CIENFUEGOS, Cuba -Aunque el gobierno quiera hacernos creer lo contrario es cada vez más evidente que la gestión empresarial privada resulta más eficiente y productiva que la estatal.
Los nuevos negocios privados que el gobierno cubano ha permitido han servido entre otras cosas, para evidenciar aun más la inoperancia que afecta a las empresas estatales. Esto lo pude comprobar durante una visita recientemente realizada a diferentes parques de diversiones en la ciudad de Cienfuegos; desde el estatal “Amanecer Feliz”, ubicado en el barrio residencial Punta Gorda, hasta los nuevos parques itinerantes creados por cuentapropistas, ubicados en barrios periféricos ciudad.
Durante la visita a Amanecer Feliz sostuve una conversación informal con Homero, trabajador del lugar, quien tuvo a bien contarme como desde hace meses más de la mitad de los aparatos mecánicos se encuentran descompuestos. Según mi interlocutor la administración del lugar refiere que no cuentan con recursos suficientes para dar solución a las roturas, pero es su criterio que son la falta voluntad y el sentido de pertenencia lo que aleja la solución.
Omara Sarria es madre de una niña de siete años nombrada Yailen. Ella visita el lugar desde que su pequeña tenía cuatro años y ha visto con pesar como se ha ido deteriorando el sitio gradualmente. Al respecto nos dijo:
“Tres años atrás los aparatos funcionaban con normalidad, no era gran cosa, pero al menos los muchachos se divertían”.
A Roberto, un sesentón que acompaña a Andy, su nieto, le preocupa la falta de seguridad en los aparatos, específicamente en aquel que nombran Sillas Voladoras. “Si te fijas bien los muchachos no tienen puesta la cadena que funge como cinturón de seguridad. Eso es responsabilidad del que opera el equipo, pero éste parece no darse por enterado” expresó visiblemente disgustado mientras enfatisaba, alguien debería denunciarlo.
Aunque la tecnología con que están dotados los artilugios mecánicos data de mediados del siglo pasado y por ende poseen poca complejidad tecnológica, la restauración se prolonga indefinidamente en el tiempo, sin que hasta el momento los usuarios hayan recibido explicación alguna.
Tal vez por ello Dallan Agüero dejó de asistir a este parque con su hijo; ahora divierte a su muchacho durante los festejos populares que se realizan en los barrios, pues allí asisten cuentapropistas con sus ingenios móviles.
“Hay de todo y para todos los gustos”, me dise, “toboganes inflables, carritos locos, carruseles, estrellas, caballitos, en fin, muchísima mayor variedad más que lo ofrecido por el estado”.
Impresiona la disciplina de que hacen gala estos operarios. No existe una festividad a la que no asistan, y aunque sus máquinas fueron confeccionadas con material desechado extraídos de cualquier industria y con escasos recursos financieros, el ingenio y la perseverancia han sido la fórmula secreta para lograr imponerse.
“Las reparaciones dependen de nosotros y como es nuestra ganancia la que está en juego mientras más rápido solucionemos el problema mejor para los clientes y para nosotros”, comento Rafael, quien hace año y medio administra un carrusel desarmable que traslada constantemente de barrio en barrio, de pueblo en pueblo, auxiliado con un trarctor de su propiedad. “Aunque tengo un ayudante no me aparto ni un segundo de mi negocio, al fin y al cabo, el ojo del amo engorda al caballo”
Otro cuentapropista de quien no pudimos obtener el nombre, explicó que ha unido fuerza y recursos con compañeros pues está soñando a lo grande. “Queremos ampliar nuestras capacidades y diversificar los servicios”
El entrevistado explicó que buscan asentarse en la muy visitada Plaza de Actos, lugar donde funcionan restaurantes y centros recreativos. “La idea es ir más allá de lo convencional e insertarnos en otros giros, como el gastronómico por ejemplo”. “Queremos dar un servicio completo, que el cliente venga y encuentre que todos sus deseos han sido satisfecho”, comentó.
Más allá de las dificultades naturales o artificiales que encuentran los operadores privados sus proyectos se abren camino. Iniciativa, creatividad, sentido de pertenencia, son los distintivos que le diferencia de su par estatal. Tal vez sería prudente que quienes tomas las desiciones politico- administrativas de esta provincia acojan el conejo de Yoel, un viejo conocido que siempre ha defendido la tesis que el estado no debería tocar nada, antes por el contrario, guardarse las manos en los bolsillos.