MIAMI, Estados Unidos.- En el comienzo del documental “Los hermanos”, que se estrena en el Festival de Cine de Miami, el pianista cubano Aldo López Gavilán afirma que la isla es un país diferente donde él no solamente compone e interpreta música, sino que se ocupa de los pormenores de sus conciertos: luces y sonido, entre otros menesteres.
A pesar de las dificultades, asegura, el cubano las asume con buen humor y lo que en otro país pudiera ser una catástrofe, en Cuba se trasmuta en una conga, fiesta o chiste. Para Aldo hay que tener chispa para sobrevivir en su país y ser feliz, lo cual es muy posible, no imposible.
El documental “Los hermanos”, de los directores Ken Schneider y Marcia Jarmel, pertenece a una filmografía que pudiera estar animada de buenas intenciones culturales, pero que no tarda en mostrar su verdadera agenda política.
Los hermanos son, además del pianista Aldo, quien vive en El Vedado, el violinista Ilmar, con residencia en Nueva York.
La estancia de este último en los Estados Unidos queda en la nebulosa. La prensa oficial cubana (La Jiribilla) es la que da cuenta de que Ilmar se fue a estudiar a la Unión Soviética a los 14 años, luego a España y finalmente a Norteamérica. El documental muestra que durante su estancia en Rusia es acompañado por la madre, quien es pianista, pero luego solo se sabe que ella ha fallecido, después de encontrar trabajo en República Dominicana para poder estar en contacto con su hijo.
Los directores afirman que no se trata de un documental donde la política sea el componente preponderante, pero se muestra un segmento de discursos donde varios presidentes americanos endurecen el embargo, sin abundar en el contexto y los antecedentes históricos de tal medida.
Ilmar viaja a Cuba y afirma que necesita dos pasaportes y no explica por qué. Su esposa coreana, quien lo acompaña, cuenta, asombrada, que arribaron de noche y luego en la mañana repara en la devastación física de la ciudad, pero, con el tiempo, se acostumbra y encuentra una arquitectura muy vibrante.
Guido López Gavilán, padre de los hermanos y afamado director de orquesta, es un castrista confeso, como se infiere en un momento del documental: “En la obra de la revolución está el ser humano como centro”.
Para los directores del filme parece ser normal que dos músicos extraordinarios traten de montear productos para cocinar un arroz frito, en medio de la escasez congénita del socialismo y sus diferentes modos absurdos de poder adquisitivo.
Los hermanos llegan a la desolada bodega del barrio “con pocas alternativas”, dice Ilmar, quien seguidamente explica, ante la cámara, el valor de la libreta y de cómo se dispensa leche para los niños, sin aclarar que esa asignación regulada solo dura hasta que el menor cumple siete años.
Aldo subraya que no conoce de ningún compatriota que pueda vivir sin los productos normados por la llamada “libreta de abastecimiento” y se lanza a un elogio del pollo, los frijoles y el picadillo que recibe cada mes en la bodega, sin dar pormenores de los días que dura dicha cuota.
Hay que ser muy ingenuo o desear desesperadamente demostrar una tesis política, para rellenar la magnífica música que se escucha en este documental con opiniones tan arbitrarias de la atribulada realidad cubana.
Ignorar la inoperancia del régimen, su represión y los padecimientos del pueblo en aras de elucubrar la historia de hermanos separados por el supuesto desentendimiento ideológico entre dos países, y no por la dictadura de sesenta y dos años que padece uno de los mismos desarticula lo que pudieran ser las buenas intenciones del audiovisual.
En las antípodas se encuentra “A New Dawn” (Un nuevo amanecer), documental del escritor y publicista Manny Soto, también incluido en el programa del Festival.
El glorioso exilio histórico cubano, en muchas oportunidades denostado y tergiversado desde su origen y composición por el castrismo, recibe uno de los tributos que merece en las voces de sus hijos.
Son familias cubanas, de todas las procedencias sociales, que un buen día dejaron, en algunos casos, parientes y bienes atrás, huyendo de la debacle comunista que se avecinaba e intuyeron temprano.
Es un documental simple, sin rebuscamientos estéticos que no requiere, los descendientes de aquella primera generación de luchadores, y a la larga exitosos exiliados, se refieren de modo conmovedor a la perseverancia y clarividencia de sus padres, forjadores de una vida en libertad.
“Durante semanas —apunta una de las entrevistadas— mi madre no abrió las maletas, pensando que regresarían pronto”.
“No niños, no cubanos, no animales domésticos”, se podía leer en algunos anuncios de alquiler de casas y apartamentos por entonces.
Nada pudo amilanar a aquellos cubanos que, en muchos casos, murieron en el exilio sin regresar a la Isla, inventaron en Miami la Cuba próspera que les fue arrebatada, y dieron la más esmerada lección ética de que se tenga noticia entre nuestros congéneres desde 1959 a esta fecha.
El documental “A New Dawn” da pruebas fehacientes de tamaña épica triunfal que contrasta con el panorama sombrío, impúdico y oportunista de otras aproximaciones cinematográficas a la ordalía de la isla.
Trailers de Los hermanos
Trailers de A New Dawn
Entradas y programa: miamifilmfestival.com
Cine Cubano en Trance con Alejandro Ríos.
Dilucidar la isla y su cultura a partir del séptimo arte que la denota. La intensa quimera de creadores, tanto nacionales como foráneos, que no cesan de manifestar una solidaria curiosidad por tan compleja realidad, es parte consustancial de esta sección.
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