GUANTÁNAMO, Cuba. ─ Este 17 de septiembre se cumplen 170 años del nacimiento en Santiago de Cuba del Mayor General Francisco Adolfo Crombet Tejera, conocido como Flor Crombet, insigne patriota cubano que participó en las tres guerras por nuestra independencia.
Algunos historiadores afirman que su segundo apellido fue Calderín, otros que Bayón, pero en lo que sí no hay dudas es que se alistó como soldado en el Ejército Libertador (EL) el 20 de noviembre de 1868, cuando apenas contaba 17 años de edad.
Flor Crombet es otro nítido ejemplo de patriota que escaló hasta el grado más alto del EL a fuerza de disciplina y valentía. Menos de un año después de haberse alistado, el 13 de septiembre de 1869, ya había ascendido en la cadena de mando desde el grado de cabo de segunda hasta el de capitán, lo que demuestra su arrojo como combatiente, demostrado en las acciones combativas libradas en Nueva Málaga, Dorotea, La Matilde, La Aurora, la del campamento del Gurjay, la toma de Tío Juan y la de El Cristal.
El 12 de agosto de 1871 fue ascendido a comandante por su participación en el combate de La Indiana, región de Guantánamo, y en julio de 1872 fue ascendido a teniente coronel por su participación en el combate de Samá. Terminó la guerra grande con el grado de General de Brigada.
Durante la Guerra de los Diez Años estuvo muy vinculado al General Antonio Maceo, de quien fue subordinado. Recibió la orden del General Máximo Gómez de formar parte del primer contingente invasor en el año 1874.
En el combate de Naranjo-Mojacasabe, efectuado el 10 de febrero de 1874, recibió una herida en el labio superior que le dejó una cicatriz de por vida. Posteriormente participó en importantes batallas como la de Las Guásimas, el ataque al ingenio Sabanilla y la del caserío de Guayabales.
En 1877, cuando ya eran marcados los síntomas de indisciplina y desaliento entre las tropas mambisas debido a los efectos del caudillismo y las diferencias entre los mandos militares y el gobierno de la República en Armas, circunstancias que fueron muy bien aprovechadas por el mando español, Flor Crombet fue nombrado jefe del regimiento Guanimao. Desde esa jefatura participó en el ataque al poblado de El Cobre y en la defensa del campamento de El Aguacate.
Aunque le reprochó al Titán de Bronce su decisión de entrevistarse con el capitán general español Arsenio Martínez Campos, participó activamente en la Protesta de Baraguá.
Tras acogerse a la capitulación marchó hacia Estados Unidos con el objetivo de regresar y participar en algún alzamiento. Cuando se encontraba inmerso en tales preparativos fue detenido en Santiago de Cuba el 13 de marzo de 1879 y enviado deportado a España, donde sufrió prisión y destierro, hasta que logró escapar y establecerse en Honduras. En el país centroamericano fue comandante general del destacamento de La Paz, inspector general de cuarteles y secretario del tribunal supremo de guerra y justicia, cargo al que renunció en 1884 para dedicarse por entero a las acciones conspirativas tendentes a continuar la lucha por la independencia de Cuba.
Fue uno de los patriotas más activos en la conspiración conocida como La Paz del Manganeso, pero al ser descubierto se vio obligado a partir nuevamente hacia el exilio, radicándose en Costa Rica, desde donde colaboró en la organización del Plan Fernandina.
Por mandato de José Martí fue encargado de organizar una expedición revolucionaria que debía desembarcar por el norte de la provincia de Oriente, lo que provocó serias diferencias entre él y su antiguo jefe Antonio Maceo, quien partió junto con los expedicionarios subordinados a Crombet hasta que desembarcaron en tierra cubana, momento en el que el Titán de Bronce asumió el mando de la tropa formada por 23 hombres.
Esta situación se produjo porque el General Antonio Maceo solicitó a Martí una suma de dinero superior a la que aquel podría brindarle para organizar la expedición y Flor Crombet aseguró al Delegado del Partido Revolucionario Cubano que con el dinero existente él podía realizarla, como ocurrió. Esto puede comprobarse en carta que el Apóstol enviara a Maceo desde Montecristi, República Dominicana, el 26 de febrero de 1895.
Finalmente, la expedición zarpó de Puerto Limón, Costa Rica, el 25 de marzo de 1895, en el vapor Adirondack. Luego de una escala en Kingston, Jamaica, fueron hasta la isla Fortuna, en Las Bahamas, donde abordaron la goleta Honor, rumbo a Cuba, logrando desembarcar por Playa Duaba el 1ro de abril de 1895.
Además de Crombet como jefe de mar y Antonio Maceo como jefe de tierra, en ella vinieron el general José Maceo, los coroneles Agustín Cebrero y Adolfo Peña (colombiano); los tenientes coroneles Silverio Sánchez Figueras, Patricio Corona, Arcid Duverger, José M. Arceno (dominicano), José Palacios y Alberto Boix. Trajeron 13 fusiles con 75 cartuchos cada uno, 23 revólveres y 15 machetes, pero la expedición encalló poco antes del desembarco y se perdieron gran parte de los pertrechos.
Luego del desembarco los expedicionarios fueron hostigados por fuerzas españolas y guerrilleras formadas por los llamados indios de Yateras.
Dos días de la llegada a Cuba, Flor Crombet cayó combatiendo en Alto de Palmarito, Baracoa. Post mortem le fue conferido el grado de Mayor General del Ejército Libertador.
José Martí, tan agudo en la práctica de calar a los seres humanos, lo que se verifica cabalmente en su abundante papelería, escribió a Crombet una carta fechada el día 25 de diciembre de 1894, en la que se refirió a los preparativos de la expedición, y concluyó su misiva de esta forma tan propia de su genialidad:
“De mí nada. De Ud. la esperanza de verlo defender con el civismo independiente la libertad que conquiste con la fuerza de su brazo, y el rayo que le luce en sus ojos”.
Fuentes consultadas:
Tomos I y II del Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba (Ediciones Verde Olivo, La Habana, 2004)
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