SANTIAGO DE CUBA.- Cada año, la prestigiosa Conga Los Hoyos, como preámbulo de las fiestas carnavalescas en Santiago de Cuba, parte de su sede en la Avenida Martí, esquina a Moncada, para arrastrar un mar de personas a que arroyen o bailen al ritmo de tambores, campanas y con el singular toque de la corneta china, por las principales arterias de esta ciudad suroriental.
Con sus bailes característicos, como si arrastraran los pies, miles de personas desbordan cada julio importantes calles santiagueras, tras escuchar desde el interior de sus casas, el retumbar de tambores o el toque único de la corneta, que invita de inmediato asomarse en puertas y balcones, para contemplar a los bailadores.
El pasado 14 de julio, como precarnaval, esta centenaria conga recorrió significativas avenidas, protagonizando la esperada “Invasión”, que no es más que la visita, al ritmo de sus instrumentos, a las otras congas de la ciudad. Está valorado por especialistas de la urbe como el momento más esperado por los habitantes, por ser éste el de mayor aglomeración de ciudadanos.
Rogelio Maturell, Metodólogo de Música en la ciudad, dijo a CubaNet que la “Invasión de la Conga Los Hoyos”, no es más que, “la procesión de miles de personas por toda la ciudad, que arrollan durante horas, bailando y convirtiendo en letrillas, los temas más diversos y actuales”.
“Yo cambié mi lima (arma blanca) por una motorina”, fue unos de los cantos que más se escuchaban al ritmo de palmadas, cuando la arrolladora conga transitaba este sábado por diferentes repartos santiagueros.
Aunque el trascendental evento de relevancia en la provincia, se ha convertido más que en un mar de pueblo, en un mar de problemas, donde reinan la violencia y las peleas callejeras, cientos de personas son las que inundan las calles cuando de conga se trata. “Es el momento en que la gente rivaliza y arregla sus molestias, por eso muchas veces hay tantos muertos”, menciona una joven, que bailaba al compás del contagioso ritmo.
“Yo no tengo miedo, siempre estoy en el medio donde todo es bronca”, gritó a viva voz, una señora que llevaba más surcos en su cara que los de un campo agrícola, mientras se formaba tremenda corredera por la aparición de una pelea.
Varios fueron los puntos neurálgicos de “La Invasión”. “La primera (pelea) se formó cuando nos unimos a la Conga San Agustín, dos muchachos sacaron una lima y le cayeron a puñalada a otro, todo se convirtió de momento en un charco de sangre, es cruel ver eso”, contó una señora mientras halaba a su nieta por el brazo.
“En la intersección de Trocha y Calvario, se formó tremendo sal pa´fuera, cuando un grupo de niños apuñalearon a otro con punzones y cuchillos, no sé dónde estaba la policía, porque cuando se trata de problemas son los últimos en llegar”, conversaba un señor mientras salía del tumulto. “Por eso no dejaron que la invasión llegara a Trocha y Carretera del Morro, allí lo estaba esperando la Conga Paso Franco, siempre que dos congas rivales se encuentran musicalmente, hay grupos pandilleros, que cogen este encuentro para repartir puñaladas, como si fueran caramelos”, ironizó.
Recientemente el canal local Tele Turquino, en su programa “En Línea Contigo” que conduce Lázaro Expósito, 1er Secretario del Partido en la Provincia, criticó estas acciones violentas que están “empañando las actividades festivas en la ciudad”. “Lo que tenemos es que comportarnos adecuadamente para disfrutar el verano a plenitud, y disfrutar las conquistas de la Revolución”.
Además puntualizó, “creo que la inversión principal de Santiago no está ni en el pan ni en el dulce, ni en las obras, ni en las tiendas ni en los parques, está en los valores del santiaguero para que cambien esas acciones que no van con los principios de nuestro sistema”.
Por otra parte el Teniente Coronel Yosbel Marañón, Jefe de la Policía Nacional en la provincia, reconoció los pocos esfuerzos realizados por frenar la ola violenta que está sucediendo en la urbe, por parte de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), además precisó que el número de personas apresados por tenencia ilegal de armas blancas ascienden a 26 ciudadanos, los cuales fueron llevados directamente ante los tribunales y fueron sancionados con medidas privativas de libertad, con penas entre 6 meses y un año, respectivamente.
Otro oficial que prefirió el anonimato, del reparto Chicharrones, dijo que esta localidad conocida actualmente por las autoridades partidistas como “La Sierra Chiquita”, no por la cantidad de combatientes que lucharon contra Batista, sino, por el alto número de asesinados por armas blancas, de fuego y por ser una localidad con más bandas pandilleras.
“La cifra de jóvenes procesados por el delito de Portación y Tenencia Ilegal de Armas asciende a 50”.
Reseñó al mismo tiempo que, “hubo al inicio 26, pero con la salida de la invasión de Los Hoyos y otras cangas, además de los capturados por asesinar a un muchacho en la playa Siboney y otros en áreas bailables, rondan medio centenar, según precisaron los jefes en el consejillo de inicio de semana. Nos dijeron que tendrán tolerancia cero para los que porten armas en los carnavales y lo más triste que es que la generalidad de los procesados son jóvenes de 16 a 22 años del sexo masculino, que ocultaban los objetos cortantes dentro de mochilas, en los bolsillos y dobladillos del pantalón”, aunque no descartó que hay mujeres implicadas.
Una joven del reparto Portuondo, en las cercanías del centro de la ciudad, lamentó haber perdido una cadena de oro obsequiada por su padre. “Vine a la conga con mi cadenita de oro y en un momento de descuido, me la arrebataron, aunque miré y miré a la molotera, no vi nada, otro amigo mío, perdió su billetera con su licencia operativa de conducción y otros documentos”.
Para el pueblo santiaguero, que es bastante supersticioso, esta ola violenta que vive la ciudad ante las festividades carnavalescas, es un aviso de cómo vendrá el “Rumbón Mayor”. Muchos concuerdan en que las congas ya no son seguras, temen en que disfrutar de las tradiciones, que hacen de Santiago la tierra caliente, se pueda convertir en una tragedia, prefiriendo ser solo espectadores desde los circundantes balcones y techos y no participantes. Así lo refiere un joven que se encontraba en una conversación entre amigos. “Meterse ahí, es buscarse problemas, si pisoteas a alguien o lo rozas sin querer, hasta una puñalada te puedes ganar, y yo no estoy pa’ esa sal”.