MIAMI, Estados Unidos – El gobierno de Estados Unidos no piensa invitar a disidentes cubanos al histórico suceso de este viernes, en el que el secretario de Estado John Kerry izará la bandera de Estados Unidos en la nueva embajada de La Habana, según la agencia The Associated Press.
En lugar de ello, Kerry asistirá a una discreta reunión el mismo día con algunos activistas en la residencia del Encargado de Negocios interino Jeffrey DeLaurentis, donde habrá otra ceremonia de izamiento de bandera con menos fanfarria, precisaron los funcionarios estadounidenses entrevistados que se mantuvieron en el anonimato.
AP apunta que la decisión es un vivo reflejo de cómo la política estadounidense ha cambiado su enfoque con respecto a la oposición cubana.
El servicio noticioso recuerda que la oposición cubana ha sido el centro de las políticas estadounidenses con respecto a Cuba desde que ambas naciones rompieron vínculos diplomáticos en 1961.
El gobierno cubano considera a sus opositores locales como mercenarios traidores al servicio de Estados Unidos. En momentos en que los dos países se acercan para restaurar sus relaciones, el gobierno de Cuba ha dejado de reunirse casi completamente con políticos estadounidenses que visiten a los disidentes durante sus viajes a La Habana.
Eso significó un dilema para los funcionarios estadounidenses que organizan la ceremonia de reapertura de la embajada frente al malecón de La Habana, ya que de invitar a los disidentes hubieran corrido el riesgo de un boicot por parte de las autoridades cubanas, incluidas aquellas que negociaron con Estados Unidos desde que el presidente Barack Obama y Raúl Castro anunciaron la distensión el 17 de diciembre, señala el despacho fechado en Washington.