ver a alguien que está diciendo algo que uno no entiende, pues entonces, igual, la posición humana ante lo que uno no entiende es rechazarlo, pues a lo mejor podemos ser un poco más abiertos y (decir) “¿por qué lo dice?, ¿por qué es así?”. Yo pienso que puede ayudar muchísimo, eso también los puede estar dividiendo, el tema generacional, el tema de posturas, el tema de cómo uno ve la vida, de los intereses personales y ustedes tienen una gran responsabilidad porque pueden traducir eso y más el artista, o sea el artista es increíble, es un ser libre por naturaleza, por eso yo creo que los artistas están tomando la iniciativa, más que nada, porque es una condición, para ser artista, ser libre; tú te imaginas un Ministerio de Cultura, o sea, cómo tú puedes regular el arte, qué es eso, el arte no se regula, eso no existe, el arte es lo que tú creas, lo que tú piensas, lo que expresas.
Y una condición para ser periodista también es ser libre.
Exactamente, porque si no entonces qué soy, de ser periodista pasas a ser vocero, como dicen en República Dominicana, bocina. De lo sublime a lo ridículo.
Pero nada, muchísimas gracias a ti, más que nada, me sentí muy bien, me sentí muy bien en la entrevista, y dije cosas que no había dicho ni en mi canal. Así que, gracias, lo hiciste muy bien, me hiciste sentir cómodo, me hiciste decir cosas que yo no había dicho, así que te felicito. Gracias
Gracias, y esperemos poder contar con usted en otros espacios. Nosotros creemos que es muy importante, por eso estamos haciendo esta serie de entrevistas, no solo quedarnos en la denuncia, sino tratar de vislumbrar qué es lo que podemos hacer para, como le decía, acelerar ese fin de la dictadura.
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