LA HABANA, Cuba.– “Mi abuelo falleció a la edad de 85 años, su muerte fue producto de un tumor en el colon que apagó su vida lentamente, murió en casa, de madrugada, pero el carro de la funeraria no apareció a recogerlo hasta las 10:00 de la mañana porque estaba roto. Los familiares decidimos darle sepultura ese mismo día a las 5:00 de la tarde, y para poder lograrlo tuvimos que sobornar al empleado del cementerio con 10 CUC, porque según él su jornada terminaba a las 4:30 p.m. y no podía esperar de gratis”, nos contó Julio Hernández, joven residente en Mayabeque que perdió a su abuelo recientemente.
Un trabajador de una de las funerarias de Mayabeque, que prefirió el anonimato, explicó a CubaNet sus condiciones laborales, y todo lo que debe “inventar” porque el salario no le alcanza.
“Si no hay muertos no cobramos. Trabajamos 24 horas y ni nos pagan almuerzo, mientras que los trabajadores de comunales trabajan menos de media jornada y les pagan almuerzo y un mejor salario. Tenemos que hacer miles de inventos para ganar algo extra para poder vivir, tengo compañeros que han vendido las tablas de las cajas de muertos, los cristales o el combustible del carro fúnebre, pero de hambre no nos podemos morir”.
Sobre la calidad de los servicios que ofrece esa funeraria, así como la limpieza de los carros fúnebres y los cementerios añadió:
“La calidad de los ataúdes es pésima, a veces las puntillas están salidas, con las puntas hacia afuera, y así mismo acuestan al occiso. La limpieza de los cementerios deja mucho que desear, así como la del interior del carro fúnebre, que se llena de fluidos corporales y no es esterilizado ni limpiado correctamente, pues no tenemos ningún químico para hacerlo, y nadie quiere trabajar aquí porque para raspar algo es difícil (refiriéndose a ganar dinero extra). Las personas no entienden que trabajamos por un salario de 250 pesos (unos 10 CUC) al mes, que no nos alcanza para nada, a veces nos sobra un poquito de combustible y lo vendemos, otras veces los mismos familiares nos hacen algún regalo, pero esto es una lucha por la supervivencia. Es triste decirlo, pero la desgracia de muchos es la felicidad de nosotros”.
Así mismo, los servicios como la marcha fúnebre, o un trato diferenciado en la manipulación y la preparación de los cuerpos, pueden tener un costo extra para los familiares.
“A mi mamá le dimos el ultimo adiós en mi casa, el velorio trascurrió de forma normal, pero vivimos en un barrio apartado a unos 2 km del cementerio, y a la hora del entierro el chofer nos dijo que si queríamos marcha fúnebre teníamos que darle 10 CUC, porque él no tenía combustible para eso. Entre todos los familiares reunimos el dinero porque todos queríamos darle el último adiós como ella merecía, pero aprovecharse de las desgracias de los demás para ganar dinero está muy mal hecho”, comentó a CubaNet Denia Cruz, residente de Arroyo Naranjo.
Las coronas y las flores también son un tema polémico, muchas florerías particulares han tomado el lugar de las estatales, pero hay lugares donde todavía no existen negocios de este tipo, y la calidad de los productos estatales deja mucho que desear, según algunos entrevistados para este trabajo.
“Las coronas son una falta de respeto, hechas con hojas de plátano, y hasta con faltas de ortografía, son feas y con flores de muy mala calidad. La limpieza del carro fúnebre es pésima, te puedo asegurar que todo esto provoca mucho dolor adicional a las personas que debemos despedir a un ser querido”, comentó Adrián Ramos.
“Perder a alguien amado es muy doloroso, y cuando tenemos que pasar por tanta burocracia, malos tratos, malos servicios y vemos tanta suciedad, e incluso mal olor, el dolor es mayor”, añadió Adrián.
Por todos estos motivos cada vez son más los cubanos que optan por la cremación, un proceso más higiénico y menos traumático para los familiares. Hoy existen en La Habana tres hornos crematorios con capacidad para 24 cadáveres (ocho por cada uno), y el precio de este servicio es de unos 5 dólares.