LA HABANA, Cuba. -La relación de pareja y el matrimonio en Cuba, parecen estar en crisis. Sin embargo, hemos recogido diversos testimonios de algunas parejas sobre el asunto, sus edades oscilan entre los 20 años hasta los 45 años. Contaron sobre como logran salvaguardar sus relaciones de pareja, en las actuales circunstancias, donde priman las carencias materiales y espirituales. El poder adquisitivo marca la diferencia.
Los entrevistados Armando y Evelyn, viven en un barrio de Marianao. Su estabilidad económica depende de los negocios que él maneja en México. Se trata de un cubano-ruso afincado económicamente en tierra azteca, que sostiene familia en Cuba: “Ya he visto a mis amigas divorciándose porque no soportan la tensión de lo cotidiano”, dice Evelyn. “Una economía estable te garantiza poder centrarte en la educación de los hijos, y por fortuna en mi casa el dinero fluye, otras no tienen la misma suerte”
Por otra parte, Roisbel y Janet, viven alquilados en un cuarto que les cuesta 30 dólares al mes. Roisbel es plomero y albañil, Janet trabajaba para la televisión nacional antes de su segundo embarazo, ahora está retirada bajo licencia de maternidad.
“Hay meses en que nos las vemos apretados para pagar el alquiler”, cuenta Janet. “Yo tengo otra hija que está creciendo y en ocasiones hemos tenido que sacrificar el dinero de la comida para pagar el techo. Hay días en que me despierto y me pregunto si mi vida pudo haber sido de otra manera.”
Cuando el espacio de convivencia es pequeño y el dinero escasea, aumentan las tensiones: “Discutimos mucho, es la verdad, estamos más concentrados en sobrevivir que en vivir la relación.”
Una familia de la comunidad militar de la UAM, y éstos prefieren mantener su anonimato, llevan 11 años de casados. Residen en la comunidad Tahoro, que es parte del denominado Plan Niña Bonita en la zona de Bauta:
“Hemos tenido que hacer malabares para sostener a 3 hijos, mi papa es un viejo retirado, con 200 pesos de pensión. Además está enfermo, y una casa en precarias condiciones. Somos un equipo, estamos en sintonía todo el tiempo, buscamos el modo de inventar el día a día y vencer las dificultades”, cuenta ella.
“Él no es ‘El Supertipo’, pero me sigue gustando, quiero continuar luchando por la vida a su lado”, añade.
Yamilet y Leonardo están juntos hace más de 20 años, residen en el reparto Fontanar en el municipio Rancho Boyeros. Ellos se juntaron en pleno período especial, tuvieron 2 hijos que ahora son adolescentes.
“Aquí el que trae el dinero es el. A Leo lo educaron desde chiquito en la idea de que el hombre es para la calle y la mujer es de la casa y los hijos. Es cierto que esto puede sonar anticuado para mucha gente, pero a nosotros nos va bien así y yo creo de corazón que estamos en lo correcto”, dice Yamilet. En la actualidad construyen el segundo piso de la casa. Pues los hijos necesitan privacidad.
En la isla todo se mueve en una nebulosa hacia lo incierto y no hay reglas de juego transparentes, ni para hombres ni para mujeres. Cupido cobra cara la cuenta en la isla a quienes deciden fundar familia. Pero todavía quedan personas dispuestas a pagar el precio.