LA HABANA, Cuba – A dos días de la apertura de la embajada de Estados Unidos en La Habana, la cadena de televisión estadounidense NBC se ha instalado en una pequeña franja de terreno en la calle 11, esquina M, en el capitalino reparto del Vedado.
No está sola, otros medios se hacen ver. La agencia Reuters ha montado su casa de campaña a pocos metros de la sede diplomática.
Todos esperan el 14 de agosto cuando el Secretario de Estado de Estados Unidos de América, John Kerry ice la bandera, para dejar inaugurada la embajada de su país en Cuba, después de 54 años rotas sus relaciones.
“La empresa estatal de viales de La Habana pavimenta la explanada frente al recinto diplomático donde se instalará una plataforma para que las agencias de prensa y los canales televisivos, puedan transmitir al mundo ese histórico momento”, comenta el jefe de brigada.
Una discreta ofensa al ‘nuevo amigo’, es la llamada Plaza Antiimperialista construida hace unos años para acusar a los yanquis. ¿Qué se hará con ella? Si el propio Silvio a dicho “Cuba sí, yanquis también”.
La embajada ha dispuesto que el asta de la bandera quede situada al lateral de la Avenida del Malecón habanero, mirando al norte, tal vez identificando la posición geográfica de la potencia más grande del mundo, pero alineada por debajo de la cubana que ondea en el Monte de las Banderas. ¿Se mantendrá este último?
Cuando Kerry llegue a La Habana el próximo viernes, se convertirá en el primer jefe de la diplomacia estadounidense en viajar a Cuba en 70 años, desde 1945. Su visita será histórica, llega en tiempos de violencia y represión contra los opositores cubanos. Muchos de ellos esperan la mano del país que los ha protegido durante 56 años de dictadura comunista.