LAS TUNAS, Cuba. – “Esta calabaza costó 40 pesos”, dijo el pasado miércoles una mujer a la salida de una placita de Acopio (agro mercado estatal) en Las Tunas.
-¿Cuánto pesa esa calabaza?, pregunté.
-“Ocho libras”, dijo la mujer, exclamando: “¡A cinco pesos la libra!”
El precio no era “abusivo” ni “especulativo”, según la clasificación de las autoridades gubernamentales para los sobreprecios particulares. El valor de entre cuatro y cinco pesos para la libra de calabaza en la provincia Las Tunas es el oficial para “productos agropecuarios ofertados en las placitas bajo el control de la empresa (estatal) de Acopio”, según publicó el pasado 15 de enero el Periódico 26, órgano del comité provincial del Partido.
En Cuba, las políticas monetarias y de precios son dirigidas por el Partido Comunista de Cuba (PCC) a través de los llamados “Lineamientos de la política económica y social del partido y la revolución”.
El lineamiento número 45, rector de la política monetaria dice: “La planificación monetaria a corto, mediano y largo plazos deberá lograr el equilibrio monetario interno y externo de manera integral.”
El lineamiento número 69, concerniente a la política de precios, expresa que la formación de los precios minoristas será “a partir de los costos sin cubrir ineficiencias, teniendo en cuenta los niveles de ingresos de la población.”
El jefe de la comisión para la implementación de los “lineamientos”, Marino Murillo Jorge, integrante del Buró Político del PCC, a propósito de la llamada Tarea Ordenamiento, dijo que debían evitar una “inflación en espiral” y la “depreciación del peso” (cubano).
En términos económicos, espiral inflacionaria es una relación causa-efecto en la que “el aumento de salarios produce incrementos de precios, y, a la vez, originan ulteriores aumentos de salarios”.
Economistas consultados coinciden que este es el caso actual de Cuba y que es “muy, pero muy difícil salir de una espiral inflacionaria” en la que siempre alguien saldrá afectado por dos causas a la vista:
- Porque el Estado interviene los salarios impidiendo que se indexen, en la mayoría de los casos, y el trabajador pierde poder adquisitivo.
- Porque cuando el Estado interviene en el mercado para evitar la inflación de precios, son los productores y vendedores quienes terminan afectados.
Dicho de otro modo: Indexar salarios se refiere a realizar ajustes para que la capacidad adquisitiva del trabajador se mantenga, sin deprimir el salario; la indexación salarial vincula el salario a la inflación, y, si en un país la inflación es del 10%, para que los trabajadores no pierdan poder adquisitivo el salario debe incrementarse 10%.
El problema es que “hay una inflación buena y una inflación mala”; una inflación proveniente del crecimiento económico, “que no es el caso de Cuba, no es preocupante”; preocupa cuando la inflación “se dispara provocando la subida de precios de un día para otro; y ese es nuestro caso, pongo como ejemplos sólo dos productos, el frijol y la carne de cerdo”, dice un economista, ex directivo de una empresa agropecuaria.
La depreciación de una moneda, según el Diccionario de términos e instituciones del sistema financiero internacional, de Francisco Soberón Valdés, es “una reducción en el valor al que se cotiza en el mercado la moneda de un país con respecto a una o varias monedas extranjeras.”
Pero no debemos confundir depreciación con devaluación de una moneda; con un sistema de tasas fijas, ahora en Cuba se produjo una devaluación. Y tampoco debemos confundir la depreciación del peso cubano, en su devaluación oficial frente al dólar estadounidense, y sí, aunque no tanto, en la reducción acelerada de la moneda nacional de cara al billete “americano” en el mercado informal. Al respecto, nos dio su opinión un investigador que hace un estudio sociológico sobre la incidencia del comportamiento cívico del cubano, influenciado por aristas económicas:
“Una de las formas más seguras para calcular la depreciación de una moneda es comprobar en qué porcentaje se ha depreciado el carácter de las personas como consecuencia de la depreciación de la moneda nacional; para conocer esa cifra se divide la diferencia entre los costos de las canastas básicas de productos en diferentes momentos por el costo inicial de esa canasta y se multiplica el resultado por 100; así obtenemos el porcentaje de depreciación monetaria y… del carácter nacional”.
Ese es el método económico y sociológico del especialista para conocer los comportamientos abúlicos, agresivos o evasivos de los cubanos y la cifra de depreciación de la moneda nacional. Pero, de forma diáfana, no fue un investigador sino un ingeniero agrónomo, quien mostró a través de una variedad de calabaza hasta qué punto está depreciado y puede depreciarse el peso cubano”.
Mostrando un Instructivo técnico de los cultivos melón, pepino y calabaza, editado por el Ministerio de la Agricultura y vigente en los años 90 del pasado siglo, donde aparece como una de las mejores variedades la calabaza denominada RG, por su alto potencial de rendimiento y cualidades culinarias, el ingeniero dijo:
“La calabaza da cosecha en cuatro meses hasta dentro de la hierba; sólo hay que aporcar el tronco, echarle un poco de materia orgánica y poner abejas a polinizarla, y ya ve, ahora da más de tres millones de pesos por caballería”.
Según el citado instructivo técnico, la variedad RG “promedia unos seis frutos de gran tamaño por planta; su rendimiento potencial es de 6 500 quintales por caballería”, esto es 650 000 libras en 13,42 hectáreas.
En Fundamentos de la horticultura cubana, de Guenko Guenkov, especialista que trabajó muchos años en Cuba y desde los años 60 sugirió al gobierno cubano exportar hortalizas a Europa en lugar de importarlas desde Bulgaria, respecto al cultivo de la calabaza dijo: “la calabaza (en Cuba) puede sembrarse durante todo el año”.
En la vigente Lista oficial de variedades comerciales, promulgada por la Resolución No. 421 de noviembre de 2019 del ministro de la Agricultura, aparece la RG entre las 15 variedades de calabazas “aprobadas en el país para su utilización comercial”, y, si la RG o cualquier otra variedad certificada produce 650 000 libras por caballería, a cinco pesos la libra -según precios oficiales-, esta cosecha produce la suma de 3 250 000 pesos cubanos. Al respecto, dice el agrónomo:
“¿Cuándo en Cuba una calabaza llegó a costar 40 pesos…? El peso cubano hoy no vale nada, y quien no vea eso es porque, trepado en una calabaza entre la hierba, está mirando dólares en Miami”.
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