LA HABANA, Cuba. – En 2009, mientras la mayoría observaba con asombro cómo Raúl Castro se deshacía de todos los hombres de confianza de su hermano Fidel Castro, a quien sustituyera oficialmente en el poder en 2008, pocos prestaron atención a uno de los cambios más significativos respecto a la monopolización de la economía por parte del aparato militar.
Si la defenestración del primer vicepresidente Carlos Lage Dávila, del canciller Felipe Pérez Roque, y del secretario del Consejo de Estado Carlos Valenciaga Díaz junto a otra veintena de personajes que integraban el llamado Grupo de Apoyo del Comandante en Jefe fue el mayor escándalo en la estructura de poder en Cuba desde los juicios sumarísimos a los generales Arnaldo Ochoa Sánchez y José Abrantes Fernández, la apresurada renuncia de Francisco Soberón Valdés, ministro presidente del Banco Central de Cuba desde su creación en 1997 hasta el 2009 fue quizás el movimiento estratégico más importante entre todos los realizados por el ex ministro de las Fuerzas Armadas.
Francisco Soberón había estado al frente de la banca nacional desde 1995, como presidente, y en 1997 fue nombrado ministro presidente cuando se reestructuró la institución, pero antes, desde diversos puestos en el gobierno, siguió las indicaciones de Fidel Castro de registrar como propietario, o asumir la presidencia, en Guernsey, Reino Unido, de varias empresas navieras, inmobiliarias, financieras y de otros servicios de tipo off shore, algunas de las cuales aún continúan activas, como Anglo-Caribbean Shipping co. Limited o Ceiba Investments Ltd., esta última refundada en 2018, y con crecimiento importante desde 2013 debido a las inversiones inmobiliarias asociadas a las empresas de capital mixto Monte Barreto S.A., Miramar S.A., Cuba Canarias S.A. y Toscuba S.A., casi todas vinculadas a la firma Meliá y al Grupo de Administración Empresarial de las Fuerzas Armadas de Cuba (GAESA), de acuerdo con lo que aparece en los propios reportes publicados en internet por el consorcio domiciliado en Reino Unido. (1)
La remoción de Soberón fue hasta cierto punto una estrategia silenciosa pero que a muchos dejó boquiabiertos por lo extraño de la dimisión, anunciada en los medios oficialistas como una decisión espontánea del funcionario, quien además renunciaba a su membresía en el Comité Central del Partido Comunista.
No se le echaba a patadas como hicieran con Lage y Pérez Roque, sino que se le aceptaba la renuncia al principal hombre de las finanzas cubanas para que se retirara en su casa como cualquier anciano jubilado, mientras muy oportunamente el director del Banco Financiero Internacional (BFI), Ernesto Medina Villaveirán, un exmilitar que ya había ocupado cargos en GAESA, lo sucedía en funciones, muy en contra de cualquier pronóstico hecho al interior del propio Banco Central.
Una renuncia inesperada
¿Por qué ese cambio tan raro y apresurado? Se preguntaron algunos pero la prensa estaba muy ocupada en las otras cabezas cortadas por Raúl Castro para dedicar tiempo a aquella que apenas parecía inclinarse ante el nuevo Castro.
Se ha difundido de modo informal que fue una enfermedad la que hizo decidirse a Francisco Soberón por el retiro después de haber estado casi tres lustros en el cargo, pero otras versiones sobre lo sucedido, de familiares y funcionarios cercanos al exministro, apuntan a una renuncia forzada donde no faltaron chantajes y demás presiones, apoyados en grabaciones similares a las realizadas entre 2006 y 2009 por el equipo de espionaje creado por Raúl Castro a espaldas de su hermano y dirigido por Alejandro Castro Espín contra el grupo de altos dirigentes desleales castigados en 2009.
Raúl Castro, para gobernar a sus anchas, necesitaba de su gente de confianza y eso requería dejar vacante los puestos ocupados por los favoritos de su hermano. El mejor modo de hacerlo era demostrarle con hechos a Fidel Castro que estaba rodeado de infieles.
Hasta el momento no existen pruebas tangibles sobre lo que sucedió realmente con Soberón, aunque acerca del contenido de estas, que lo obligaron a la renuncia, hay quienes aseguran, como sería el caso de un familiar del ex ministro que ofreciera su testimonio a CubaNet bajo condición de anonimato, que no eran lo suficientemente probatorias de traición a Fidel Castro, como sí lo fueron los casos del vicepresidente Lage y del canciller Pérez Roque.
En lo que respecta a Soberón al parecer las pruebas acusatorias se limitaron a una conversación telefónica donde daba instrucciones al propio Ernesto Medina, entonces director del Banco Financiero Internacional, quien después lo sustituyera en el cargo, sobre una transacción internacional no aprobada por Fidel Castro y que tenía como destinatario al empresario chileno Joel Max Marambio Rodríguez ‒que al año siguiente el régimen de la isla acusaría de corrupción junto a Alejandro Roca Iglesias, ministro de la Industria Alimenticia‒, además de un par de documentos que demostraban un mal manejo de las cuentas asociadas a entidades de carácter off shore registradas en Reino Unido a nombre del propio Soberón, como era el caso de Ceiba Investments, uno de los grupos de inversionistas extranjeros más importantes para el gobierno cubano, al punto de haber jugado un papel primordial en las gestiones para la visita a Cuba del Príncipe de Gales en marzo de 2019.
Si bien el equipo de espías de Alejandro Castro no pudo aportar pruebas irrebatibles de que Soberón se beneficiaba con parte de los ingresos reportados por las off shore de las cual fue presidente entre los años 1995 y 2009, la falta sirvió a los propósitos de Raúl Castro de comenzar el traspaso paulatino del Banco Financiero Internacional, perteneciente al Banco Central de Cuba, hacia GAESA, el sistema empresarial de las Fuerzas Armadas, en manos de su ex yerno, Luis Alberto Rodríguez López-Callejas.
“No se encontró nada realmente grave (…). Esa transacción a una cuenta que se decía era de Marambio, que jamás se probó que fuera así, se puede decir que fue algo normal, aunque es raro que él haya olvidado la orden (disposición del Consejo de Estado) sobre congelar esa y otras cuentas de las empresas de Marambio en Cuba, hubo algo raro ahí pero la orden era reciente y Fidel confiaba ciento por ciento en Soberón, claro, con esto [Raúl Castro] podía callarle la boca a Fidel, que no quería que le quitaran a Soberón ni que el BFI se fuera a las FAR (…), a eso se agarró Raúl porque no había nada contra el pobre hombre (…), Raúl es muy astuto y sabía que a Soberón había que tratarlo con delicadeza, asustarlo pero no demasiado, se conocían lo suficiente (…), por lo de Ceiba y otros trapos sucios”, asegura bajo condición de anonimato un ex oficial del Ministerio del Interior vinculado a los procesos de destitución emprendidos por Raúl Castro en 2009.
BFI para GAESA, primeros forcejeos
Con la salida de Soberón, Raúl Castro había dado el primer paso para convertir el Banco Financiero Internacional en propiedad de los militares. Un proceso que tardaría en cuajar unos cuantos años, hasta que finalmente el Banco Financiero Internacional fue absorbido por GAESA en junio de 2016, solo tres meses después de la visita de Barack Obama a la isla, un acontecimiento que aceleró las transformaciones de Raúl Castro en tanto había quedado claro que la normalización era un hecho pero que los militares quedarían fuera de los planes del gobierno norteamericano.
Si Fidel Castro se había mostrado receloso con la idea de traspasar el Banco Financiero Internacional a los militares del círculo íntimo de su hermano Raúl, los discursos de Obama en la isla terminaron por convencerlo de que la única forma de reforzar el control sobre las cuentas manejadas desde el BFI era confiarlas al sistema económico del ejército y crear los llamados Fondos FAR de la Reserva Estatal, de los cuales una parte considerable fue usada en el pago de la deuda externa, lo que de inmediato repercutiría negativamente en la economía nacional, dando comienzo a un período de desabastecimiento profundo del cual el país aún no ha logrado reponerse.
“El BFI había comenzado ese proceso (el traspaso a GAESA) desde que nombraron a (Ernesto) Medina frente al Banco Central, muy sutilmente, sin que nadie lo supiera (…) pero comenzaron a cambiar personal. (…) Fidel había aceptado lo de Soberón pero no que las FAR absorbieran el BFI”, comenta un ex alto funcionario del Consejo de Estado de Cuba, que resultó afectado por la oleada de destituciones de 2009. Por temor a las represalias, ya que reside en Cuba, nos ha solicitado no revelar su identidad.
“Un año antes de mi destitución (2009) ya se comentaba que el BFI pasaría a las FAR, después no se dijo nada más porque Fidel en una reunión había dicho que no, estuvo muy alterado con eso, igual con lo de quitarle Habaguanex a Eusebio (Leal) (…). No pude presenciar nada porque ya en ese momento yo llevaba unos cuantos años alejado de todo pero sé lo que ocurría a través de amigos que se han mantenido al habla conmigo y de otras personas que al principio pensaron que no saldrían afectados pero después se dieron cuenta que todo era un plan para aniquilar al grupo de Fidel (…). Sé que a Raúl le costó mucho trabajo (absorber el BFI), fueron cerca de siete años intentándolo, entonces fue la visita de Obama la que le vino como anillo al dedo (…), Raúl había prometido a muchos acreedores el pago de la deuda, los europeos estaban nerviosos con lo de la normalización con Estados Unidos y el tiempo se agotaba. (…) El año 2015 fue lo nunca visto, visitas de congresistas, empresarios, reuniones con el Club de París, el presidente francés, presiones por todas partes (…). Obama dejó claro que no quería comercio con empresas militares, había que mantener contentos a los europeos y los que conocíamos bien a Fidel sabemos que todo eso le importaba un comino y nadie podía mover un centavo sin su consentimiento pero ya estaba viejo, enfermo, encerrado en su casa, y lo que pasó con Obama en Cuba lo puso muy nervioso. (…) Terminó cediendo y como era de suponer el dinero se evaporó en un abrir y cerrar de ojos. (…) También [los militares] se echaron (agotaron) todo el combustible de la Reserva Estatal (…), eso no me lo dijo nadie, Raúl lo dijo en aquel Pleno del Partido, que se habían echado las reservas. Su propia gente hizo lo que le dio la gana pero él les había dado luz verde. Eso disgustó mucho a Fidel, creo que eso fue el colmo para él, ver el desastre que hizo su hermanito con el dinero”, comenta el también ex miembro del Comité Central del Partido Comunista.
Primera parte de un reportaje investigativo realizado por periodistas de CubaNet. Puede leer la segunda parte aquí
(1): La corporación Ceiba Investments Ltd incluye además las empresas Ceiba Property Corporartion Ltd, GranSlam Ltd, ambas incorporadas en Guernsey, Reino Unido; Ceiba MTC Property Inc, incorporada en Panamá; Ceiba Tourism B.V., Mosaico B.V., incorporadas en Holanda; Mosaico Hoteles S.A., incorporada en Suiza; Homasi S.A., Meliá Hotels International S.A./HIMCA S.A., incorporadas en España; además de las cubanas ya mencionadas (Monte Barreto, Miramar, Toscuba y Cuba Canarias). En el caso de Mosaico Hoteles S.A. su sede migró de Suiza a España. Véase al respecto gráfico de la estructura de la corporación. Fuente: www.ceibalimited.co.uk.
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