Destacados

La “carta rusa” en Cuba: Putin “regala” y luego cobra

Perdido y con escasos aliados a los que acudir, el régimen cubano vuelve a jugar la “carta rusa”, pero esta vez de manera obligada y sin opciones

Publicado por

LA HABANA, Cuba. — Cuando Raúl Castro, por decisión de su hermano, tomó el poder oficialmente en 2008, ya tenía en mente emprender el acercamiento con el gobierno de los Estados Unidos, como paso indispensable para mejorar la precaria situación económica heredada.

Jugar la “carta rusa” en aquel momento, aunque era una estrategia peligrosa, tuvo el efecto catalizador esperado y, de no ser por el miedo que causó el éxito del deshielo entre los más conservadores del Partido Comunista, incluido el propio Fidel Castro, posiblemente todo habría salido “a pedir de boca”.

Visitar Moscú en 2009, apenas estrenado en el cargo, enviaba las primeras señales a Washington del “coqueteo diplomático”, un primer paso que después fue reforzado con los tímidos rumores dejados escapar por el propio gobierno ruso, hacia 2012, de que estaban dispuestos a recuperar las bases militares abandonadas a inicios de los 2 000.

Para no dejar dudas sobre la fortaleza de la alianza con Moscú y así terminar de convencer de entrar en el juego al “enemigo del norte”, a mediados de julio de 2012 Rusia anunciaba que realizaría nuevas inversiones para la explotación petrolera, en un acuerdo que extendería los trabajos de exploración y extracción hasta el año 2025.

De pronto, las inversiones rusas en la economía cubana, que apenas alcanzaban unos 40 millones de dólares, se multiplicaban por decenas de veces hasta rozar los casi 3 mil millones, una “buena nueva” que casi llegó de la mano de la más importante de todas, y esta fue que en diciembre de 2013 Rusia no solo condonó 29 mil millones de dólares (casi el 90 por ciento) de la deuda contraída por Cuba desde la era soviética, sino que se comprometió a ayudar a la Isla en la negociación de la otra gran deuda contraída con el Club de París (de unos 35 mil millones de dólares), un apoyo que fue esencial, según lo han reconocido los propios negociadores que apenas unos meses después de la visita de Dmitri Medvédev a La Habana (febrero de 2013) llegaban al famoso acuerdo de reestructuración.

El régimen de Raúl Castro enviaba así claras señales de sus “buenas” alianzas con Rusia pero, además, de su interés en cambiar radicalmente esa torpe estrategia de negarse a negociar y pagar las deudas contraídas, la cual no le permitía proyectar una imagen convincente de “cambio” ante los mecanismos financieros internacionales y, sobre todo, frente a los Estados Unidos.

En 2010, Raúl Castro había logrado reestructurar su deuda comercial con China, de alrededor de 8 mil millones de dólares, pero ya en 2009 había salido victorioso con los acreedores japoneses, con un buen acuerdo en que se suprimía el 80 por ciento de los 1 400 millones de dólares debidos a Japón.

Fue por esas fechas tempranas, rebosantes de condonaciones de deudas y coqueteos por Asia y Rusia, que comenzaron los primeros intercambios secretos con EE. UU., y si ya en marzo de 2016 Barack Obama se convertía en el primer presidente estadounidense en visitar Cuba desde la llegada del castrismo al poder, para octubre de ese mismo año, en medio de esa “luna de miel” diplomática, Rusia, por medio de su viceministro de Defensa, Nikolai Pankov, se atrevió a anunciar que estaban estudiando la reapertura de sus enclaves militares en la Isla.

Si hasta ese momento la “carta rusa” había “trabajado” la situación de manera casi perfecta, la declaración de Pankov —que, sin dudas, revelaba negociaciones secretas con la parte cubana al decir a la prensa: “estamos trabajando en ello”—, no solo introducía un ruido no deseado por los partidarios del deshielo a ambos lados del estrecho de Florida, sino que revelaba el verdadero rostro del castrismo, que no es otro que el de un jugador más torpe y ambicioso que tramposo.

Han pasado los años desde esa “jugada de riesgo” con Rusia y los Estados Unidos, y no solo los cálculos salieron muy mal —de aquel “boom” turístico y comercial calculado por los “expertos” nadie supo nada—, sino que se han terminado los tiempos pactados con los acreedores rusos, japoneses, chinos, mexicanos y hasta del Club de París y… ta-ra-ta-tán… ¡ha llegado la hora de pagar!

Todas esas deudas negociadas han llegado a su término, y de los 320 millones anuales que el régimen cubano se comprometió a pagar hasta este 2023 tan solo a Rusia, los acreedores no han visto un centavo, de ahí que se sientan con el derecho a elegir no solo la música con que animarán la fiesta de pago, sino quiénes serán los bailadores, o la única pareja de baile. Así, este mes de marzo el principal asesor de seguridad de Putin viajó a La Habana para reunirse con Raúl Castro, pero antes, y con demasiada y sospechosa frecuencia, lo ha venido haciendo otro “bailarín principal” de su equipo personal, el millonario Boris Titov, quien se asegura personalmente de que todo esté donde, según Putin, tiene que estar.

Y para los rusos no se trata solo de la economía —en realidad, si revisamos la lista de empresas extranjeras en la Isla, descubriremos que Rusia tiene muy pocas— ni de construir sanatorios en las playas cubanas para la recuperación de sus soldados —algo que harán sí o sí—, sino de pura geografía.

Sin liquidez, literalmente en bancarrota, habiendo invertido lo que tenían y lo que no en unos hoteles que no son capaces de llenar, con un aluvión de demandas judiciales que pudiera desatarse luego del juicio en Londres, el régimen está perdido. Y sin aliados fuertes a los que acudir, vuelve a jugar la “carta rusa”, pero esta vez de manera obligada, sin opciones y en un complicado partido en el que la guerra contra Ucrania ha cambiado radicalmente las reglas del juego.

Pero la torpeza de los “continuistas” de la dictadura, las pocas luces que los caracterizan, les hace creer que la “jugada de altísimo riesgo” traerá iguales resultados que hace diez o quince años atrás. Y aunque es cierto que han logrado algunas “cosillas” del gobierno de Biden, y que se han esforzado en activar (y reactivar mediante el éxodo masivo) sus agentes de influencia en Washington y Miami, la alianza con el invasor de Ucrania los está poniendo en una situación peligrosa y nada envidiable, y ya es tarde para que aprendan la lección de que la limonada no es la base de todo y que, en política, uno más uno casi nunca es igual a dos.

ARTÍCULO DE OPINIÓN
Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no necesariamente representan la opinión de CubaNet.

Ernesto Pérez Chang

(El Cerro, La Habana, 15 de junio de 1971). Escritor. Licenciado en Filología por la Universidad de La Habana. Cursó estudios de Lengua y Cultura Gallegas en la Universidad de Santiago de Compostela. Ha publicado las novelas: Tus ojos frente a la nada están (2006) y Alicia bajo su propia sombra (2012). Es autor, además, de los libros de relatos: Últimas fotos de mamá desnuda (2000); Los fantasmas de Sade (2002); Historias de seda (2003); Variaciones para ágrafos (2007), El arte de morir a solas (2011) y Cien cuentos letales (2014). Su obra narrativa ha sido reconocida con los premios: David de Cuento, de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), en 1999; Premio de Cuento de La Gaceta de Cuba, en dos ocasiones, 1998 y 2008; Premio Iberoamericano de Cuento Julio Cortázar, en su primera convocatoria en 2002; Premio Nacional de la Crítica, en 2007; Premio Alejo Carpentier de Cuento 2011, entre otros. Ha trabajado como editor para numerosas instituciones culturales cubanas como la Casa de las Américas (1997-2008), Editorial Arte y Literatura, el Centro de Investigaciones y Desarrollo de la Música Cubana. Fue Jefe de Redacción de la revista Unión (2008-2011).

Los comentarios de Disqus están cargando....
Compartir
Publicado por

Artículos recientes

Artemisa: aumentan enfermedades respiratorias en edades pediátricas

Una de las amenazas para los menores del territorio es la presencia del SARS-CoV-2, virus causante del COVID-19

miércoles, 7 de junio, 2023 9:21 pm

Guardia Costera de EE. UU. repatría a 25 balseros cubanos

Desde el 1 de octubre de 2022 las tripulaciones de la Guardia Costera interceptaron a 6.701 balseros cubanos, 519 más que todos los migrantes de la Isla detenidos en el…

miércoles, 7 de junio, 2023 8:49 pm

Cuba: crónica de una miseria inevitable

Los menos desafortunados han accedido a la miseria, y los restantes ven ya ante sí el espectro pavoroso de la indigencia

miércoles, 7 de junio, 2023 7:03 pm

Lluvias y tormentas eléctricas en Cuba continuarán durante los próximos días

El Instituto de Meteorología emitió un aviso debido a las intensas lluvias que han afectado la región oriental del país, que han sido provocadas por una vaguada estacionaria

miércoles, 7 de junio, 2023 5:29 pm

SIP condena la ‘legalización de la censura’ en Cuba con la nueva Ley de Comunicación Social

Michael Greenspon, nuevo presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), denunció el endurecimiento de las restricciones a los medios y periodistas en la Isla

miércoles, 7 de junio, 2023 4:17 pm

Juan Luis Guerra: Un ícono musical celebra 66 años de vida

La contribución de Juan Luis Guerra a la promoción de ritmos tradicionales como la bachata y el merengue ha dejado una huella duradera en la cultura musical

miércoles, 7 de junio, 2023 3:49 pm