LA HABANA, Cuba, diciembre, www.cubanet.org -La fiscalización de las Declaraciones Juradas de Ingresos Personales correspondientes al año fiscal 2012 comenzó en abril de este año, y debió concluir tres o cuatro meses más tarde. Sin embargo, casi al finalizar el actual 2013, continúan llegando a trabajadores por cuenta propia, fundamentalmente a taxistas y elaboradores-vendedores de alimentos, los requerimientos de pago adicionales, que incluyen multas y recargos por mora.
La Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT) estima que esos cuentapropistas declararon ingresos por debajo de los realmente obtenidos, y por tanto deben afrontar las consecuencias de la subdeclaración. Según la autoridad tributaria, no resulta difícil, en el caso de los taxistas, conocer con exactitud el promedio de viajes diarios, los pasajeros transportados y el importe real cobrado por ellos. Asimismo, es posible calcular el flujo de clientes y los productos vendidos por los elaboradores de alimentos.
Por supuesto que no es la primera vez, desde que se escenificó la primera campaña de las Declaraciones Juradas en 1996, que muchos cuentapropistas son requeridos por la ONAT al término de un año fiscal. No obstante, nunca había sido tan altisonante la protesta de los contribuyentes afectados, al extremo de que la prensa oficialista debió publicar varias cartas de cuentapropistas que se quejan de los excesos de la ONAT.
El denominador común de las misivas es el sesgo burocrático empleado por las autoridades a la hora de calcular las supuestas subdeclaraciones. Se ha podido conocer, por ejemplo, que durante el año 2012 los inspectores de la ONAT efectuaron muy pocos estudios de mercado— sobre el terreno— que avalen realmente sus conclusiones. Es decir, que fueron cálculos de oficina los que, en su mayoría, se emplearon para inculpar a esos contribuyentes.
También hay casos de cuentapropistas que, aun reconociendo que sub declararon cuando confeccionaron la Declaración Jurada del 2012, consideran exorbitante la deuda que les fija la ONAT. Otros alegan la ausencia del mercado mayorista donde adquirir sus insumos, con el consiguiente aumento de sus costos de elaboración, como la causa principal de la sub declaración. Y no faltan los que opinan que la pesada carga impositiva que soportan durante todo el año los hizo ser conservadores en el momento de declarar sus ingresos. A propósito, y aunque el gobierno no informa habitualmente las bajas que se producen en el trabajo por cuenta propia, trascendió que en la provincia Granma hubo 7800 bajas en el 2013, casi todas de cuentapropistas abrumados por los altos y disímiles impuestos que debieron pagar.
Carlos es un taxista del municipio Plaza. Él, a diferencia de otros colegas, no trabaja todos los días ni desanda las calles habaneras en busca de pasajeros, sino que alquila su vehículo cuando recibe solicitudes de clientes habituales. A pesar de reflejar esta particularidad en la casilla de “Observaciones” de la Declaración Jurada, en días pasados recibió la notificación de la ONAT con una deuda a pagar de 40 mil pesos, entre cuota principal, multa y recargo. Carlos no sabe con certeza cómo podrá pagar esa suma, y se lamenta de que la ONAT no haya individualizado las fiscalizaciones, dándoles a todos los cuentapropistas el mismo tratamiento.
Maritza, por su parte, es propietaria de una cafetería en el Cerro. El año 2012 no fue bueno para su negocio, pues en su cuadra apareció competencia. Sin embargo, comoquiera que la ONAT no la visitó en todo el año, los fiscalizadores no tomaron en cuenta ese detalle, y no admitieron que declarara menos ingresos que en el 2011. En consecuencia, a Maritza le achacan una deuda de 35 mil 500 pesos. Ella quiso apelar esa decisión, pero las autoridades tributarias le aclararon que primero debe pagar. Según esta atribulada mujer “es muy probable que el gobierno enfrente un déficit presupuestario (más gastos que ingresos), y quiera compensarlo con nuestro dinero”.