HARRISONBURG, Estados Unidos. ― El 22 de agosto de 1922 Luis Casas Romero ―un cubano extraordinario―, en unión de su hijo Luis Casas Rodríguez, comenzó las emisiones experimentales de su emisora 2LC, situada en la calle Ánimas 99 (actual 457), en La Habana.
Fue la primera emisora radial que transmitió desde Cuba, lo cual situó al país como uno de los pioneros a nivel mundial en el uso de la nueva tecnología.
La emisora iniciaba sus transmisiones con el cañonazo de las 9:00 de la noche y su programación consistía en espacios musicales, información sobre el tiempo, un noticiero y la indicación de la hora. Dejaba de transmitir poco antes de la medianoche.
Poco después de salir al aire, Zoila Casas Rodríguez, hija del patriota, comenzó a identificar con su voz a la emisora, convirtiéndose así en la primera locutora de Latinoamérica.
Sin embargo, fue el 16 de abril de 1923 cuando la 2LC inició oficialmente sus transmisiones al obtener el permiso del director de Comunicaciones del Gobierno del presidente Zayas. Luego fue aumentando su potencia y llegó a tener 100 watts hasta el momento de su desaparición en 1928.
Debido a la poca existencia de radio receptores los habaneros acudían en grupos a los establecimientos comerciales, así como a la sede de la emisora, para disfrutar de la programación. Y así la radio cubana comenzó a convertirse en un suceso de connotación social.
El surgimiento de nuevas emisoras de radio en todas las provincias del país propició la comercialización de modernos receptores de la marca Western Electric, y Cuba se convirtió en pionera de la nueva tecnología que contribuyó notablemente a la educación cívica y cultural de los ciudadanos.
En diciembre de 1923 había en Cuba 31 estaciones de radio, según asegura Norma Ferrás Pérez en su artículo “La radiodifusión cubana: pionera en Hispanoamérica”, publicado por el periódico Tribuna de La Habana el 22 de agosto de 2019.
En 1930 se asignaron a Cuba las letras CM para identificar a las estaciones de su territorio, por lo que todas las emisoras existentes tuvieron que cambiar sus nombres.
Según registros de la entonces Secretaría de Comunicaciones, en 1930 había en Cuba 61 estaciones activas, 43 de ellas en La Habana. Para que se tenga una idea de la importancia alcanzada por la radio ese año, basta este dato ofrecido por la mencionada periodista: Había entonces en todo el continente 789 estaciones de radio, de las cuales 625 (el 79,21%) estaban en EE. UU. De las otras 164 ubicadas en el resto del continente, 62 eran cubanas, lo que representaba el 7,85% del total de emisoras en el continente y el 37,80% de las emisoras latinoamericanas, estando ubicada Cuba en el cuarto lugar continental en cuanto al uso de la radio.
La radio en la historia de Cuba
La radio cubana ha estado vinculada indisolublemente a nuestra historia y cultura.
En 1932 la emisora CMX, del hotel Plaza en La Habana, se asoció con la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) para transmitir en tiempo real los conciertos que el maestro Amadeo Roldán dirigía en presentaciones al aire libre.
Ese mismo año, la emisora CMBZ, Radio Salas, inauguró la famosa Universidad del Aire.
En 1937, los conciertos de la OSN se difundían en cadenas radiales por gran parte del país.
Importantes artistas y escritores dejaron su huella en la conciencia de los radioyentes. Muy significativos por su impacto social y cultural fueron los programas “La corte suprema del arte”, las radionovelas ―género surgido en Cuba y que tuvo en “El derecho de nacer” su más resonante carta de presentación― y los noticieros. El programa humorístico “La tremenda corte” ha devenido un clásico de la radiodifusión cubana y continental.
En 1940, fueron transmitidos en vivo los debates de la Asamblea Constituyente. Se cuenta que el país se paralizaba para escucharlos.
Los sucesos de Orfila, masacre ocurrida el 15 de septiembre de 1947, cuando fue asaltada la residencia del comandante Antonio Marín Dopico, fueron seguidos minuto a minuto por Radio Reloj, emisora única en el mundo.
Esa emisora fue asaltada por José Antonio Echeverría el 13 de marzo de 1957 para dar a conocer el ataque al Palacio Presidencial.
Gran impacto nacional alcanzaron los programas de Eduardo Chibás, el político ortodoxo que arremetía contra la corrupción.
Llegó el dictador y mandó a parar
Al castrismo se le opusieron las grandes emisoras de radio y la televisión. Para contrarrestar esa poderosa oposición, Fidel Castro creó el Frente Independiente de Emisoras Libres (FIEL), el 20 de marzo de 1960.
En octubre de ese año el Ministerio de Hacienda confiscó el patrimonio de los hermanos Abel y Goar Mestre, entre los que estaba el circuito CMQ S.A., Radio Centro S.A. y la Televisión Interamericana de Cuba.
FIEL fue reconocido como órgano rector de la radio y la televisión cubana hasta que el 16 de noviembre de 1960 entregó esa rectoría ―que jamás fue tal― a la dirección castrista, la cual creó la Oficina de la Radiodifusión que luego se convertiría en el Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), de tan nefasta trayectoria.
Desde entonces la radio quedó sujeta al férreo control del castrismo, quedando prohibida toda emisora alternativa, incluso las situadas fuera del territorio nacional, que por décadas fueron ―y todavía son― las únicas fuentes radiales alternativas para los cubanos.
Hoy la mayoría de los municipios cuenta con una emisora de radio, pero su programación ―tal y como ocurre con la de los telecentros y con lo que publican los periódicos― resulta tan aburrida como un domingo por la tarde en Cuba.
Puede afirmarse que luego de un período de ascenso y esplendor, la radio cubana dejó de ser innovadora para convertirse en un medio de adoctrinamiento ideológico de la dictadura. En esas condiciones arriba a su centenario.
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