SANTIAGO DE CUBA.- “Para los activistas prodemocracia, bajo el riesgo constante de ir a prisión, es una garantía luchar junto a estas comprometidas defensoras de la libertad de los presos políticos, gracias por todo y por tanto”, con estas palabras, la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) extendió sus felicitaciones al grupo opositor femenino Damas de Blanco en su decimoséptimo aniversario.
Hoy, con presencia en La Habana, Matanzas, Santa Clara, Santiago de Cuba y Guantánamo, este movimiento, Premio Sájarov del Parlamento Europeo, continúa en las calles, con el mismo objetivo por el cual nació: la liberación de todos los presos políticos.
Su principal líder, Berta Soler Fernández, rememoró en conversación con CubaNet los primeros y difíciles días de la Primavera Negra de 2003.
“El arresto de Moya ―Ángel Moya Acosta, exprisionero político y esposo de Berta Soler― se produjo el 19 de marzo, en la costa de Alamar. Ya lo estaban esperando los agentes del Departamento de Seguridad del Estado, con todo el operativo montado, porque él acostumbraba a salir a correr a las 4:00 p.m.”
“Yo me asombré cuando lo vi, porque viró muy rápido, y detrás de él entraron un grupo de personas, agentes con cámaras grandísimas, y dijeron: ‘Vamos a hacer un registro’. Vivíamos en aquel entonces en Alamar”, recordó Soler.
“Abajo del edificio había una multitud de personas y autos del Ministerio del Interior. Yo empecé a gritar consignas contestatarias y a decirles a todos los vecinos que estaban allí que mi esposo no era un delincuente, sino un defensor de los derechos humanos. Se llevaron a Moya, y luego comenzó el registro casi a las 5:00 de la tarde ―terminó pasada la medianoche―. A esa hora fue que permitieron a mi dos hijos de 7 y 11 años de edad entrar a la casa”.
Berta reconoce que, en aquel momento, no pensó que la detención y el allanamiento iban a terminar en la Primavera Negra, ni en una sanción penal tan elevada.
“El juicio fue sumarísimo, lleno de agentes, de miembros de la brigada de respuesta rápida. Tuvo lugar el 7 de abril, desde las 10:00 a.m. hasta después de las 7:00 p.m. Solo estuvimos dos familiares, y ese mismo día falleció en el hospital la madre de Moya. A él se lo dijeron al finalizar la vista”.
Moya fue sancionado a 20 años de privación de libertad. También fueron sancionados otros 74 activistas y periodistas. La mayor parte de este grupo salió del país mediante un acuerdo del régimen cubano con la Iglesia Católica y el Gobierno español. Los pocos que rechazaron el exilio forzado fueron liberados en 2011 bajo licencia extrapenal.
¿Pero, cómo y cuándo surge la idea de agruparse, frecuentar de manera organizada las iglesias y salir a exigir públicamente la libertad de estos 75 cubanos prisioneros de conciencia?
“La idea surge en la antesala del cuartel general de Villa Marista, donde ocho mujeres decidimos reunirnos el 30 de marzo de 2003 en la iglesia Santa Rita, vestidas de blanco y con un detalle en negro, una cinta o un pañuelo”.
“A Laura Pollán ―primera líder de las Damas de Blanco, quien murió en 2011― la conocí en abril. Nos encontramos en la guagua P1, cuando las dos íbamos para Santa Rita y empezamos a hablar de nuestros esposos. El nombre de Damas de Blanco lo adoptamos el 22 de mayo, a propuesta de María Elena Alpízar”.
Según narra Berta Soler, tanto los familiares de los prisioneros como las declaraciones de activistas cubanos a Radio Martí ayudaron a que en poco tiempo todos conocieran de la existencia de un grupo de mujeres que, con una flor en la mano, salía en Cuba a exigir la libertad del Grupo de los 75.
“Una de las frases de Laura Pollán fue: ‘Nuestros hombres están silenciados y nosotros seremos sus voces’”, recordó la líder opositora, quien lamenta no haberse alistado antes en las filas de la oposición contra el régimen castrista.
Los primeros años de las Damas de Blanco fueron de extrema vigilancia, hasta 2010 cuando comenzaron los primeros actos de repudio. Ya en 2011 los sentenciados de la Primavera Negra que aun permanecían en prisión fueron liberados. Sin embargo, el movimiento femenino continuó desfilando por las calles y asistiendo a misas con su gladiolo en mano.
“Laura y yo decidimos que debíamos continuar, porque aún quedaban muchos cubanos presos injustamente solo por oponerse a esta dictadura, y tanto ellos como sus familiares necesitaban nuestro apoyo. Al día de hoy, después de 17 años, se mantienen los objetivos de lucha de las Damas de Blanco: no solo liberar a los prisioneros políticos y de conciencia, sino liberar a Cuba”, cuenta Berta Soler.
Para muchos grupos disidentes la oposición cubana sufre en la actualidad una ola represiva similar a la de 2003. Así también lo demuestran las cifras de actos represivos que se registran anualmente en la Isla y el encarcelamiento arbitrario de líderes políticos con gran reconocimiento internacional, como el propio exprisionero de la Primavera Negra José Daniel Ferrer García.
Solo las Damas de Blanco, que cuentan en la actualidad con casi un centenar de miembros, denunciaron al cierre del pasado año 1122 arrestos sin justificación legal, y al menos 20 métodos implementados por la Seguridad del Estado para exterminar el movimiento.
Este mes de marzo la propia Berta Soler ha sido detenida en más de tres ocasiones. Además, denunció operativos permanentes fuera de su vivienda y del domicilio de otros activistas. En estos últimos 30 días, la Damas de Blanco han sufrido más de 70 arrestos.
Estas detenciones se ejecutan por la policía política y la Policía Nacional Revolucionaria (PNR). Las detenidas son obligadas a permanecer durante horas o días no solo en unidades policiales, sino también en instituciones como la Empresa Eléctrica, Servicios Comunales, hospitales psiquiátricos, e incluso las mantienen en patrullas expuestas al sol.
Así mismo, son multadas constantemente por intentar asistir a misa, y en caso de no pagar la cifra dispuesta por los represores son encarceladas. Actualmente, dos Damas de Blanco cumplen prisión por su activismo político: una es Martha Sánchez González y otra Aimara Nieto Muñoz, también miembro de UNPACU y promotora de la iniciativa ciudadana Cuba Decide. Ellas, igual que los presos políticos y de conciencia en la Isla, son internadas en centros penitenciarios junto a reclusas comunes.
En estos tiempos en los que Cuba, al igual que la mayoría de los países del mundo, afronta la pandemia del nuevo coronavirus (COVID-19), varias son las voces que se han alzado para exigir el levantamiento del embargo económico que mantiene impuesto Estados Unidos al régimen cubano.
Pero la líder de las Damas de Blanco se une a los que por años han pedido al régimen de La Habana el fin del bloqueo interno.
“Al margen de todo lo que está pasando, la dictadura sigue siendo la misma, y es la culpable de todos los problemas que afectan a los cubanos, por eso el bloqueo que debe terminar es el que mantiene el Partido Comunista hacia el pueblo. Nosotros pedimos a la comunidad internacional que extremen las sanciones contra la dictadura”.
“La solución es erradicar el mal de raíz, también que el pueblo tome conciencia y salga a protestar, porque Cuba es de los cubanos y no del régimen”, dijo.
En la Isla toda organización no autorizada por el Gobierno cubano es considerada ilegal y mercenaria. Pero las Damas de Blanco, desde su fundación hasta la actualidad, han contado con el prestigio y reconocimiento de gobiernos, instituciones, organismos internacionales y personalidades de todo el mundo.
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