MIAMI, Estados Unidos. – Hace unos días el periódico Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba (PCC), impactó a los internautas con una noticia sobre Nicolás Maduro y Venezuela que no se la cree el Bobo de la Yuca y mucho menos los periodistas de ese medio de prensa.
Después de dos días sin noticia alguna sobre la narco-dictadura bolivariana, el diario oficialista público el 22 de agosto una barrabasada -anónima, por cierto- que, tal parecía, tenía como objetivo echar por la borda a Maduro y no ayudarlo.
Sí señor, como lo leen: los periodiquitos de Raúl Castro no se acaban de poner de acuerdo para que todas las noticias, de todas partes del mundo, lleguen a las masas cubanas de forma verídica.
El texto de Granma se titulaba “Maduro: contactos con EE.UU. tienen como objetivo transmitir la verdad sobre la Revolución Bolivariana”.
¿Quiere decir que el Departamento de Estado de los Estados Unidos ignora lo que está ocurriendo en ese país desde hace más de veinte años, desde que Chávez asumió el poder?
Tal parece que Nicolás Maduro jamás leyó una información de tres páginas que divulgó el Departamento de Estado de los Estados Unidos, titulada “Corrupción y caos en Venezuela”, con fecha 19 de marzo de 2019 y que comienza diciendo: “Maduro usurpó el poder; él no es el presidente debidamente elegido”.
Pero lo más curioso del caso es que, mientras Maduro acusaba a los traidores de establecer esos contactos con altos mandos del gobierno norteamericano, Granma señalaba que dichos contactos se hicieron bajo la autorización de Maduro y que tienen como propósito hacer llegar a Trump la verdad sobre Venezuela.
Cuatro días después, el lunes 26, aparece en primera plana otra información disparatada: “Los planes terroristas encontrarán siempre el rechazo del pueblo venezolano”. Y acusan a la “derecha imperial”, o sea, al Gobierno de Donald Trump y la derecha venezolana de perpetrarlos.
Nada menos que la señora Delcy Rodríguez, vicepresidenta ejecutiva de Maduro, quien ignora el daño causado por la dictadura que representa en Venezuela, hace esta acusación y dice que se trata de asfixia económica contra ese país.
¿No hubiera sido mejor que en vez de Delcy, Maduro explicara con lujo de detalles en qué consistieron los contactos con Estados Unidos, revelados por él el jueves 24 y no irse por las ramas y utilizar a la advenediza de Delcy para hablar de cómo se comporta el pueblo, a través de actos de rebeldía, negados a mantenerse de rodillas ante la dictadura de Maduro y Delcy?
Tampoco esta señora es capaz de hacer mención del saqueo hecho de los recursos naturales del país y que ha llevado a la ruina a una nación rica. Tampoco de denunciar los asesinatos extrajudiciales y torturas de los presos políticos. Y mucho menos reconocer que ella pertenece a un gobierno considerado ilegítimo por miles de venezolanos, la mayoría de los latinoamericanos y más de cincuenta países democráticos.
Calla Delcy la corrupción existente del gobierno que representa, los alimentos a cambio de votos del pueblo. Olvida, por mantenerse en el poder, que Venezuela se ubica en el lugar 169 de 180 países en el índice de Percepción de la Corrupción 2017 de Transparencia Internacional.
De todo esto y mucho más tendrán que responder Delcy y su jefe más pronto que tarde.
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