LA HABANA, Cuba. – Dolor, tristeza y desconsuelo se respira en el hogar de la enfermera Rosa María Núñez Maldonado. Su hija, Jessica de la Caridad Fernández Núñez, falleció con 22 años de edad -según denuncia- porque no recibió una atención adecuada.
“Era un dengue hemorrágico lo que tenía ella y ellos diagnosticaron, en todo momento, que era una bronconeumonía. Yo digo que mi hija murió de un dengue porque ella sangró por todos los lugares del cuerpo. Desde que la hemoglobina bajó, ellos (médicos) tuvieron que tomar conducta, pero además las plaquetas estaban en 78 y tienen que estar en 150, había que transfundirla, y no lo hicieron”, aseguró Núñez Maldonado enfermera de profesión.
Jessica habría ingresado el día 2 de octubre en el Hospital Clínico Quirúrgico Salvador Allende, también conocido como la Covadonga, donde laboraba, producto de una fiebre y un dolor en la espalda que la aquejaba desde el día anterior.
“Yo la dejé en el hospital con el esposo pero al ratico él me llama y me dice que fuera para allá que la niña estaba vomitando mucho. Cuando llego al cuerpo de guardia, estaba lleno, la gente sentada en el piso y ella estaba tiradita en un asiento tapadita”, dijo Núñez Maldonado.
Después de varias gestiones –cuenta- la instalan en la sala Jesús Menéndez, en la cama 9. Ya en la noche empezó a agravarse su situación.
“Hablo con el médico y él manda a buscar a la doctora de la guardia, que fue muy atenta. En la sala la atendieron bien, no tengo quejas, la doctora estuvo muy preocupada todo el tiempo. Incluso, en la madrugada le mandó hacer análisis”, detalló.
Al día siguiente -explica la madre- Jessica comenzó a sangrar, por lo que la doctora la envió a la sala de Terapia Intermedia.
“Cuando estaba en la sala le mandaron hacer una placa y un ultrasonido, pero solo se lo hicieron en terapia”, afirma.
Ante el agravamiento de su salud, Jessica fue trasladada a la sala de terapia intensiva, donde, según dice Núñez Maldonado, comenzaron los maltratos y el mal trabajo.
“Me trataron mal, pero, además de eso, yo estoy consciente que me engañaron. Hay cosas que me las taparon, que me engañaron porque estoy consciente que mi hija no murió de una bronconeumonía, sino de dengue. Siempre pensé que mi hija fuera quien me iba a enterrar a mí, no yo a mi hija.”
Días después del fallecimiento de Jessica, su familia se presentó en el Hospital Calixto García para intentar cobrar el salario del tiempo que había trabajado antes de fallecer, ya que, según explicaron, de la Covadonga los mandaron hacia allá. Sin embargo, el dinero no existía.
“Cuando su esposo llega allí nadie sabía que Jessica se había muerto. Nadie sabía del dinero. Le dijeron que fuera al banco, que reclamara el dinero en el banco, cuando ella era contratada y llevaba solo un mes de contratada y su dinero tenía que salir por allí, por el Calixto García, y el pago en efectivo no en tarjeta”, apunta.
“De todas maneras fuimos y nada. Yo pienso que es una desorganización y una falta de respeto, pero vamos a exigir se resuelva eso.”
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