MADRID, España.- La realidad del cubano, marcada por escasez de alimentos, medicamentos, vivienda; por apagones, represión del régimen, éxodo constante… empeoró durante el mes de agosto. A todos estos males se sumó la tragedia por el incendio desatado en la Base de Supertanqueros de Matanzas.
El siniestro en Matanzas dejó un total de 146 personas heridas y 16 bomberos fallecidos; de ellos, solo dos pudieron ser identificados entre las cenizas.
Además de las lamentables pérdidas para estas familias, el incendio ha traído consecuencias para la ya crítica economía del país.
Otra situación con la que tuvieron que lidiar los cubanos fueron los constantes apagones que, aunque venían ocurriendo desde meses antes, se intensificaron a lo largo de agosto, prolongándose a veces por más de doce horas.
Según el Gobierno de la Isla, las largas interrupciones del fluido eléctrico se deben a roturas en las ocho termoeléctricas existentes y a la falta de combustible.
Como consecuencia de esta situación insostenible, durante las últimas semanas ocurrieron una serie de protestas pacíficas en distintos puntos del país; entre ellos Nuevitas (Camagüey), San José de las Lajas (Mayabeque), La Herradura y Consolación del Sur (Pinar del Río) y Altamira (Santiago de Cuba).
Los habitantes en estas localidades salieron a las calles y a ritmo de cacerolazos reclamaron al Gobierno y al mandatario Miguel Díaz-Canel el fin de estos apagones, libertad y mejores condiciones de vida
Como es habitual, el régimen reprimió estas manifestaciones con fuerte presencia policial y violencia, golpeando y arrestando, incluso, a niños y ancianos.
Hasta mediados de agosto, el grupo de trabajo Justicia 11J había registrado la detención de 57 personas a raíz de estas protestas populares; de las cuales 33 permanecían en prisión.
La situación económica, política y social de la Isla también influyó en la crisis migratoria, que durante el octavo mes del año registró un nuevo récord en el éxodo de cubanos hacia Estados Unidos; superando a la del Mariel, en 1980, y a la de los balseros de 1994.
Desde el 1 de octubre de 2021, inicio del actual año fiscal, hasta este 29 de agosto, las tripulaciones de la Guardia Costera de Estados Unidos habían interceptado a 4 614 cubanos.
Mientras que en el mismo periodo, por vía terrestre, llegaron al país norteño más de 180 000 cubanos, de acuerdo a datos compartidos por el Departamento de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP, por sus siglas en inglés).
Estas cifras superan las pronosticadas por los analistas, que habían estimado la llegada de unos 150 000 migrantes de la Isla para el cierre del año fiscal.
En relación con este éxodo migratorio, constantemente trascienden noticias sobre la emigración de deportistas; muchos de los cuales aprovechan salidas a eventos internacionales y abandonan la delegación para no regresar al país.
Durante el mes de agosto al menos una decena de atletas dejó Cuba. Entre ellos se encuentran los kayakistas villaclareños Reinier Carrera Monteagudo y Yoel David García González, que se quedaron en Canadá durante el Campeonato Panamericano de Canotaje de Velocidad.
Por su parte, el vallista Lázaro Taylor Fernández dejó la delegación nacional con la que viajó a Freeport, Bahamas, para competir en el IV Campeonato de pista y campo de la Asociación Atlética de América del Norte, Centroamérica y el Caribe (NACAC).
Mientras que el boxeador cubano Billy Rodríguez decidió no regresar a Cuba tras su exitoso debut como pugilista profesional.
La más reciente “deserción” fue la de la voleibolista granmense Yamisleydis Viltres Pacheco, quien abandonó la selección que competió en la edición XIX de la Copa Panamericana de Voleibol desarrollada en la ciudad de Hermosillo, México, la pasada semana.
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