LA HABANA, Cuba.- La reposición resulta inverosímil cuando urge incentivar a los campesinos para aumentar las producciones y sustituir las importaciones de alimentos, en medio de una muy difícil situación financiera. El retorno de Acopio es un desesperado retroceso de las medidas iniciadas por Raúl Castro en 2008, limitadas por sus propias prohibiciones y la preponderancia de ideas retrogradas, temerosas de las fuerzas del mercado.
El Decreto No. 361/2019 de Miguel Díaz-Canel creó la Organización Superior de Dirección Empresarial (OSDE), Grupo Empresarial de Acopio, subordinado al Consejo de Ministros y atendido por el Ministerio de la Agricultura, con lo que se elevó el rango de la Unión de Acopio subordinada al Grupo Empresarial Agrícola. El Grupo comienza sus operaciones como entidad nacional al entrar en vigor el Decreto, 60 días después de su publicación, y cuenta con un año para perfeccionar su estructura y funcionamiento. La Resolución No. 150/2019 del Ministro de Economía resuelve que esté integrada por las 12 Empresas de Acopio provinciales ya existentes, y La Habana de próxima creación. Ambas aparecieron en la Gaceta Oficial Extraordinaria No. 56 del 2 de agosto de 2019.
Esta decisión permite separar las actividades de acopio y comercialización de las productivas, según Emilio López Barrios, director adjunto de la Unión de Acopio, informó el artículo “¿Qué propone la nueva reestructuración de Acopio?”, del oficialista Granma en su edición el pasado 2 de agosto. Además la empresa realiza el balance para los envíos de las producciones hacia los destinos aprobados en la contratación, y así mismo recibe, evalúa y controla la información de los comercializadores a escala nacional. El fortalecimiento prevé dotar a la OSDE de transportación, recuperar gradualmente la infraestructura de puntos de compra, almacenes, talleres, naves mayoristas, plantas de beneficio (beneficio y empaquetado), la dotación de equipos de medición (básculas, pesas, etc.) y de envase y embalaje.
También requerirá la preparación del personal. Se añadió que contribuirá a incrementar la contratación, el almacenamiento y la venta de mayor cantidad de productos agrícolas, facilitará las gestiones con las bases productivas, dispondrá de mayores volúmenes para los diferentes destinos aprobados y favorecerá el autoabastecimiento municipal de los productos del agro. Permitirá redistribuir los excedentes productivos y solucionará los desbalances de productos ante la ocurrencia de desastres naturales. Según el mencionado artículo, un desafío será prestar mayor atención al tema financiero, en particular a las deudas, y velar por el pago oportuno a los productores.
Las Empresas Provinciales de Acopio, especialmente de viandas, hortalizas y granos, aparecieron subordinadas a los órganos del Poder Popular. En 1986, con la eliminación del Mercado Libre Campesino de efímera existencia, estas empresas se incorporaron al Ministerio de la Agricultura (MINAG), y se creó la Unión Nacional de Acopio, también para la distribución. Además, se creó la Red de Mercados Agropecuarios Estatales (MAE —que han comercializado los productos del racionamiento, de los cuales actualmente solo quedan la papa y dietas médicas, los demás “liberados” no tienen suministro estable ni buena calidad usualmente—).
La extinción de la Unión Nacional de Acopio en julio de 2014 y la restructuración del Ministerio de la Agricultura con la reducción del 41% del personal —6441 cargos menos y más de 15 millones de pesos anuales ahorrados en salarios— había parecido un logro hacia la apertura. El ministro de la Agricultura, Gustavo Rodríguez Rollero, expresó en la Asamblea Nacional que el movimiento estructural podría motivar nuevas prácticas en la producción y comercialización de alimentos, si este sector lograba captar los suficientes volúmenes inversionistas —ante una profunda descapitalización— a través de la Ley de Inversión Extranjera y la prioritaria atención que el gobierno otorgaba a la agricultura.
Pero en mayo de 2016 comenzó la involución luego de que Raúl Castro aceptara la opinión de José Ramón Machado Ventura, lo cual se escuchó en televisión nacional. En ese entonces se achacaban los altos precios a los intermediarios privados en la comercialización, pero resultaba muy evidente que la escasez de productos era la causa, sin solución hasta la eliminación de los mecanismos coercitivos que incluyen la imposición de los cultivos, los precios, las formas de venta y las dificultades para adquirir insumos, implementos y equipos.
El director general de la Unión de Acopio, Nelson Concepción de la Cruz, dijo a Juventud Rebelde el 29 de agosto de 2018, que en mayo de 2016 el Gobierno comenzó la recuperación encabezada por el Ministerio de la Agricultura. Él reconoció que deben lograr que desaparezca la imagen negativa que de Acopio se han formado algunos productores y la población, y que a través de los años se han detectado hechos delictivos, motivo por el cual en el fortalecimiento comenzaron con la dignificación del capital humano mediante la depuración de la fuerza de trabajo, verificando al personal, y sobre todo a los dirigentes.
Entretanto, los problemas que podrían incrementarse en el futuro debido a las restricciones con los suministros de petróleo de Venezuela, así como las compras en otros países a precios del mercado mundial, se constatan en el artículo “Empresa Provincial de Acopio asume variantes por déficit de combustible en Las Tunas”, Granma 6 de julio pasado. La disponibilidad de solo el 50% del combustible demandó asignaciones provinciales, el apoyo del Gobierno en la búsqueda de alimentos en otras ciudades y la contribución de empresas agropecuarias y el Grupo Empresarial Gelma en la distribución por mercados y placitas estatales. Según Javier Ramón Velázquez Morales, especialista comercial, hay que buscar los productos en varios municipios y provincias alejadas, Ciego de Ávila abastece el plátano fruta, Jesús Menéndez y Manatí la fruta bomba, y Sancti Spíritus y Granma la calabaza, por ejemplo.
El sistema de Acopio ha sido desestimulador para los campesinos, burocrático, corrupto, y derrochador de los escasos recursos humanos y materiales de Cuba. La producción agrícola es uno de los mayores fracasos del sistema estatista implantado por la revolución. Raúl Castro la declaró estratégica al asumir el poder en 2006. Pero la escasez se hace endémica en un país con feraces tierras, exportador de frutas y vegetales antes de 1959, sin embargo, actualmente tiene suelos degradados, tradiciones aniquiladas y los guajiros en extinción o el extranjero. La carencia de liquidez de la economía cubana probablemente obstruirán las altas erogaciones requeridas para volver a montar y mantener el andamiaje de Acopio. Las viandas y vegetales demostrarán su eficiencia.
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